A falta de la votación, que se producirá el jueves, todo parece indicar que la moción no saldrá adelante, ya que tanto Ciudadanos como PSOE y PP han anunciado su voto en contra.
Ha sido la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia la encargada de defender la moción, en una intervención en la que ha acusado al Gobierno español de «no moverle la humanidad y sí la venganza» porque solo excarcela a los presos enfermos cuando solo les queda unas semanas de vida.
Leopoldo Barreda, del PP, ha visto en la moción de EH Bildu «otros intereses» que afectarían a los presos y le ha recriminado que «aireen las enfermedades y oculten» los tratamientos y la atención que reciben».
«Ya está bien, porque en España es la normalidad democrática la que garantiza la asistencia a los presos», ha añadido Barreda.
Mientras, el diputado del PSOE Pedro Muñoz González ha rechazado la moción porque su grupo «no votará en el Parlamento qué tiene que hacer el juez de Vigilancia Penitenciaria», adoptando una postura divergente respecto a la del PSE.
Por su parte, Mikel Legarda, del PNV, ha considerado necesario que los presos con enfermedades terminales puedan vivir sus últimos momentos en las condiciones «más humanas posibles», porque eso es «la grandeza de la sociedad», a la vez que ha aprovechado para pedir la disolución de ETA.
Desde ERC, Ester Capella ha dicho que el Gobierno español «debe y debería respetar de forma escrupulosa los derechos que asisten a los presos», en tanto que Nagua Alba, de Podemos, ha ofrecido cifras de aquellos presos que murieron en hospitales penitenciarios (59 y ninguno de ellos de ETA), solos y sin poder despedirse. «No es humanitario ni legal», ha enfatizado.

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