Jon ORMAZABAL
Pelota

Adur Lasa asume el peaje

Entiende que los nervios lo atenazaron en su debut y afronta los siguientes compromisos como «rodaje»

El del domingo en Eibar no fue el estreno soñado de Adur Lasa. Más allá de la derrota, reconoce que los nervios le atenazaron antes incluso de saltar a la cancha de la Catedral y los rivales, Laso y Tolosa tampoco perdonaron, por lo que sus primeros pelotazos como zaguero de Aspe, especialmente en ese 0-9 de inicio, se le hicieron bastante cuesta arriba. Sin embargo, el de Etxarri-Aranatz ya ha pasado página y lo bueno que tiene es que, estando en verano, la oportunidad de resarcirse le ha llegado enseguida, antes incluso de lo planeado, ya que la lesión de Martínez le ofrece la posibilidad de jugar esta tarde en Mungia, con Julen Retegi, el más veterano de su empresa, como pareja.

«Habiendo jugado tantos partidos –llevaba un año en Garfe, donde jugó más de 50– no pensaba que me pondría tan nervioso pero llegó el día y las piernas me temblaban. Desde la víspera estaba nervioso, no dormí nada bien. En ese tipo de partidos suelo estar nervioso pero a los dos tantos o así se me pasa, pero esta vez le quería dar la vuelta pero no lo conseguía. Además, empezamos con un 9-0 en contra y se complicó todo mucho», rememora Lasa IV.

El primer consuelo lo encontró en el propio vestuario del Astelena donde, Laso, que gustó mucho a la cátedra «me recordó que él perdió sus primeros 8 partidos, Ugalde los 9... al final, esa presión de ser el nuevo se nota y cuesta adaptarse. Se nota que no es fácil, pero creo que trabajando y disfrutando intentaré adaptarme cuanto antes».

Venía rodado, con ritmo de partidos, pero, «al final, en Garfe el material es muy distinto, las pelotas son bastante más ligeras, las de Aspe son muy fuertes y tienen mucho peso. En Garfe no tienes ningún tipo de presión y juegas más tranquilo, pero en Aspe es otra cosa».

Paliza física

No es el único cambio experimentado, ya que desde su fichaje con la promotora eibartarra ha comenzado a realizar trabajo físico específico dos o tres veces por semana «antes apenas hacía y ahora lo estoy notando con agujetas». Y para el trabajo de frontón cuenta con un entrenador de lujo, su tío Óscar Lasa, quien suele ser uno de sus mayores críticos, junto con sus dos hermanos.

«No me ha echado ninguna bronca, estaba contento. A la vuelta de Eibar lo celebramos en la sociedad con la familia y amigos. Él también me dijo que era el primer partido, que suele ser complicado y que es normal estar nervioso, que ahora tengo dos años para trabajar, mejorar y hacer buenos partidos. Él también lo debió pasar mal, pero ganó y es diferente».

Otro espejo en el que mirarse es Aitor Zubieta, al que agradece públicamente todo lo que le ha ayudado en sus etapas anteriores. «Siempre mi ilusión era jugar algún partido con mi tío, pero eso se desvaneció hace tiempo y con Aitor, siendo del pueblo y amigos es una pena no haber tenido esa oportunidad».

Dos estilos muy distintos en la jaula

La potencia y la fuerza de Joseba Ezkurdia y la constancia y la finura de Aitor Mendizabal se dan cita esta tarde en Mungia, en el partido de semifinales del Cuatro y Medio de San Fermín, en la rama de Aspe. El vencedor de hoy tendrá que enfrentarse, casi sin tiempo de recuperación, a Jokin Altuna el domingo en Sopela.

Con algunos problemas en sus manos en las últimas semanas, el delantero de Arbizu, finalista el año pasado, no llega en su mejor momento de juego a este partido, pero tiene las condiciones para imponer el ritmo del partido y vencer a cualquier rival en la distancia.

Aitor Mendizabal, por su parte, no era de jugar este campeonato, pero la lesión de Julen Retegi le brindó la oportunidad y llega pleno de moral tras pasar por encima de Erik Jaka el domingo en Arrasate. Estos dos pelotaris se midieron dos veces en el Cuatro y Medio de 2013, con una victoria para cada uno.J.O.