A vueltas con la incineradora y los residuos
Esta guerra de rapiña -esta es la palabra exacta-, en la que se ventilaba el reparto del mundo, afectaba a los intereses de todos los países imperialistas, razón por la cual se vieron arrastrados a ella el Japón, los Estados Unidos y otros países Incineración o valorización energética es lo mismo, es la quema y destrucción de los valiosos recursos que se encuentran en las basuras. Bien hará el PSN en aclararse y aclararnos. Si apuesta por una gestión de los residuos sin incineración deberá hacer lo posible para impedir su quema en Cementos Portland.
Hace pocos días conocíamos la exigencia del PSN al Gobierno de Nafarroa para que abandone el proyecto de incineración de residuos. Hacía pública esta exigencia en una rueda de prensa en la que también solicitaba al Gobierno foral que vuelva a estudiar la situación en la que se encuentra la gestión de las basuras en la Comunidad, para rehacer el plan de residuos, que fue declarado ilegal por los tribunales.
Hay que recordar que el proyecto de incineración de residuos se quiso justificar en el marco del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN). Por los mismos motivos, el plan fue recurrido ante los tribunales por Sustrai Erakuntza y la Mancomunidad de Sakana. Y el Tribunal Superior de Justicia de Navarra dictó sentencia anulando el plan y dejándolo sin efecto, precisamente por no delimitar correctamente la ubicación del proyecto de incineración.
La región que en su día fue referencia innovadora en gestión de Residuos Solidos Urbanos (RSU), Nafarroa, se encuentra ahora sin rumbo fijo en las últimas décadas. Tras la anulación del PIGRN, a los gestores políticos les urge tomar decisiones ante el futuro cierre del mayor vertedero de Nafarroa, el de la Comarca de Pamplona situado en Góngora.
El Gobierno de UPN no gobierna ni gestiona, y las mancomunidades, competentes en la recogida de RSU, desarrollan planes de mejora muy desiguales: desde los que su solución pasa por ampliar el tamaño de sus contenedores (Ribera), o añadir uno más (Pamplona), a los que a día de hoy ya han reducido significativamente el volumen de residuos a recoger y tratar (Sakana).
Esta reducción la ha logrado Sakana a través de la doble estrategia de generalizar el compostaje (doméstico y comunitario) y aplicar un sistema de separación selectiva y recogida más ambicioso, mediante el puerta a puerta. El objetivo de estas últimas medidas no es solamente reducir residuos y gastos que harían innecesarias e inviables nuevas plantas de incineración o vertedero, sino sobre todo, reducir el consumo de materias primas y recursos naturales.
Pero parece que el curso político 2014-2015 será electoral, y que algunos quieren empezar ya con la campaña, aun a costa de repetirse. Ante el posicionamiento del PSN en contra de la incineración de residuos, resulta obligado recordar que en primavera de 2012, cuando Roberto Jiménez era miembro del Gobierno de Nafarroa, él mismo paralizó la construcción de la nueva planta de incineración prevista en el PIGRN. Aunque poco después abriera las puertas de par en par al proyecto de valorización energética de residuos en la planta que Portland tiene en Olazti/Olazagutia.
Porque no nos llevemos a engaño: incineración o valorización energética es lo mismo, es la quema y destrucción de los valiosos recursos que se encuentran en las basuras. Así que bien hará el PSN en aclararse y aclararnos más de lo que ha hecho hasta ahora y dejarse de ambigüedades. Si apuesta por una gestión de los residuos sin incineración deberá hacer lo posible para impedir su quema en Cementos Portland.
Y también será necesario que el PSN aclare más las bases de su propuesta. Porque para poder valorar la solución tecnológica que proponía, y que la resumió crípticamente en «agua, presión y calor», será necesario que la describa y la explique detalladamente. Porque no queremos pensar que la comercialización de su idea pueda estar vinculada a empresas tecnológicas cercanas a sus intereses políticos y económicos...
Pero lo que más nos preocupa es el hecho de que persista la inercia del «tecno-optimismo»: el hecho de pensar que todo se soluciona con tecnología... Porque es cierto que todavía hay mucho margen de mejora en la gestión de residuos, pero esta se consigue de manera eficaz trabajando en las tres erres: primero en la Reducción de la generación de basuras, y segundo en la Reutilización de los productos antes de desecharlos. Y para estas dos primeras fases necesitamos más sociología que tecnología, más educación y concienciación que propuestas de nuevas «plantas de reciclaje».
Porque también en el caso de esa tercera erre, la del Reciclaje, es necesario mejorar en la separación selectiva de la basura, para lo que debemos continuar con la concienciación ciudadana. Así que el uso intensivo de tecnología lo debemos dejar tan solo para la mejora de los procesos de recuperación de materias primas desde los residuos separados, al final de la cadena solamente, es decir, una pequeña parte de todo el entramado de la gestión de las basuras.
Y todo ello porque, como decíamos, el objetivo primordial en la gestión de las basuras debe de ser conseguir la reducción en el consumo de materias primas y recursos natura- les. Ese es el camino a seguir para hacer frente a un problema mayor, al que la humanidad tiene que hacer frente: el problema de la crisis energética y ambiental del planeta.