El Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa (TSJN) ha permitido a la Mancomunidad de Montejurra extraer agua del acuífero de Lokitz, en el río Ega, a pesar de que no cuenta con la autorización expresa de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). La sentencia, con fecha de 21 de enero, justifica este permiso en que la mancomunidad ha elaborado un proyecto y no un plan, por lo que considera que no es necesario el preceptivo permiso de la CHE. La sentencia da el visto bueno al PSIS elaborado por el Gobierno navarro para permitir a Montejurra extraer agua.

La plataforma Salvemos el Ega-Ega Bizirik, que se opone a las extracciones de agua, criticó la sentencia del TSJN porque «creemos que la CHE debe valorar si el acuífero es capaz de aportar el agua que le pretende extraer sin perjuicio para el medio ambiente».

«Sin esa valoración y sin esa autorización, el proyecto no debería haberse iniciado. Si no se conoce la capacidad del acuífero, no es de recibo que se construyan infraestructuras como conducciones o depósitos que no sabemos si van a ser útiles», destacó Ega Bizirik, que recordó que actualmente la Mancomunidad de Montejurra está extrayendo de manera irregular dos hectómetros cúbicos al año del pozo de Antzin y otros tres del de Mendaza y que si el plan sigue adelante las extracciones aumentarían hasta los 18 hectómetros cúbicos al año, poniendo en serio riesgo la vida de la flora y la fauna del río Ega en épocas de estiaje.

Sustrai: «Sin información»

Sustrai Erakuntza critica, por su parte, que el TSJN no haya tenido en cuenta que los municipios de Valdega no fueran avisados por la Mancomunidad de Montejurra de que se iba a proceder a las extracciones de agua. Sustrai denuncia que los ayuntamientos de Antzin y Murieta no fueron informados durante el periodo de exposición pública del proyecto, sino que se encontraron con el problema a posteriori. Sin embargo, el TSJN considera que Montejurra ha actuado conforme a derecho.

Sustrai muestra su malestar por la sentencia del TSJN y reclama que se realice «una verdadera planificación de la extracción de aguas que provienen de la sierra de Lóquiz». En este sentido, insiste en que se carece de un estudio en profundidad que analice el comportamiento de estos acuíferos si se procede a la extracción.

«¿Qué pasaría si, después de acabadas las obras (y una parte importante de las mismas ya están realizadas), la Confederación Hidrográfica del Ebro no autorizara las extracciones», pregunta Sustrai, que denuncia que «una vez más se ha actuado a hechos consumados».