Lo ha dicho este viernes junto al vicepresidente, Oriol Junqueras, y el resto del Ejecutivo en el Pati dels Tarongers de la Generalitat tras una reunión extraordinaria del Consell Executiu.
Los diputados de JxSí y de la CUP en el Parlament han acudido a la Generalitat para presenciar el anuncio de la fecha y pregunta para consultar a los catalanes sobre su futuro político.
En su declaración, Puigdemont ha destacado que, «en ejercicio del legítimo derecho a la autodeterminación que tiene una nación milenaria» como Catalunya, tiene intención de convocar el referéndum para el 1 de octubre, con papeletas en catalán, castellano y aranés, las tres lenguas oficiales, y ha asegurado que el Govern «se compromete a aplicar» el resultado que arrojen las urnas.
Después de una reunión extraordinaria del Consell Executiu, Puigdemont ha comparecido en el Pati dels Tarongers acompañado del vicepresidente, Oriol Junqueras, arropado por todos los consellers, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, los miembros soberanistas de la Mesa y diputados de JxSí y la CUP.
Puigdemont ha destacado que «toca a los catalanes decidir su futuro» y «demostrar que la democracia nos une por encima de las legítimas y saludables discrepancias que caracterizan toda sociedad madura y convivencial, que sabe tomar las decisiones por ella misma y respetar todas las opciones de respuesta a la pregunta formulada».
Ha remarcado que el Ejecutivo catalán «se conjura para ofrecer todas les garantías y velar por la rectitud del proceso de convocatoria, organización y celebración del referéndum», y ha llamado a los catalanes «a asumir colectivamente, con la máxima dignidad y exigencia, el ejercicio de un derecho inalienable: el derecho de las personas a decidir libremente el futuro de su país».
Buscar un acuerdo con el Estado español
El president catalán ha argumentado que el Govern ha perseguido el acuerdo con el Estado español «de forma reiterada» y ha explicado al «mundo entero» la situación, pero Catalunya está llegando «al final de la legislatura sin ninguna respuesta positiva», ha añadido.
En este contexto, ha recordado que su compromiso de «referéndum o referéndum», que avaló el Parlament de forma mayoritaria.
El president catalán ha considerado que el marco legal «no impide» un referéndum acordado y ha subrayado que el problema es el «no quiero» del jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y «con un no quiero no se puede ir al altar», ha añadido.
En este sentido, ha criticado que «todo un sistema político, social, económico y mediático -el del Estado- no tenga ninguna voluntad de participar en la solución de un problema real y profundo».
Puigdemont ha recordado que se cumplen siete años de la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut, por lo que «venimos de una larga y decepcionante colección de noes por parte del Gobierno y de las Cortes a todas las propuestas para resolver de forma acordada y dialogada el conflicto entre Catalunta y el Estado».
En esta misma línea, Junqueras, por su parte, ha subrayado que el Estado «ha negado la posibilidad a los ciudadanos de Cataluña de decidir su futuro a través de su voto y lo ha hecho en al menos 18 ocasiones».