«Económicamente los saudíes te tienen que convencer, pero no es solo una cuestión de dinero»
Después de tres años en la Liga francesa, María Díaz Cirauqui (Funes, 1995) llegaba hace dos meses a Riad para alistarse en el Al Shabab. Un equipo en el que también militan Andonova y Hamraoui y que aspira a ganar la todavía incipiente WPL saudí.
A María Díaz Cirauqui no le da pereza hacer las maletas. Y tampoco le asustan las distancias, que comenzaron discretas, con los treinta kilómetros que separaban su casa de Funes de los entrenamientos en Tafalla, y que han ido creciendo con el tiempo. Osasuna, Zaragoza, Real, Athletic y tres temporadas en la Liga francesa, tras las que ha llegado el gran salto. Porque una cosa es cruzar la muga, por muy a desmano que queden Essone o Dijon, y otra marcharse a Arabia Saudí. Por la distancia y porque es un destino, como mínimo, controvertido, que tiene a buena parte del deporte femenino en pie de guerra.
Hace poco más de una semana, sin ir más lejos, un centenar de jugadoras de todo el mundo exigían a la FIFA que cancelara su acuerdo comercial con la petrolera estatal saudí Aramco, como antes se alzaron voces contra el patrocinio de Visit Arabia al Mundial. Pero también son unas cuantas las jugadoras que se han ido incorporando a la Women’s Premier League en sus tres primeros años de vida. Cirauqui no quiere entrar en guerras, cree que la presencia de extranjeras puede ser beneficiosa y asegura que «hay que vivir la experiencia» en un país en el que «las cosas no son tan malas como pensamos desde fuera».
Le habrán pedido más explicaciones que cuando se fue a la Liga francesa.
No, no muchas. En mi pueblo, por ejemplo, que este verano he estado más tiempo, la gente me ha preguntado pero no me ha recriminado nada; al revés, me ha apoyado como siempre. Estoy superagradecida, siempre me reciben con una sonrisa.
¿Y usted? ¿Le tuvo que dar muchas vueltas?
Sí que me costó bastante. Mi agencia, Futbolistas, que siempre me ha apoyado en todos los pasos que he ido dando, me planteó varias opciones. Algunas en Europa, pero no me llamaban mucho la atención. Tenía opciones lejos y esta me tiraba mucho, una nueva experiencia, también voy cumpliendo años y tengo que aprovechar... A mis padres les chocó un poco, sobre todo porque estás tan lejos. No es lo mismo, pero por lo menos me pueden ver por televisión, que lo agradecen. Pero me apoyaron en la decisión, como lo han hecho siempre.
Entiendo que la baza principal de los saudíes para convencerle fue la oferta económica, que a fin de cuentas es como seducen a deportistas de todo el mundo.
Está claro que económicamente te tienen que convencer, no te voy a mentir, pero no es solo una cuestión de dinero. Es la posibilidad de conocer otra cultura muy diferente, de participar en un fútbol que está dando sus primeros pasos y que ofrece una experiencia enriquecedora de una manera diferente porque aquí llevan dos años de Liga profesional y compartimos equipo con jugadoras que han empezado a jugar hace solo tres o cuatro años, somos como sus profesoras en este proceso. Creo que tenemos que aprovechar la oportunidad, tanto personal como futbolísticamente. Y claro que no todo es bueno, es un país muy diferente sobre todo para la mujer, aunque no es tan extremo como lo leemos desde fuera.
¿Cómo es su vida allí?
Lo primero que me chocó fue el calor, que es sofocante, hasta cuesta respirar hasta que te acostumbras un poco; son 24 horas de calor, calor, calor. Y eso hace que se viva de tarde y de noche, cuando baja un poco la temperatura. Son horarios muy diferentes; entrenas tarde, cenas tarde, te acuestas tarde... Pero bueno, te acabas acostumbrando.
Y en lo que respecta la vestimenta y demás, hay lugares, sobre todo cerrados, en los que las mujeres tenemos que guardar ciertas formas, pero en la calle, aunque alguno igual te mira raro, no es así. Se nota que hay cada vez más extranjeros y se van acostumbrando a que vayamos con manga corta, pantalón corto, aunque es mejor no llamar la atención. La verdad es que no hacemos mucha vida social.
En el campo no tiene restricciones de ningún tipo, siendo extranjera.
No. Y se pueden ver los partidos por televisión y también pueden venir al campo hombres y mujeres aunque la verdad es que no solemos tener demasiado público, tampoco en los partidos masculinos, a no ser que sea un derbi o así.
Y hablando exclusivamente de fútbol, ¿qué ha encontrado en el Al Shabab?
A nivel de instalaciones está muy bien, por ejemplo nosotras usamos dos campos de hierba natural para entrenar y jugamos siempre en el estadio. Y está todo impecable.
Y a nivel deportivo, al principio te choca un poco el nivel, hasta que realmente te das cuenta de que a lo que vienes es a ayudar a las chicas, que empiezan ahora o llevan dos o tres años jugando, a enseñarles, a tener paciencia con ellas... Porque están en una fase que nosotras hemos pasado con diez-doce años. Así que el nivel es más bajo, pero en dos meses ya se nota lo rápido que van cogiendo los aspectos técnico-tácticos... En pocos años pueden llegar a un gran nivel.
¿Estará allí para comprobarlo en primera persona?
Ya veremos, de momento he firmado por un año. Habrá que valorarlo todo, que ya no soy tan joven, empiezo a ver que mi carrera va acabando y tengo que aprovechar al máximo lo que me quede. De momento estoy muy contenta.