La ultraderecha salva a Barnier en su primera censura y evita que se debata destituir a Macron
El apoyo tácito de la ultraderecha a la fórmula usada por Macron para alejar del gobierno a la izquierda ha quedado claro este martes en dos decisiones concatenadas. Primero se ha evitado que se debata destituir al presidente y después se ha rechazado la primera moción de censura contra Barnier.
El Gobierno del primer ministro francés, Michel Barnier, ha superado este martes su primera moción de censura, presentada por la izquierda, gracias a la abstención de los diputados de la extrema derecha.
La moción de censura solo ha sido votada por 197 diputados de los 577 que tiene la cámara, lejos de la mayoría absoluta que hubiera hecho caer al Ejecutivo del jefe del Gobierno nombrado por el presidente, Emmanuel Macron, hace poco más de un mes.
La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, mayoritaria en la Asamblea Nacional con 193 votos como ganadora de las elecciones del 7 de julio, solo ha logrado atraer a cuatro diputados regionalistas y pocos díscolos del macronismo.
No la han apoyado los dos partidos que sostienen a Barnier, los 166 macronistas y los 47 de la derecha moderada, ni, sobre todo, los 142 de la extrema derecha de Marine Le Pen, que han acabado siendo decisivos en el fracaso de la moción, lo que confirma el acuerdo tácito que llevó a apartar a la izquierda.
Le Pen dice que no descarta una moción de censura propia en el futuro, pero de momento se confirma la tesis del consenso tácito con Macron
El partido de Le Pen, que fue el más votado en las legislativas de julio, aunque solo el tercero en número de diputados, dice afirmar que su apoyo a Barnier será «exigente» y que no descarta presentar en el futuro su propia moción de censura. Su posición de hoy la ha presentado como «responsable» para no contribuir más al desgobierno del país tras el bloqueo impuesto por Macron durante casi tres meses.
El primer ministro supera así un obstáculo antes de presentar el próximo jueves su proyecto de presupuesto para el año próximo, que será el auténtico termómetro del apoyo real con el que cuenta en la cámara.
Como ya hiciera la pasada semana en la presentación de sus líneas de Gobierno, Barnier ha alertado de la delicada situación presupuestaria del país y ha pedido «responsabilidad» a los diferentes partidos para evitar que se agrave.
NFP quería señalar «la debilidad»
El Nuevo Frente Popular ha hecho hincapié en su discurso en que «el suyo es el Gobierno de un partido destruido, apoyado por otro partido que fue derrotado tres veces en un mes y que se sostiene gracias a la extrema derecha que fue rechazada por dos tercios de los franceses». Así lo ha asegurado Olivier Faure, líder del PS y encargado de presentar la moción de censura.
Faure ha considerado que, pese a la derrota, la iniciativa sirve para «mostrar la debilidad del Ejecutivo».
Entre otras cosas, ha criticado la línea de Gobierno avanzada por Barnier, que pretende reconducir las finanzas públicas con 40.000 millones de euros de recortes y 20.000 millones de ingresos suplementarios con subidas de impuestos a solo a los más ricos.
«La subida a los más ricos es una cortina de humo (...) En realidad pagarán las clases medias con subidas de tasas y con recortes de servicios», ha asegurado Faure.
Aunque es la primera moción de censura para Barnier, se trata de la número 35 ya desde que Macron perdió la mayoría en las legislativas de 2022
En su réplica, Barnier ha lamentado que la izquierda quiera censurar a su Gobierno «a priori», antes de que empiece a actuar, y ha esgrimido que, aunque sin mayoría absoluta, es el grupo que cuenta con más apoyos, ya que suma unos 200 diputados, entre macronistas y la derecha tradicional.
«Sé que tengo una mayoría relativa, pero es la menos relativa de todas», ha dicho el jefe de Gobierno elegido por Macron.
El Gobierno francés afronta la moción de censura número 35 (con distintos primeros ministros) desde que el partido del presidente, Emmanuel Macron, perdió la mayoría absoluta en las legislativas de 2022, un síntoma de la inestabilidad política que atraviesa el país desde entonces.
Aval a Macron, también con la ultraderecha
Horas antes se ha conocido otra decisión paralela que beneficia al presidente de la República.
El plenario de la Asamblea Nacional francesa no debatirá la propuesta de una parte de los diputados de izquierda para destituirle, debido al rechazo de la conferencia de presidentes de grupos parlamentarios.
La propuesta, presentada en respuesta al rechazo de Macron a nombrar un primer ministro de izquierda, ha recibido los votos en contra de los presidentes de los grupos vinculados al macronismo, así como de los conservadores del Los Republicanos (LR) y de la rama conservadora aliada a la extrema derecha de Marine Le Pen.
La propia Le Pen se ha abstenido, cuando su voto a favor podía haber modificado el resultado de la votación.
«Es Le Pen quien ha salvado a Emmanuel Macron del procedimiento de destitución», se ha quejado a la prensa Mathilde Panot, presidenta del grupo parlamentario del partido izquierdista La Francia Insumisa (LFI).
La propuesta, presentada por todos los diputados de LFI y algunos comunistas y ecologistas (pero no los socialistas), ya había sido rechazada la pasada semana por la comisión legislativa de la Asamblea Nacional.