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Entrevue
Guillermo Akapo Bisoko
Activista y comunicador (‘Blvck Pvper’)

«Llevo 22 años con DNI español y la Policía me ha parado más de 50 veces por ser negro»

Asegura que desde que llegó al Estado español siempre ha convivido con el racismo, pero con un cambio: lo que antes veía «en las paredes de las calles, ahora está en el Congreso». Dice que los españoles no entienden lo que es el racismo y que encima «se ofenden y alborotan» cuando se señala.

Akapo, impulsor del proyecto ‘Blvck Pvper’. (NAIZ)

Hace casi tres décadas, Guillermo Akapo Bisoko se iba de Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, donde vivió hasta los 9 años. Su madre había llegado a Móstoles un año antes y dejó a sus dos hijos viviendo en un convento de monjas. Cuando pudo estabilizarse (empleada como trabajadora de hogar), los mudó con ella para empezar una nueva vida como familia.

Después de vivir en otros sitios como Badajoz, Akapo (cuya familia es guineana y su parte paterna de Benin) finalmente se estableció en Móstoles, donde reside hace años y se ha formado como comunicador, ha estudiado en la UAB y ha sido premiado con una beca de The Afro-Latin American Research Institute (ALARI) de la Universidad de Harvard. Se considera a sí mismo divulgador y afroactivista.

Desde 2020 impulsa el proyecto ‘Blvck Pvper’ (por ‘black paper’, ‘diario negro’ en inglés) sobre noticias contra el racismo estructural, gracias al apoyo de una subvención de la fundación Data for Black Lives. Actualmente la web está en reforma y se relanzará a fin de año, pero siguen el trabajo de divulgación en redes sociales. «Vimos que había siempre una mirada paternalista sobre África, y además de la denuncia queríamos contar que África también es cultura, avances y tradición», explica. Es además el primer medio en castellano dedicado a este fin en el Estado español.

En entrevista con NAIZ, denuncia la poca concienciación sobre el racismo estructural de las instituciones del Estado español y la violencia cotidiana que sufren con la Policía, y lamenta que el debate público esté radicalizado utilizando la migración como ariete. «Me gustaría ver a la cara a Feijóo y Abascal, y preguntarles por qué hacen esto», señala.

Se define como afroactivista. ¿Qué es el afroactivismo?

He llegado a este término porque, cuando vine a España, mi activismo político y social empezó con los 14 años. He militado en espacios anarquistas y antifascistas, pero me daba cuenta de que algo faltaba cuando hablábamos de la cuestión de clase, de lo que pasaba en la sociedad española. Me faltaba algo y lo vine a entender cuando comencé a militar en el espacio antirracista. Empecé a tener conciencia de racializado, a introducirme más en los estudios del panafricanismo y la historia negra en sí más allá de la de Estados Unidos y adopté este término, aunque igualmente me interesa todo tipo de discriminación, sea contra la comunidad gitana, etcétera.

Las derechas han elegido la migración como tema para agitar y presionar al Gobierno Sánchez, como nunca antes. ¿Cómo lo siente?

A nivel personal, sigo sintiendo lo mismo que el Guillermo que tenía 15 años. La gente piensa que el auge de la ultraderecha y los mensajes racistas son cosa de hace pocos años, pero cuando yo llegué a España una de las primeras cosas que viví, la primera experiencia racista que tuve, fue en el comedor de la escuela cuando tenía 9 años y un chico me dijo «puto negro, vete a tu puto país». No entendía eso, se lo conté a mi madre, que no sabía darme una explicación teórica y me dijo ‘pasa de ellos’.

«La primera experiencia racista fue en el comedor de la escuela cuando tenía 9 años y un chico me dijo ‘puto negro, vete a tu puto país’»

 

Para mí no ha habido ningún cambio, en absoluto. Las pintadas en las paredes contra los negros ya las veía a los 11 años, y otros múltiples episodios. Para mí, como persona negra, todo esto no es nada nuevo, lo vengo combatiendo desde que pisé España.

Pero la repercusión en la discusión pública no es la misma que hace 10 años, ¿o sí?

Ese racismo social no es nuevo, pero sí es verdad que esto ha cambiado: lo que yo veía en las paredes lo veo ahora en el Congreso de los Diputados. Ahí ahora abiertamente criminalizan a la migración. Eso es lo que no veía hace 20 años, sobre todo en los medios de comunicación.

Muchas veces me hago esta pregunta y pienso si en realidad entonces no estaba muy atento a las noticias. Los medios enfocan diferente y ahora mismo ponen titulares de bulos y mentiras. Ese odio y criminalización de la calle ha pasado a primera línea de la política y los medios.

Me preocupa bastante, porque me pregunto cuál es la respuesta de la izquierda. Veo el ejemplo de Alemania y la izquierda simplemente da veracidad a los discursos racistas de la ultraderecha. Hace años que la izquierda no ha sabido articular una respuesta, no sé si no ha sabido o no ha querido. Cuando hay elecciones, abordan el tema, pero después en los gobiernos apenas se acuerdan de la cuestión migrante.

¿Del Gobierno español PSOE-Sumar, qué acción ve?

