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El sistema de pagos de los BRICS apunta alto

En la próxima cumbre de los BRICS que se celebrará en Kazán, una de las cuestiones de más peso será el sistema financiero internacional y las posibles alternativas. Rusia ha preparado un informe en el que aboga por poner en marcha un sistema alternativo global con los que quieran unirse.

Cumbre del los BRICS en Johannesburgo de 2023 (Ricardo STUCKERT | EUROPA PRESS)

Del 22 al 24 de octubre se celebrará la cumbre anual de los BRICS en la ciudad rusa de Kazán. Una cumbre en la que las cuestiones económicas tendrán un peso importante, después de que en la reunión del año pasado en Sudáfrica se creara un grupo de trabajo sobre pagos. De momento, en el ámbito financiero, los BRICS han creado el Nuevo Banco de Desarrollo dirigido por la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y han organizado la red de centros de investigación BRICS sobre finanzas.

La cuestión de una moneda alternativa al dólar ha levantado un apasionado debate que se ve con mucho interés en los países del sur global, que son los que padecen los dolorosos efectos del actual sistema financiero basado en el dólar. Un interés que se acrecienta al constatar que el peso de los países que conforman los BRICS alcanza el 36% de la economía mundial y el 26% de todo el comercio internacional. Sin embargo, la creación de un sistema financiero alternativo choca con algunos problemas. De hecho, las declaraciones del grupo en este punto han sido siempre moderadas; han evitado diplomáticamente contraponer su proyecto con el sistema actual. Han caracterizado sus esfuerzos como un intento de diversificar los sistemas de pago.

Retos que plantea un sistema financiero alternativo

Tras este interés por un sistema alternativo, también hay un afán por parte de algunos países de eludir las sanciones occidentales. Un aspecto que no se menciona en los documentos del grupo, pero que está muy presente. Especial interés tienen Rusia e Irán por el gran volumen de sanciones que soportan, pero también –en cierta manera– China. Desde el punto de vista de su seguridad nacional, un sistema alternativo a mano siempre será bienvenido si la confrontación con EEUU continúa escalando. Brasil estaría en un punto intermedio. Lula ha abogado repetidamente por dejar de lado el dólar, no tanto por el efecto de las posibles sanciones, como por la onerosa dependencia financiera que provoca en los países del sur global. El resto de países que participan en los BRICS están estrechamente integrados en el actual sistema y esta cuestión no entra dentro de sus prioridades, aunque la expulsión de Rusia del actual sistema ha encendido la alarma.

La Orden Ejecutiva 14024 de diciembre de 2023 otorga al Tesoro de EEUU autoridad para imponer sanciones financieras de bloqueo contra bancos extranjeros involucrados en transacciones con el complejo militar-industrial ruso o sobre bienes sometidos a control de exportaciones de EEUU. Tras ese cambio, los bancos de países, que antes se habían mostrado cautelosos en las transacciones con Rusia, se han vuelto más precavidos. El informe de septiembre "Economía regional" del Banco Central ruso señala que en julio una de cada cuatro empresas exportadoras tuvo dificultades para realizar pagos a sus contrapartes extranjeras. Los principales problemas fueron el bloqueo de los pagos, su devolución y los largos plazos para acreditar los fondos.

Otros problemas relacionados con un sistema financiero alternativo surgen de la propia configuración de los BRICS como un grupo sin estructura. Este carácter fluido da libertad de maniobra a los participantes, tiene pocas obligaciones y además evita la calcificación que suele ser inherente a las estructuras burocráticas. Pero de sus ventajas también surgen sus inconvenientes: los acuerdos financieros exigen cierta institucionalización que es complicada en este contexto.

En el ámbito político habría que destacar el impacto de las relaciones entre los países dentro de los BRICS. Los acuerdos financieros requieren confianza entre las partes. Los recelos entre la India y China impiden, por ejemplo, que el renminbi chino se pueda convertir en la moneda de reserva del grupo. Económicamente sería posible, dada la envergadura de la economía china, sin embargo, políticamente sería inaceptable para Nueva Delhi.

Y en el ámbito económico, el principal problema son los grandes desequilibrios en la balanza de pagos que existen entre estos países. Esta cuestión se puso de manifiesto, por ejemplo, cuando la venta de petróleo ruso a la India creció a causa de las sanciones. El pago en rupias se volvió inviable, ya que la parte rusa no podía gastar ese enorme caudal de moneda india en importaciones desde ese país. Una situación que se ha encauzado con el pago en monedas de otros países y con la búsqueda de oportunidades de inversión en la India.  

