Francesc Casadó
Analista político

Combates en Alepo

Las calles de la ciudad siria, tras varios días de tregua, vuelven a ser escenario de intensas batallas entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes. En agosto el Ejército turco invadía el territorio de Damasco en una acción ilegal vista desde el derecho internacional

Bajo el pretexto de expulsar a los yihadistas de la localidad de Yarabulus las tropas de Erdogan atravesaron y capturaron un centenar de kilómetros de frontera avanzando hacia el sur hasta situarse a tiro de piedra del territorio controlado por el ejército sirio que se encuentra combatiendo en Alepo. Esta maniobra «humanitaria» tiene un triple efecto: prevenir una nueva ola de refugiados; impedir la unificación del territorio controlado por los kurdos que hubiera significado la proclamación de su autogobierno; e intentar romper el cerco a que están sometidas varias provincias controladas por la oposición moderada y el grupo terrorista Fath al-Sham (antes Frente Al-Nusra). Turquía asume, de este modo, ser el principal agente de la oposición exterior al gobierno del presidente Bashar al-Assad.

Alepo era el centro industrial y financiero más importante del país antes de la guerra, situada estratégicamente a mitad de camino entre el Mediterráneo y el Éufrates, con dos millones de habitantes es la mayor urbe controlada por el Estado Islámico. Su destino será decisivo en el desenlace de la guerra civil por lo que la diplomacia internacional intenta encontrar el consenso necesario para implementar un plan de paz. Proyecto en la práctica inviable y que fue echado por los aires tras el reciente bombardeo «por error» de los EEUU a las tropas sirias.

En 2012 se inició la batalla por la ciudad, desde entonces las fuerzas insurgentes y leales han roto sucesivamente el frente enemigo cuando parecían cercados definitivamente. La colaboración militar internacional está resultando decisiva para el Ejército sirio que ha anunciado el asalto final contra las posiciones yihadistas apoyado por el grupo libanés Hezbolá y milicianos kurdos y palestinos. Según fuentes de la OTAN la Flota del Norte rusa estaría transportando cazabombarderos al Mediterráneo para coordinar su apoyo a las tropas terrestres, en noviembre.

Las víctimas civiles por los bombardeos de la aviación rusa en Alepo se cuentan a diario por decenas, a las que hay que sumar más de 100.000 en todo el territorio sirio desde el inicio de la guerra civil, muertes provocadas por la coalición prosiria, la liderada por EEUU y los islamistas. Francia y España presentaron una resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para establecer el cese inmediato de los bombardeos en la ciudad pero fue vetada por Rusia, propuesta que hubiera supuesto la aplicación de una zona de exclusión aérea. La experiencia de las guerras de Bosnia y Libia revelaron la ineficacia de las restricciones aéreas para contener la violencia y poder controlar los movimientos atlantistas.

El veto del Kremlin a la propuesta francesa en la ONU provocó días después una crisis diplomática. El presidente Hollande condicionó la visita programada al Elíseo de Vladimir Putin a abordar la coyuntura siria, pero la incomodidad que generó en la comitiva rusa decidió aplazar el acto. La falta de cooperación en las relaciones europeas amenaza con reducir la capacidad militar continental contra el terrorismo.

Moscú está tomando la iniciativa estratégica en Oriente Medio. Prevé crear una base naval permanente en el puerto sirio de Tartús que será defendida por el sofisticado sistema antiaéreo S-300. Los buques de la Armada rusa que estén emplazados en la zona del litoral contarán con el apoyo de estos misiles de largo alcance que son capaces de interceptar misiles y todos los aviones de última generación, incluido el sofisticado y costoso caza furtivo F-35. También estaría en proyecto otra instalación militar en Egipto, responsables rusos habrían negociado con El Cairo el arrendamiento de una base aérea en la aldea costera de Sidi Barrani, próxima a la frontera de Libia, que estaría operativa en 2019.

Bilatu