Aksel Vilhelmsson Johannesen dirige en coalición con el Partido Republicano y el Partido Progresista un Gobierno tripartito de izquierdas comprometido con un programa de solidaridad, autosuficiencia y libertad. Dirige una nación próspera, con enormes recursos naturales, una cultura rica, gente muy preparada y una economía pujante.

Una de sus principales preocupaciones es la de devolver el poder y los bienes a la gente. «Estamos decididos a crear una sociedad caracterizada por la solidaridad, la autosuficiencia y la resiliencia, capaz de competir de igual a igual con países vecinos para atraer a gente y a actividades en todos los sectores».

Con todos sus recursos marítimos nacionalizados, el Gobierno de Johannesen defiende la titularidad pública de esos bienes comunes e impide que puedan ser propiedad de compañías privadas o vendidas en el extranjero. No niega problemas como los de una demografía de género y edad muy sesgada, pero cree que podrán darle la vuelta.

En su programa de gobierno, en paralelo a seguir peleando por la devolución de competencias como el control del espacio aéreo y las políticas de inmigración, el tripartito se comprometió a un referéndum sobre una nueva Constitución que estableciera y dilucidara el derecho del pueblo feroés a su autodeterminación. El primer ministro acaba de hacer público la fecha del mismo: el 25 de abril de 2018 los feroeses están llamados a las urnas para aprobar una nueva Constitución que Johannesen considera «de vital importancia, una oportunidad única; definirá nuestra identidad como nación y será una garantía contra el abuso de poder».

«Los derechos y obligaciones fundamentales de nuestra gente en relación a la igualdad, las libertades personales, el derecho al desarrollo, al proceso debido, a la explotación y aprovechamiento de los recursos compartidos serán definidos». Sobre el significado de ser «salvaguarda contra el abuso de poder», habla claro: «El conjunto de normas actuales especifica que, en cualquier momento, una mayoría parlamentaria puede decidir hacer de las Islas Feroe un estado enteramente soberano. Con la nueva Constitución queremos que el pueblo tenga que ser consultado en referéndum en temas relacionados con una mayor o total independencia de, o una mayor integración en Dinamarca. También en relación a organizaciones supranacionales como la Unión Europea».

«Es un triunfo –prosigue– para el pueblo feroés. El voto de la nueva Constitución no es un vote por la plena soberanía. Sin embargo, define el derecho de autodeterminación. Si una mayoría de nuestra gente decide en una fase posterior seguir el camino de la independencia, o el de una mayor integración en el Reino de Dinamarca, la Constitución sera el fundamento para el derecho y el poder del pueblo de las Islas Feroe para determinar eso».

Aksel V. Johannesen es consciente del interés, «es bienvenido y muy apreciado», de sus vecinos escoceses, y a otro nivel, de vascos, catalanes y otros, por el devenir del proceso que vive su pueblo. Estima que «como nación pequeña, podemos inspirar a otras naciones», sigan o no el ejemplo feroés, ya sea sobre asuntos constitucionales o culturales que definen aquel archipiélago. Antes de despedirse, el primer ministro de las Islas Feroe no pierde la ocasión para «dar mi más cordial saludo al pueblo vasco» y expresa su deseo de «fortalecer la relación entre nosotros en el futuro».