
Un nutrido grupo de personas se ha reunido este lunes en la localidad guipuzcoana de Errenteria para reclamar los derechos de los hijos e hijas de las personas presas, ya que debido a la dispersión estos menores han de recorrer miles de kilómetros cada año para ver a sus padres y madres.
El acto, convocado por Sare, se centraba en este caso en la situación de Garikoitz, vecino de este pueblo e hijo de los prisioneros vascos Eider Pérez y Jon Solana. En la actualidad, este niño de 7 años tiene que recorrer 865 kilómetros para estar con su madre en Córdoba, otros 140 para estar con su padre en Sevilla y luego 925 de vuelta hasta su casa.
Sare ha denunciado que según la legislación vigente la pareja tiene que cumplir la pena en la misma prisión para favorecer los lazos familiares y que los hijos e hijas puedan visitar a su padre y a su madre conjuntamente.

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