En rueda de prensa, Juan José Imbroda, presidente de Melilla, ha rechazado las críticas por su presencia al sepelio que se realizó de forma «íntima y privada» el pasado 23 de marzo en el Panteón Militar de Regulares 2, en el Cementerio de Melilla, con la presencia del actual comandante general de Melilla y una comisión militar formada por coroneles de las unidades radicadas en la ciudad, así como familiares del general Sanjurjo, que fueron los que pidieran que se enterraran los restos del militar en el panteón después de que el Ayuntamiento de Iruñea, decidiera la inhumación de los restos de Sanjurjo y otros militares, como el general Mola, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Imbroda ha manifestado que acudirá a todos los entierros de personas que «hayan luchado por defender la españolidad de Melilla», como es el caso del general de Sanjurjo, cuando en 1921 desembarcó en Alhucemas en el transcurso de la guerra del Rif,
El también senador del PP ha defendido sus «convicciones democráticas», tras las acusaciones de Podemos, y ha subrayado que el hecho de asistir al entierro del general Sanjurjo, que tomó parte en los golpes de Estado del 1932 y 1936, no es óbice para condenar la dictadura de Franco. «No he sido franquista nunca», ha afirmado Imbroda.
Imbroda ha defendido la historia «guste o no guste», y ha criticado que «algunos quieren ganar la guerra ahora, 81 año después, y volver al 17 de julio de 1936».
El presidente de Melilla ha señalado que el comandante general de Melilla, Fernando Gutérrez de Otazu, fue quien le comunicó que se iba producir el entierro y él decidió asistir porque el general Sanjurjo defendió Melilla: «Sin las acciones como las suyas, ahora no ondearía la bandera de España en Melilla ni estaría yo aquí», ha subrayado.