«Pensar un cómic es la parte más divertida del proceso de creación»
El historietista navarro acaba de publicar en Astiberri su nuevo trabajo, «Malaria», un cuento gráfico en el que narra la peripecia de una niña tras su muerte y en el que recurre de nuevo a lo tétrico y lo infantil, al existencialismo y al humor… Temas que perfilan la peculiar y poética obra de un «verso libre» en el mundo del cómic.
Como ya encabezara alguno de sus anteriores obras, Jali califica “Malaria” con el nombre de «cuento gráfico», y lo cierto es que no resulta difícil reconocer en ellas reminiscencias que van desde Peter Pan o Alicia hasta Tim Burton, y en los que desde ese universo aparentemente infantil se eleva hacia temas más complejos como la soledad o el sentido tragicómico de la vida (y de la muerte). Afincado desde hace años en Barcelona, Jali alterna sus tebeos más personales (“Plexiglás, no despertéis al que duerme” o “El último gran viaje de Olivier Duveau”, todo ellos editados por Astiberri) con otros trabajos dirigidos al público infantil, como “Luci y Fer”, que también acaba de ver la luz, de la mano de Beascoa.
Gerardo Vilches le califica en el prólogo de «Malaria» como un verso libre.
Agradezco muchísimo las palabras de Gerardo. Pero personalmente no creo que mis tebeos sean diferentes de cualquier autor ahora mismo que dibuja lo que quiere. Hay infinidad de dibujantes con un estilo y un mundo propio que están publicando, así que me considero uno más de ellos.
Lo que está claro es que su estilo es muy personal y que en él compagina el existencialismo –temas como la muerte, en este caso– con la fantasía o el humor, lo infantil y lo tétrico… ¿Le gusta jugar con esos contrastes?
Sí. La vida es eso, ¿no? Una tragicomedia. O al menos yo la veo así. Son dos caras de la misma moneda conviviendo conjuntamente: lo trágico y lo cómico, la bondad y la maldad... Y la vida misma, que no se entiende sin la muerte. Me gusta jugar con estos elementos en mis historias, pero siempre intento que haya un equilibrio.
¿Cómo nace –aunque igual en este caso usar esa palabra es paradójico– el personaje de Malaria?
Pues es un personaje que nació sin más para ya la extinta revista “Tos” que dirigía Juanjo “El rápido”. Hice unas historias cortas con este personaje que no tenían mucho que ver con este nuevo tebeo que acabo de publicar. Pero me suele pasar que el aspecto gráfico de algunos personajes me invita a imaginar historias con ellos. Y con Malaria me pasó. Poco a poco fui construyendo mentalmente una historia larga hasta que finalmente la pasé a papel. Y mantuve el nombre del personaje. Ya no podía verlo con otro distinto.
Técnicamente usa recursos o experimentos gráficos. ¿Es también parte de su estilo o se lo pide cada historia?
En todos mis cómics siempre intento jugar con las posibilidades narrativas que tiene el noveno arte. Me gusta probar nuevas maneras de explicar las historias jugando con las viñetas. Pero siempre pensando en la historia que quiero contar, que ayude a que se entienda mejor. No solo por probar recursos y ya está.
Define «Malaria» como un cuento gráfico. ¿Quiere diferenciarlo de la novela gráfica, definir su forma de contar?
Por un lado, obviamente, lo que yo dibujo es algo más parecido a los cuentos que a una novela. Y por otro, personalmente, no me gusta mucho esto de la terminología de 'novela gráfica'. Sé que ha ayudado mucho a que la gente se acerque a las historietas pero para mí no deja de ser un eufemismo. Para mí una novela gráfica es un formato dentro de la historieta, sin más, igual que lo es el álbum o el cómic con grapa. Yo reivindico la palabra historieta que es como se llama realmente.
«Luci y Fer» son nuevos proyectos entre manos, cuéntenos algo.
Es un libro al estilo de los de ‘¿Dónde está Wally?’ protagonizado por dos hermanos diablos orientado a niños a partir de 7 años. Estoy ya pensando y anotando ideas. Es la parte más divertida del proceso de creación de un cómic.