
Jon Enparantza está preso desde hace un año y ocho meses, cuando fue arrestado en una operación contra la interlocución de EPPK. Actualmente está en la cárcel de Segovia, en un régimen de incomunicación total que le mantiene 20 horas en una celda individual, con dos salidas de dos horas, en solitario, a un pequeño patio, y una visita semanal de 40 minutos en un horario distinto al del resto de prisioneros.
«A esto Europa lo denomina ‘tortura blanca’», ha denunciado su esposa, Maider Alustiza, en la comparecencia que ha ofrecido junto a allegados y vecinos del Antiguo para dar cuenta de las iniciativas que van a poner en marcha para protestar por su situación. Alustiza ha recordado que de los ocho detenidos en la redada de enero de 2014 solo su marido y Arantza Zulueta siguen en prisión preventiva y ambos en la similar situación carcelaria.
Para el próximo sábado han convocado una manifestación bajo el lema ‘Isolamenduari stop. Presoak etxera’ por las calles del barrio del Antiguo, tras cuya celebración comenzarán a recoger firmas para presentar denuncias en bloque ante el juzgado de Donostia que corresponda.
Además, han anunciado que van a solicitar reuniones con los grupos municipales del Ayuntamiento donostiarra con el fin de que sea presentada una moción al pleno sobre la situación del abogado antiguotarra.

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