La campaña oficial unionista «Better Together» (Mejor Juntos), compuesta por los partidos laborista, conservador y liberaldemócrata, se había distanciado de la convocatoria orangista por miedo a que pudiera provocar que algunos sectores de los votantes indecisos se decantaran finalmente por el «sí» en el referéndum.
Al son de los tambores y las flautas, y flanqueados por un amplio dispositivo policial, los orangistas han desfliado portando numerosas banderas británicas y simbología unionista en una marcha que ha transcurrido sin incidentes por el centro de la capital escocesa.
«Hermanos y hermanas, en un mundo de inestabilidad, un mundo de inseguridad, un mundo de proliferación nuclear, de islamismo radical, la gente mira al Reino Unido como un tierra de esperanza, una tierra de paz, de éxito y unidad», ha declarado al final de la marcha el gran capellán de la orden, Henry Williamson.
«Un enemigo que divide y es diabólico se ha alzado contra Escocia disfrazado de falso patriotismo y de nacionalismo en el referéndum contra nuestro amado Reino Unido», ha añadido el líder orangista.
Este ha sido el segundo acto unionista organizado al margen de «Better Together» en 24 horas, después de la visita a Glasgow anoche de Nigel Farange, el líder del partido nacionalista británico UKIP.
Encuestas
En una encuesta auspiciada por «Better Together» y difundida este sábado el «no» parecía recuperar terreno con un 54% de intención de voto –sin contar con los indecisos– frente a un 46% para el «sí» pero varios sondeos ayer señalaban que el resultado de la consulta del jueves será previsiblemente más apretado.
Tras el viaje a Escocia de los líderes de los tres principales partidos del parlamento de Westminster el pasado miércoles, el exprimer ministro laborista Gordon Brown, que es escocés, ha asumido el liderazgo de la campaña unionista en la recta final.
«Ninguno de los que estamos aquí debe permitir que se diga que los que votan 'no' son menos patriotas o están menos orgullosos de su país», declaró Brown ayer en un acto organizado por los laboristas en Kirkcaldy, a unos 40 kilómetros al norte de Edimburgo.
«Estamos orgullosos de compartir y cooperar como parte del Reino Unido», añadió el político nacido en Glasgow.