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Entrevue
Nico Gil Lavedra
Director del documental ‘Traslados’

«‘Traslados’ no le habla a la izquierda o a la derecha, expone hechos»

Director de películas como ‘Identidad robada’ y ‘Verdades verdaderas, la vida de Estela’, el director argentino Nico Gil Lavedra se adentra en el formato documental con ‘Traslados’, eufemismo que utilizaron durante la dictadura los militares para referirse a los vuelos de la muerte.

El director y guionista argentino Nico Gil Lavedra en Donostia en la presentación de su documental «Traslados». (Idoia ZABALETA | FOKU)

Director y guionista, Nico Gil Lavedra se adentra en los vuelos de la muerte durante la dictadura argentina en su documental ‘Traslados’, estrenado en Zinemaldia.

A través de un relato cronológico y de testimonios de ex detenidos desaparecidos, de jueces, forenses, madres como Nora Cortiñas o la presidenta de Abuelas, Estela Barnes de Carlotto, Gil Lavedra va desentrañando este macabro plan de exterminio urdido por los militares.

Cada miércoles, un grupo de prisioneros de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires era seleccionado para su «traslado». Eran inyectados con un anestésico, subidos a un avión y arrojados vivos al mar. El mismo procedimiento se repetía en el centro de detención clandestino de Campo de Mayo.

En abril de 1976 aparecieron los primeros cuerpos en las costas uruguayas con signos evidentes de tortura.

En trabajos anteriores ya se había adentrado en los tentáculos de la dictadura con las películas ‘Identidad perdida’ sobre el robo de menores, y ‘Verdades verdaderas, la vida de Estela’, un biopic sobre la presidenta de Abuelas.

«‘Traslados’ no le habla a la izquierda o a la derecha, a los socialistas o los comunistas o a los militantes. Pone sobre la mesa hechos. Si eso no nos puede unir como sociedad para condenar lo que pasó, para tener empatía con las víctimas, para repudiar el golpe de Estado y para entender el terrorismo de Estado, no sé qué lo hará», subraya en entrevista a NAIZ durante su paso por Zinemaldia.

¿Cómo llega a ‘Traslados’?

Me convocó la productora Zoe Hochbaum, con quien ya había hecho una película. Es joven, tiene 25 años, pero desde que en la facultad hizo un trabajo sobre los vuelos de la muerte, quedó obsesionada con el tema. Me dijo que tenía muchas ganas de hacer un documental sobre ello. Al principio dudé un poco, no por el tema en sí, sino porque nunca había hecho un documental. Cuando cuentas una historia, te tiene que conmover y sentí que lo podía hacer. 

El documental habla de los vuelos, de qué se sabía en cada momento cronológicamente, desde el 24 de marzo de 1976 en adelante. A muchos de los entrevistados como Estela de Carlotto, Nora Cortiñas –fallecida en mayo pasado– o Adolfo Pérez Esquivel ya los conocía con anterioridad. Fue todo un desafío.

Más allá de la investigación, de las pruebas, de los hallazgos, los entrevistados le dan un lugar a la ausencia, a los que no están.

Uno de los entrevistados es su padre, Ricardo Gil Lavedra, que integró el panel de jueces en el histórico Juicio a las Juntas de 1985. ¿Cómo fue la experiencia de entrevistarlo?

Como la de todos los argentinos, toda mi vida estuvo marcada por la dictadura. Yo nací en diciembre de 1983, cuatro días antes de que Raúl Alfonsín asumiera el Gobierno.

Mi papá fue uno de los jueces del Juicio de las Juntas y mi mamá es asistenta social y estuvo involucrada en las primeras restituciones desde la Justicia de nietos robados. Estudié Derecho.

Podemos tener muchas diferencias en determinados temas, pero siento mucho orgullo por lo que hizo. Era muy joven en el Juicio de las Juntas, tenía 36 años. Tuvieron mucho coraje y valentía en llevar adelante un juicio de ese tipo en Argentina en aquel momento.

Y con lo lenta que es la Justicia argentina, para diciembre ya había condenas para toda la cúpula militar. Poder entrevistarlo fue emotivo. Y, sobre todo, entender desde el lugar que él ocupaba qué se sabía entonces de los vuelos de la muerte.

«Lo más duro de la Argentina de hoy es ese pacto de silencio y que no se rompa con nada»

En el Juicio a las Juntas hubo dos temas que quedaron fuera, uno este y otro el del robo de bebés porque no había pruebas. Solo hubo dos o tres personas que hablaron de los ‘traslados’, que era el eufemismo que utilizaban los militares.

Uno de los entrevistados resalta que la dictadura es como «intentar hacer un rompecabezas de 10.000 piezas» en el que a lo sumo se pueden colocar cuatro piezas por el pacto de silencio.

