Uxue Barkos lleva una semana frenética. Atiende a GARA el jueves, última jornada como diputada en Madrid y un día antes de hablar con el PSN en Iruñea.

¿Se siente ya presidenta?

Me veo responsable de dirigir las conversaciones para llegar a un acuerdo programático potente y al mejor Gobierno del cambio. Es una responsabilidad, un honor y un placer.

Insiste en no dejar fuera del cambio al PSN. Sin embargo, este ya han sido explícito en su veto a EH Bildu, tanto desde Iruñea como desde Madrid...

El PSN ha sido explícito. Pero desde la izquierda abertzale se ha dicho en muchas ocasiones que tampoco contempla al PSN en el cambio. Nosotros creemos que el cambio es incontestable. Hay una mayoría sólida de 26 parlamentarios. A mi me gustaría pensar que pudieran ser 33. Esa es la invitación al PSN. Que lo decidan ellos. Me merecen un enorme respeto esos más de 40.000 votos que ha obtenido. Hemos sido explícitos en campaña: no tenemos líneas rojas.

La «cara larga» de María Chivite el domingo evidenciaba que son ellos quienes se saben perdedores y se ubican dentro del bloque del régimen...

Fueron unos resultados históricamente malos. Es el suelo del PSN. Sin embargo, siguen teniendo una base sólida en una parte de Navarra, que es la Ribera. Es muy importante que esa representación ribera esté también participando del cambio.

La presión es para que excluya a EH Bildu. ¿Contempla la opción de dejarle fuera?

No contemplo ese escenario ni la exclusión de ninguna sigla. Ni de EH Bildu ni del PSN. Es cierto que hay mucha contestación desde la izquierda abertzale a un PSN que tiene una historia reciente de traiciones al cambio en Navarra. Pero no es menos cierto que cada uno de los votos que ha obtenido se merecen respeto y generosidad. No tiene la llave. Por eso, el respeto y la generosidad es sincera y real. Todos esos votos deben permitírsele incorporarse a una Navarra progresista, integradora, con políticas que recompongan el daño que han hecho estos últimos 20 años de UPN.

El PNV forma parte de la coalición Geroa Bai. Y, a su vez, mantiene un acuerdo de estabilidad con el PSE en la CAV. ¿Influye este pacto a la hora de pactar Gobierno en Navarra?

No está influyendo. Lo digo con total tranquilidad. Efectivamente el PNV es parte de la coalición. En este caso, el Napar Buru Batzar es el que lleva las negociaciones en el seno de la coalición y el que asume las responsabilidad. A partir de ahí no se ha producido y me sorprendería mucho que se cayera en la tentación, por más que otra formación pudiera tener esa idea.

Dirigentes de Podemos en Madrid también han considerado que un pacto les perjudicaría...

Es bastante evidente que han tenido tensiones. Habrá que buscar fórmulas que satisfagan lo máximo posible. No me atrevo a hacer una previsión sobre quién ganará el pulso, si Navarra o Madrid. Laura Pérez ha sido muy clara y confío en su palabra.

El abertzalismo ha obtenido 17 parlamentarios. ¿Cree que se puede usar eso para desestabilizar al futuro Ejecutivo?

Un gobierno con participación de abertzales es algo apocalíptico para mentes acostumbradas a no mirar más allá de su propio ombligo. Por eso es interesante que las sensibilidades de la política navarra se vean, si no igualmenten representadas, sí serenas ante ese Ejecutivo. Que no suponga una agresión a ninguna, sino gobernar para todas, a diferencia de lo que hemos sufrido en los útimos 20 años.

¿Cómo se blinda frente a las presiones de Madrid?

Habremos de ser generosos e inteligentes. Lo cierto y real, le moleste a quien le moleste, es que hay 26 escaños que van a trabajar con capacidad legislativa por un cambio. Debemos consolidar el cambio por la vía del acuerdo programático con capacidad parlamentaria. Somos 26, ojalá seamos 33, y a partir de ahí hagamos un Gobierno libre de tensiones partidarias y de cuotas de partido.

¿Cuál es el modelo?

De eso no se ha hablado con los partidos y creo que es prioritario mantener el respeto a quienes son nuestros primeros interlocutores. Las fórmulas son previsibles. Hablémoslo, lleguemos a un acuerdo y hagamos un Gobierno fuerte, con responsabilidad de comparecer en el Parlamento y controlado con toda la intensidad que se requiera. Se habrán de producir diferencias lo largo de estos cuatro años, pero esas diferencias deben escenificarse de manera legítima. Con toda la contundencia que sea necesario en el Parlamento, pero el Gobierno debe quedar preservado.

¿Cuáles son las bases de acuerdo programático que plantea?

Nuestra propuesta es ir trabajando sobre nuestro programa, por ser el que más votos ha obtenido en torno al cambio, y compaginarlo, hacerlo más plural, con las prioridades de los programas del resto de formaciones. Primero reuniéndonos de manera bilateral y luego, lógicamente, de forma conjunta. Debemos arrancar con un buen y sólido acuerdo.

 

«Hay cosas que no se esconden ni con fuego a la trituradora»

En los últimos días se han extendido las sospechas de que pudiera estar produciéndose la destrucción de documentos en el Ayuntamiento de Iruñea o en el Gobierno de Nafarroa. ¿Da veracidad a estas acusaciones? ¿Se van a investigar?

No tengo ni idea, pero el rumor es tan extendido que una piensa que algo de verdad habrá. Las fuerzas vivas de la comunidad ya tienen asumida la salida del Gobierno. Y es verdad que un cambio de Ejecutivo suele llevar pareja una suerte de limpieza de algunas de las gestiones realizadas. Nosotros dijimos que queríamos distinguir entre aquello que se ha gestionado mal, no los desaciertos sino lo que se ha gestionado mal, las actitudes rayanas en la falta de ética, de aquellas actuaciones que puedan comprometerse o entrar en el terreno de la corrupción. Todo ello hay que analizarlo y hay cosas que son muy difíciles de esconder. Ni dándole fuego a la destructora de documentos.

En momentos de cambio tan profundo y con el miedo que tienen determinadas élites, ¿se ha planteado la posibilidad de un «tamayazo» que impidiese constituir un Gobierno alternativo a UPN?

¡No se me ocurre! Habría que buscar números. ¿A quién ponemos? ¿A Izquierda-Ezkerra? ¿A Podemos? ¿EH Bildu? ¿Geroa Bai? No se me ocurre vista la trayectoria política, la situación, el trabajo y el compromiso de las siglas que componen el cambio en Navarra.

En Iruñea los votos le han otorgado a Joseba Asirón, de EH Bildu, la responsabilidad de liderar el cambio. ¿Cree que las presiones serán todavía mayores?

Las presiones no nos preocupan. Nosotros mantenemos una línea de trabajo muy clara y lo dijo Itziar Gómez, que es a quien le corresponde: que Geroa Bai va a ser facilitador del cambio allá donde deba producirse y que asumirá su responsabilidad. Esto no es un cheque en blanco. Hay que llegar a acuerdos, pero el primer reconocimiento en el caso de Iruñea es que los ciudadanos han dado esa responsabilidad a Joseba Asiron y a él le corresponde llevar a cabo las negociaciones y encontrar esos catorce votos para ser alcalde.

¿No es lógico pensar en un pacto en Nafarroa que incluya también Iruñea y otros?

No podemos decidir o imponer desde la política foral a la municipal. Abogamos por acuerdos en los términos del cambio que planteamos: integrador, sereno, sensato y que sea capaz de responder a las necesidades reales de la sociedad, como empleo, sanidad, educación y servicios sociales.A.P.