El euskara: una joya de la humanidad
El linguista holandés, Gaston Dorren ha escrito una interesante y divertida obra con el título “LINGO. Guía de Europa para el turista lingüístico”. Hace un recorrido sobre sesenta lenguas de origen protoindoerupeo y repasa las peculiaridades de cada una de ellas con un toque de humor que por esa sola razón merece leerse. Su tesis es que todas ellas por muy diferentes que suenen, destilan el mismo origen. Este divertido experto dedica una buena parte al euskara al que denomina «lengua-montaña», una isla que ha permanecido impasible durante miles de años. Dice: «la lengua vasca tiene tantos entresijos que al final me di por vencido. Es la única de las que he analizado que me ha derrotado. El euskara es una montaña elevándose sobre las aguas, erguida y sola en el océano indoeuropeo». Considera una «hazaña» de los vascoparlantes el manejo de una un infinidad de diferencias profundas con respecto a sus lenguas dominantes, francés y castellano. «Es absolutamente fabuloso cómo los vascos consiguen continuamente pasar de una ‘lengua-agua’ a una ‘lengua montaña’ y viceversa». Afirma que «la mente humana es capaz de ser experta nadadora y buena montañista el mismo tiempo y los vascos poseen esa capacidad muy desarrollada, lo que les ha hecho adquirir una elevada capacidad para aprender otros idiomas y, quizá, esa afición a la montaña, que es como una filosofía, constituye el origen de sus deportes tan originales y de tanta belleza estética. Otro misterio más que rodea a esta lengua misteriosa y única»
Pues bien, esta joya de la humanidad tan delicada y con tantos valores es acosada perseguida por los poderes centrales bajo los cuales han vivido y viven los vascos. Pero, según los lingüistas de prestigio, la pasión de los euskaltzales por mantener activa y usarla como lengua habitual, no sólo considerándola una venerable reliquia, constituye un ejemplo de amor a sus orígenes y es el aglutinante esencial que asegura la supervivencia del pueblo vasco que le niegan los imperios circundantes su carácter de nación.
Gracias a Gaston Dorren porque nos está descubriendo a los vascos el gran valor de nuestra ama-hizkuntza que tanta presión externa soporta y que es responsabilidad de los euskaltzales apoyar aprendiéndola y utilizándola.