HACIA UN ESPACIO BANCARIO EUROPEO FRAGMENTADO DESPUÉS DEL BREXIT
¿A qué se parecerá el paisaje financiero europeo tras el Brexit? La relocalización de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) de Londres a París confirma la marcha del sector hacia una organización en múltiples polos más que hacia una sola plaza dominante.
Inmediatamente después de la victoria del “Sí” en el referéndum del año pasado sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, comenzaron a brotar las especulaciones para saber qué ciudad obtendría para la Europa continental el título de campeón de las finanzas que permanecía en Londres. «Al final, el escenario no se verá modificado por una violenta explosión, sino que las funciones que anteriormente albergaba casi exclusivamente Londres se repartirán entre media docena de centros financieros importantes», comenta para AFP Nicolas Véron, especialista en cuestiones bancarias en el think tank Bruegel de Bruselas y en el Peterson Institute de Washington.
Etapa importante en esa dirección, París ha sido designada esta semana para albergar la Autoridad Bancaria Europea, cuyos 170 empleados ocupan por ahora el más alto rascacielos –reconocible por su cubierta puntiaguda– del barrio de negocios londinense de Canary Wharf. Su traslado debe hacerse efectivo en marzo de 2019, plazo fijado para materializar el Brexit.
Surgida en 2011 como respuesta a la crisis financiera, la ABE es conocida por los test de resistencia de los bancos europeos que realiza en intervalos regulares. También redacta las reglas bancarias comunes para los Estados miembros de la UE con el objetivo de garantizar la protección de los consumidores de productos financieros.
Mayor divergencia
La decisión fue unánimente aplaudida en el campo francés; por ejemplo, el presidente, Emmanuel Macron, dijo que supone «el reconocimiento del atractivo y el compromiso europeo de Francia».
Pero también conlleva «el riesgo de ir hacia una mayor divergencia y fragmentación reglamentaria que cuando todo estaba en Londres», subraya Nicolas Véron. En efecto, las funciones de vigilancia financiera quedarán repartidas entre Frankfurt –donde tienen sede el Banco Central Europeo (BCE), el Mecanismo Único de Supervisión de la zona euro (MUS) y la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación– y París, que acoge ya al gendarme europeo de mercados (ESMA por sus siglas en inglés).
La atribución de la autoridad bancaria a París constituye «una decisión política en favor del principio del reparto de agencias e instituciones a través de la Unión Europea», subrayó en un comunicado Frankfurt Main Finance, la asociación de promoción de la plaza financiera germana.
De hecho, muchos analistas apuestan por una progresiva reorganización del sector financiero comunitario en torno a varias plazas –París, Frankfurt, Ámsterdam, Dublín o Luxemburgo–, cada una de ellas especializada en actividades bien definidas; por ejemplo, una en las operaciones de mercado, otra en la banca de inversión...
Un escenario que ya parece asumido por algunos grupos financieros. El patrón de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, confirmó, en una entrevista publicada el mismo lunes por el diario “Le Figaro”, que el banco de negocios estadounidense no elegirá entre París y Frankfurt tras el Brexit. «No tendremos un solo centro, sino dos, en Frankfurt y en París, porque estas son las dos mayores economías europeas», explicó Blankfein, sin precisar el reparto de las transferencias desde Londres ni la posible creación de empleos.
Si algunos bancos prefieren concentrar sus actividades en París, como es el caso de HSBC, otros como el estadounidense Citigroup han hecho su elección decidiéndose por una tercera ciudad: Dublín, que también entró en la liza por la ABE, en la que resultó perdedora en el sorteo final tras empatar con la capital francesa en la votación.
Por su parte, Luxemburgo ha logrado atraer a ocho compañías aseguradoras, incluidas la americana AIG y la británica RSA, y espera que lleguen algunas más.
«Lobbying» reforzado
En materia de regulación, todavía resulta difícil establecer cuáles serán las consecuencias concretas de esta fragmentación. Algunos expertos, como los de la asociación Finance Watch, temen que la fuerza de asalto de los lobbyistas salga revigorizada.
El aterrizaje de la ABE en Francia, el país en el que está instalada la mayoría de los bancos de la eurozona con riesgo sistémico mundial, «no reducirá la exposición de la Autoridad al lobbying, sino que lo aumentará», predice para la AFP Benoît Lallemand, secretario general de Finance Watch.
Por el contrario, otros observadores ven en esta designación la garantía de una mayor eficiencia, ya que consideran que su instalación en Frankfurt habría incrementado el riesgo de canibalización de las actividades de la ABE, cuya actividad afecta al conjunto de la Unión Europea, por el componente de supervisión de actividades del BCE, que solamente cubre la eurozona.
Edouard-François de Lencquesaing, presidente del Instituto Europeo de Regulación Financiera (EIFR) –un grupo de reflexión– y antiguo banquero, también opina que es bueno «poner cierta distancia» entre las autoridades de regulación europeas y la potente institución monetaria de Frankfurt.