Las primas millonarias de Euskaltel refuerzan las críticas a la privatización
La noticia del pago de 48 millones de euros a los directivos de Euskaltel con motivo de su salida a Bolsa ha reforzado las críticas contra la privatización de la emblemática compañía vasca. Mientras el comité cree que esta política de incentivos mancha su imagen, LAB y EH Bildu dirigen sus críticas a Lakua por oponerse a los «bonus» cuando en los últimos años ha venido impulsando el proceso. PSE y PP también lo critican, aunque no se oponen a la venta de acciones.
La salida a Bolsa de Euskaltel el próximo 1 de julio supondrá que diez directivos de la compañía vasca de telecomunicaciones vayan a embolsarse más de 40 millones de euros, tanto en efectivo como en acciones, mientras su presidente, Alberto García Erauzkin, recibirá 8,2 millones de euros, unas cifras que han generado indignación en ámbitos sindicales y políticos, lo que ha fortalecido las críticas hacia su privatización.
Así, el comité de empresa mostró ayer su «más rotunda condena y rechazo» a la política de incentivos para los directivos de la compañía y advirtió de que «se mancha» la imagen de la empresa con el «lucro de determinadas personas».
La representación sindical en la empresa, integrada por CCOO y ELA, considera «totalmente inaceptables» las cifras de incentivos que se están manejando y no duda en calificarlas de «realmente escandalosas e indecentes».
Censura además el reparto de los incentivos después de los planes aplicados en la empresa para reducir el gasto y los procesos de externalización de servicios acometidos, que han supuesto la salida de casi 200 trabajadores de Euskaltel.
El comité también recuerda que en los últimos dos años no ha habido incrementos de salarios para la plantilla mientras que en el último ejercicio «la cúpula directiva se lo ha aumentado un 10%».
Empresa pública
El sindicato LAB, por su parte, calificó de «sorprendente» que el portavoz del Gobierno de Gasteiz, Josu Erkoreka, expresara el martes su malestar por el reparto del «bonus» extraordinario cuando «sus compañeros de partido han decidido en Kutxabank –accionista mayoritario–» que se lleve a cabo la operación de salida a Bolsa.
A juicio de LAB, Euskaltel es «una empresa fundamental» para el tejido productivo vasco, por lo que debería ser, «como lo fue con anterioridad», una empresa pública. «La privatización de las empresas y servicios públicos es el negocio para especuladores y gestores que se lucran ilegítimamente de las decisiones que toman», denunció.
«Colaboradores»
EH Bildu consideró también que las primas son «una consecuencia del proceso de privatización» y califica por ello de «desvergüenza» la actitud del Gobierno de Gasteiz por «recurrir a la pataleta, cuando sabían de antemano lo que podía pasar», ya que «han sido acompañantes y colaboradores de este proceso».
Así, recuerda que la privatización se ha dado en sucesivos pasos como «la venta de participaciones que las empresas referenciales tenían en la corporación, la privatización de la red de fibra óptica, la reducción de la participación que Kutxabank tenía en la empresa, la supresión del equipo ciclista, la externalización de servicios y ahora, la salida a Bolsa».
Por ello, la coalición abertzale anunció que mañana va a interpelar sobre esta cuestión en el Parlamento a la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia.
PP y PSE también se opusieron al pago de estos incentivos, aunque el partido que dirige Idoia Mendia se mostró a favor de la salida a Bolsa y confió en que la misma garantice «un próspero futuro a la firma y a sus accionistas».
Los directivos «aportaron patrimonio personal»
Ante el cariz de las críticas por el pago de incentivos a sus directivos, la compañía se vio obligada ayer a emitir un comunicado para aclarar que el plan de inversión e incentivos fue «impulsado y aprobado» por su Consejo de Administración como «órgano soberano de la compañía».
Además, matiza que es «política habitual» entre las empresas con participación «significativa» de fondos de inversión, que estos requieran a los directivos «clave» la involucración económica, «aportando patrimonio personal en la suerte de la marcha de la compañía, como forma de incentivación, pero también de asunción del riesgo empresarial, asumiendo el mismo papel equivalente a los accionistas».
Así, asegura que los 24 directivos incluidos en este plan, cada uno de los cuales habría aportado entre 24.000 y 975.000 euros de su patrimonio personal, reinvertirán «voluntariamente» en acciones de la compañía un total de 12,5 millones de euros, lo que supone el 50% del incentivo. GARA