La pregunta que nos hacíamos era, precisamente, por dónde empezar y cómo. Por suerte, el editor encontró la manera de ir contando cronológicamente lo que se sabía, abramos los hilos; desde los cuerpos que aparecen en Uruguay.

Al principio, se presumía que esos cuerpos pertenecían a orientales que podrían haber muerto en orgías sexuales en buques. Después encuentran a un adolescente de 15 años, Floreal Avellaneda, que había sido secuestrado con sus padres y llevado a la ESMA.

Su cuerpo apareció a las cinco semanas del golpe de Estado, lo que marca que los vuelos de la muerte era un método pensado, pero no había más pruebas ni gente que hablara hasta que lo hizo Adolfo Scilingo, que lo hizo en el momento de mayor impunidad. Primero lo hizo con el periodista Horacio Verbitsky, que lo encaró en la calle, y después en un programa de televisión de prime time.

Desde el Gobierno de Javier Milei se vuelve a promover la «teoría de los dos demonios» e, incluso, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quiere reabrir las causas judiciales contra quienes fueron militantes montoneros. En este contexto, seis diputados han visitado en prisión a represores condenados por delitos de lesa humanidad, entre ellos, Alfredo Astiz, exmarino de la ESMA, responsable, entre otras cosas, de la desaparición de tres madres, dos monjas francesas y varios activistas que fueron arrojados en uno de los vuelos de la muerte.

Milei es el presidente democráticamente elegido por la sociedad argentina; es lo que eligió la gente y lo respeto.

Con respecto a los intentos de Villarruel de hablar de una guerra o que los terroristas merecen la misma condena que los militares, hay un gran error semántico que tiene que ver con los delitos de lesa humanidad y el terrorismo de Estado.

Los militares cometieron terrorismo de Estado. Lo que hicieron no fue agarrar a los ‘terroristas’ que cometían atentados, ponían bombas o mataban a gente inocente, como ellos dicen, y juzgarlos, sino que los torturaron y los tiraron al mar desde aviones. Además de todo eso, se robaron bebés. No se puede equiparar un delito con otro.

Cuando veo las fotos de los diputados nacionales con Astiz me hace ruido porque no puede ser que no sepas quién fue; si no lo sabes, no sé si estás preparado para ocupar un cargo de ese tipo. Y segundo, nadie puede hablar de Astiz como un pobre viejito que está en una cárcel común.

«El Skyvan PA-51 es la prueba del delito. El símbolo de la memoria, como los centros clandestinos de detención»

Solo voy a hablar de lo que tiene que ver con el documental. Es un tipo que organizó un operativo para secuestrar a mujeres que estaban buscando a sus hijos y cuando la comunidad internacional y la Iglesia pide por las monjas y por esas mujeres que ya tenían cierto peso, decide sacarlas de la ESMA y tirarlas de un avión.

Cuando alguien me dice ‘están viejos’, le digo que nunca dijeron en qué lugar los tiraron, dónde están los bebés...

Lo más duro de la Argentina de hoy me parece ese pacto de silencio y que no se rompa con nada. La historia es la historia: quiénes desaparecieron, con qué métodos inhumanos lo hicieron.

¿Qué reacción recibió cuando planteó este documental?

Muchísima colaboración por parte de todos. Todos traían su archivo. Fuera de cámara un entrevistado reconoció que no podía dar números porque ‘no sabíamos a cuántos tiraron, pero sí podemos decir cuántos vuelos hubo; había un vuelo semanal en la ESMA y dos en Campo de Mayo en aviones en los que podían entrar desde una persona a 20. No sabemos si siempre estaban llenos, porque en el caso de Adolfo Pérez Esquivel, en su vuelo solo estaba él y después no lo tiraron’.

Me pareció muy responsable que me respondiera eso para que luego esto no fuera debatible. El documental tiene hechos, no opiniones.

«Cuando veo las fotos de los diputados nacionales con Astiz me hace ruido porque no puede ser que no sepas quién fue»

‘Traslados’ no le habla a la izquierda o a la derecha, a los socialistas o los comunistas o a los militantes. El documental pone en la mesa hechos, todo lo que se dice en ella está probado. Si eso no nos puede unir como sociedad para condenar lo que pasó, para tener empatía con las víctimas, para repudiar el golpe de Estado, para entender el terrorismo de Estado, no sé qué lo hará.

Intenta que no haya grieta en este tema. Eso es algo que toda la sociedad tiene que entender. Por eso, la narración está pensada para los jóvenes, para que sepan qué pasó, cómo se vivió en el tiempo.

¿Qué significa para Argentina que uno de los aviones, el Skyvan PA-51, haya sido localizado y esté expuesto en el sitio de memoria ex-ESMA?

Es la prueba del delito. El símbolo de la memoria, como los centros clandestinos de detención. Ya se han encontrado 700. Todos tienen que ser espacios de memoria para que no nos vuelva a pasar y banderas que debemos proteger.