Más de media hora antes de que diera comienzo la marcha, la plaza de Elgoibar era ya un hervidero de personas. Miles de ciudadanos se han sumado a esta cita, justo cuando se cumplen cinco años del encarcelamiento de Arnaldo Otegi, Sonia Jacinto, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta y Rafa Díez.
El recorrido ha estado encabezado por dos pancartas, que han sido portadas por los familiares de los apresados y representantes de diferentes ámbitos.
La de Elgoibar ha sido una imagen de la diversidad y de personas de diferentes ideologías que se han desplazado hasta la localidad guipuzcoana para exigir la libertad de los cinco políticos independentistas. Por sus calles se han manifestado Hasier Arraiz, Rufi Etxeberria, de Sortu, el abogado Iñigo Iruin, o el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano. Junto a ellos, han seguido el recorrido, Gemma Zabaleta, José Luis Uriz, Javier Madrazo, David Fernández (CUP), Joan Tarda (ERC), Xavier Campos (BNG) y los sindicalistas ‘Txiki’ Muñoz (ELA), Javi Garnika (LAB) y Jesús Uzkudun (CCOO).
Y es que la movilización ha contado en las últimas semanas con más de 200 adhesiones, desde partidos políticos, sindicatos, organizaciones y personalidades que han dado su apoyo a título individual.
La marcha ha concluido con la intervención de Ainhoa Aznarez (PSN) y Luis Pérez Leira, que ha dado lectura de un mensaje de Adolfo Pérez Esquivel. El Nobel de la Paz, que no ha podido asistir a la marcha, ha hecho llegar un mensaje donde ha reiterado que la encarcelación de Otegi y el resto de procesados es una «ofensa a la humanidad».
Aznarez, por su parte, ha incidido en el «amplio y diverso espectro» que se ha dado cita hoy en Elgoibar. «Algunos de los que estamos aquí defendemos la ideología de los encarcelados, otros, estamos muy lejos de sus ideas. Pero nos hemos reunido aquí para defender los derechos humanos», ha dicho.
«Los cinco –ha añadido– son en gran medida los responsables de la situación de paz y esperanza que vivimos hoy en Euskal Herria», y ha señalado que su liberación, al igual que la de las personas encarceladas por actuaciones políticas o la de presos enfermos, «ayudaría en la convivencia de nuestro país».