Creo que no se está abordando el tema, aunque tienen una oportunidad con la regularización. Pueden demostrar que se puede parar a la ultraderecha con políticas antirracistas, incluso con una ley contra el racismo. Pero estoy continuamente escuchando que ‘ahora no es el momento’, siempre hay otras prioridades.

En la pasada legislatura recuerdo que se nos hizo una consulta a todas las organizaciones para dar propuestas sobre una posible ley contra el racismo. No tengo tanto conocimiento jurídico, pero sé que tiene que haber una distinción entre delito de odio y racismo. Son cosas muy diferentes, porque el delito de odio agrupa muchas cuestiones: una persona blanca puede denunciar, por ejemplo, que lo llaman fascista u otra cosa, pero eso es totalmente distinto al racismo. Una persona blanca no puede denunciar que está sufriendo racismo, tiene que haber una ley específica contra el racismo.

«El Gobierno español puede demostrar que se puede parar a la ultraderecha con políticas antirracistas. Tiene que haber una ley específica contra el racismo»

 

España tiene que entender qué es el racismo y todavía no lo termina de entender, porque no hay un debate más allá que lo pueda denunciar un jugador de fútbol. Debe haber un debate serio y sociopolítico de qué es el racismo con las explicaciones de los colectivos antirracistas. Ese debate no está porque la gente se alborota, se ofende incluso porque aquí todos se creen que no existe el racismo. Tienen que entender lo que implica cuando la Policía te está parando continuamente, que en tu trabajo te digan que no puedes ir con trenzas... muchas cosas del día a día.

¿A usted la Policía española le ha parado mucho?

A mí la Policía me lleva parando desde que tengo 9 años. Estando en grupos con personas negras y blancas, solo nos pedían documentos a las personas negras y yo no entendía por qué, ni qué implicaba y lo que significa que la gente blanca te esté mirando en ese momento.

Llevo 22 años con DNI español y la Policía me ha parado no menos de 50 veces por ser negro. La última vez fue en mayo, de hecho. Psicológicamente creo que la gente no entiende hasta qué punto algo así te puede afectar. Yo si veo un coche de Policía, me genera inquietud, me pongo alerta y mis amigos blancos no sufren eso. Cuando me paran y pregunto por qué, me suelen decir que es por un proceso rutinario o por si tengo antecedentes...

¿Qué les diría a Feijóo y Abascal y a los propietarios de los medios que ha citado?

Uff, nunca me han preguntado esto. Pues me gustaría saber cuál es el fin de criminalizar a la comunidad migrante, por qué lo hacen. Creo que es una cuestión política y electoral, y que van a por los grupos más vulnerables y minorías étnicas. Pero me gustaría mirarles de frente, decirles por qué han difundido esas informaciones falsas, esos discursos con bulos... Se sabe que el mayor flujo migratorio viene de los aeropuertos, ¿por que siguen enfocando al marítimo? ¿Y por qué Abascal no señala a niños ucranianos o italianos?

«Los medios tienen que hacer el trabajo de desmentir los bulos. Me he encontrado gente que no sale de los márgenes de esos bulos»

Vivimos en un momento de tanta información al instante y tantas redes sociales que el primer bulo que entra te lo comes. He hablado con gente que ha creído estos bulos y se los he desmentido y este es el trabajo que tienen que hacer los medios. Me he encontrado a personas blancas que están en proceso de deconstrucción y que quieren aprender, pero también me he encontrado gente que no sale de los márgenes de los bulos. Muchos no se tragarían las mentiras si los grandes medios hicieran bien su trabajo, porque yo he hablado con gente militante de Vox, les he dado charlas sobre desinformación y he explicado cuál es nuestra historia y han salido entendiendo. Imagina si esto se multiplicara por miles.

¿Cree que la asociación de los migrantes de África con el Islam es la razón?

Quizás. Yo por ejemplo soy ateo, mi familia es cristiana y en parte musulmana. Pero también creo que durante años ha calado ver por las marquesinas de autobuses publicidades de niños negros con mocos y moscas. Esa violencia simbólica permanente durante años se suma a los bulos y la gente piensa en África como delincuencia, pobreza (y no empobrecimiento, que es diferente) y conflictos civiles. Pero África es muy compleja, son 55 países con muchas diferencias étnicas, religiosas y políticas, nada tiene que ver Burkina Faso con Mali...

Desde luego, la vinculación con el Islam puede no ayudar, aunque se sorprenderían los Santiago Abascal de los avances que hay en algunos países africanos.

«Nuestra cultura no es vivir hacinados; a todos nos atraviesan problemas como la vivienda, pero a nosotros el doble»

¿Cuáles son los problemas más urgentes de los migrantes racializados?

Uno es la burocracia, no poder trabajar, no poder convalidar los estudios... hay muchos obstáculos. Mientras tanto, son años y años trabajando en sectores precarios. También sufren el acceso a la vivienda, a los jóvenes les cuesta independizarse. A veces nos acusan de que hay 10 viviendo todos en un piso y se creen que es por gusto, cuando en realidad es porque no hay otra solución. No es nuestra cultura vivir hacinados. A todos nos atraviesan estos problemas, pero a nosotros el doble.