Las líneas maestras de la propuesta rusa

Conscientes de todos estos problemas, en la reunión preparatoria de los bancos centrales celebrada el pasado 11 de octubre en Moscú, los anfitriones presentaron un informe titulado "Mejora del sistema monetario y financiero internacional" preparado por el ministerio de Finanzas ruso, el Banco Central de la Federación Rusa y la consultora Yakov y partners. Como el propio título indica, el documento vas más allá de un sistema de pagos y recoge las propuestas para organizar un sistema financiero alternativo abierto a todos los países que quieran usarlo.

El informe analiza el actual sistema internacional anclado alrededor del FMI y concluye que  está altamente centralizado por el uso de unas pocas monedas de reserva, como el dólar, el yen o el euro, para la compensación de todos los pagos. Este monopolio se sostiene gracias a las líneas de intercambio de divisas entre los bancos centrales de unos pocos países, lo que impide que sea «barato, rápido y fiable» para el resto de la comunidad internacional.  

Para superar esta situación, el informe sugiere que las transferencias transfronterizas se realicen «entre bancos locales en monedas nacionales», lo que agilizaría en gran medida las transacciones. Para que estas sean seguras y al mismo tiempo ágiles, el documento propone utilizar la tecnología de registro distribuido, las monedas digitales de bancos centrales (CBDC). De este modo, además de seguro, el sistema serie eficiente y transparente. La contrapartida a todas estas operaciones estaría en los bancos centrales de los países participantes. En este ámbito, los BRICS ya han estado desarrollando la plataforma de pagos digitales BRICS Pay, creada en 2018, que permite a los participantes operar con sus fondos en cualquiera de las monedas adheridas. La plataforma que se está desarrollando para los pagos electrónicos se llamaría BRICS Bridge y usará las monedas digitales de los bancos centrales a una tasa de cambio igual a la de su divisa nacional.

Inversiones transnacionales

Más allá de la moneda y los pagos, el informe elaborado para la cumbre propone crear otro sistema llamado BRICS Clear para gestionar las inversiones entre los países que se adhieran. El ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, señaló que quieren crear un «sistema de contabilidad de valores dentro de nuestra propia comunidad, similar a los que existen en Occidente, pero cuyo uso está limitado para Rusia y otros países». El informe enfatiza los volúmenes de comercio crecen más rápido entre los países emergentes, pero esta situación no se refleja en la esfera de las inversiones. El documento señala que existe una desigualdad significativa entre los países en desarrollo y desarrollados en el tratamiento de las inversiones que se traduce en el pago de una prima de riesgo de hasta el 6% para las inversiones en proyectos en países en desarrollo. Una barrera que hace que la proporción de inversores foráneos en los países del sur global sea hasta cinco veces menor que en los países desarrollados.

La plataforma BRICS Clear funcionaría como una plataforma de compensación automática –sin funcionarios– que obligaría a compensar las transacciones con base en las órdenes aceptadas. La plataforma tendría un programa abierto y las reglas se cambiarían por consenso de los participantes. Además, la presidencia rusa propuso crea una Asociación Internacional de Agencias Nacionales de Numeración con competencias para crear códigos internacionales para numerar acciones (código ISIN), valores e instrumentos financieros (código CFI) y nombres cortos de todos los instrumentos financieros (código FISN). Todos estos códigos forman parte de la infraestructura necesario para registrar y negociar valores y realizar actividades de inversión internacionales.


El documento recoge asimismo otras propuestas como el reconocimiento mutuo de las calificaciones crediticias de las agencias de calificación de los países BRICS y el desarrollo de estándares para unificar los informes de información financiera. El informe propone asimismo diversificar la cartera de reservas de los países BRICS utilizando monedas del resto de países BRICS. Y en otro plano, la creación de una bolsa para el comercio de cereales. En este sentido, la Bolsa Internacional de Productos Básicos de San Petersburgo y la Bolsa Mercantil de Irán acaban de firmar un memorando de entendimiento.

Durante la presentación del informe, el socio experto de Yakov and Partners, Ilya Ivaninsky, dijo que el impacto de todas estas medidas ayudarían a ahorrar hasta 30.000 millones de dólares, lo que podría traducirse en un crecimiento adicional de un punto porcentual de la economía de los países participantes.

Los expertos apuntan a que el mecanismo puede empezar a funcionar con los países interesados. «Creo que este es el camino que vamos a recorrer. No hay plazos específicos, pero el interés de algunos países es muy fuerte y el de otros, menor», señaló el viceministro de Finanzas ruso, Ivan Chebeskov. Siluanov también reconoció al periódico Vedomosti que «muchos de ellos son muy cuidadosos al abordar nuestras iniciativas porque no se han enfrentado a restricciones externas». Por eso el informe mira al sur global.