El parque Alderdi Eder de Donostia ha acogido una concentración en la que unas 500 personas han defendido la excarcelación de Sara Majarenas, presa en Picassent, cuya hija de dos años fue agredida el pasado domingo por su expareja. La pequeña permanece ingresada en el Hospital La Fe de Valencia sin que su madre pueda visitarla diariamente ni pueda permanecer de continuo con ella.
«Sara, es el mas claro ejemplo de la política penitenciaria del Gobierno español. Porque en la presa vasca, se unen no solo el castigo del alejamiento, a mas de 500 kilómetros de su casa, de su entorno familiar, más cruel, si cabe, en estas circunstancias», han declarado Joseba Azkarraga e Inaxio Oiarzabal.
Los representantes de Sare han remarcado que en el caso de Majarenas también se une que se encuentra bajo una legislación excepcional, que le impide acceder a la libertad condicional, tras haber cumplido, bastante más que las 3/4 partes de su condena, tal como obliga la ley. «Por ello, exigimos, el fin de la venganza. Y en este caso concreto, aunque solo sea por humanidad, exigimos su inmediata puesta en libertad, y mientras tanto, su traslado a la prisión de Martutene».
La concentración, que se ha desarrollado bajo el lema «Por el respeto a todos los derechos humanos, fin de la legislación de excepción» ha terminado entre aplausos de los asistentes y la mirada de quienes transitaban el centro de la capital guipuzcoana.