Cheikhouna, de 36 años, llegó a Iruñea hace once años. En 2015, la Policía le pidió la documentación mientras se dedicaba a la venta ambulante en Antsoain y como no tenía, fue llevado a comisaría.
Desde el 9 de junio de 2016 pesa sobre él una orden de expulsión de un año, motivo por el que ha pasado por el juzgado.
Su caso ha generado una oleada de solidaridad en la Txantrea, barrio iruindarra de donde es vecino. Además del respaldo de numerosos txantreanos, Cheikhouna cuenta con el apoyo de varios parlamentarios y otros cargos de representación, junto al Pleno de Atarrabia. Por ejemplo, en la concentración celebrada frente al juzgado se pudo ver a parlamentairos de EH Bildu e I-E.