El portavoz de la Plataforma Vasca por la Querella Contra los Crímenes del Franquismo, Juan María Zulaika, ha presentado los casos de Tasio Erkizia y Julia Lanas, que declararán en los juzgados de Bilbo y Gernika dentro de la querella que instruye la jueza argentina Maria Servini, en virtud del principio de Justicia Universal.
Erkizia fue detenido y salvajemente torturado en mayo de 1975 por la Policía española y tuvo que permanecer dos meses en el hospital recuperándose de las graves lesiones que le infligieron. Su caso fue denunciado ante los tribunales en 1975 por 40 abogados vascos, pero la causa quedó archivada tras un simulacro de investigación judicial, según ha recordado hoy el propio Erkizia.
Por su parte, Julia Lanas, expondrá este viernes ante el juez de Gernika el caso de su padre, hecho prisionero en 1937, encarcelado, brutalmente torturado y finalmente fusilado por las tropas franquistas.
En la comparecencia ha expuesto también su caso el que fuera dirigente del PCE de Euskadi en Bizkaia, Luis María Ormazabal Pérez, de 92 años, encarcelado y torturado en 1960 a su vuelta de Checoslovaquia tras participar en la VI Asamblea del PC de España y, posteriormente, en la década de los años 70. Su solicitud para dar testimonio de lo sufrido no ha sido admitida a trámite.
Zulaika ha denunciado también las «trabas y obstáculos» que está poniendo la Fiscalía del Estado y el Gobierno del PP para que la jueza Servini pueda viajar al Estado español a recibir el testimonio de los más de 100 personados vascos en dicha querella.
Ha recordado que esta querella cuenta con el apoyo de distintas instituciones municipales y forales vascas y ha expresado su esperanza de que este apoyo y el compromiso de dichas administraciones de presentar querellas propias en los respectivos juzgados de sus localidades «despierte e incentive a los jueces locales a involucrarse en la investigación de estos crímenes, desoyendo las órdenes de la Fiscalía española».
Ha expresado también su deseo de que los jueces que ejercen en la CAV «empiecen de una vez a exigir la investigación de lo sucedido y a promover declaraciones de condena y a construir la verdad y la justicia que la impunidad nos ha arrebatado».
«El actual Gobierno español se resiste patas arriba [a que se lleve adelante esta investigación], es un muro de impunidad, pero las querellas que se interpongan aquí, esperamos, deben ser el gota a gota que horade la roca de ese muro de impunidad», ha concluido.