José Barrionuevo dejó la porra, o se la quitaron, y le pusieron entre manos pico, pala y una tuneladora, todo figuradamente. Y así pasó de la Zona Especial Norte a la «Y vasca» o la «H» si encarrilaban también a Nafarroa.
¿No entienden nada?
Pues resulta que José Barronuevo no solo fue ministro de Interior y creador de los GAL, también fue el ministro de Transportes que el 27 de febrero de 1989 dio luz verde al trazado de la «Y vasca», con la previsión de acabarla para 1997 y gastar en ello 157.000 millones de pesetas, que al cambio son menos de 950 millones de euros. Estamos ya en 2024 y la infraestructura sigue siendo una quimera que se acabará «dentro de cinco años» (así siempre), tiene pinta de que se va a quedar en un tren de cercanías desconectado de la meseta peninsular y de la red de alta velocidad del Estado francés, y en el que se han fundido ya unos cuatro mil millones de euros y han muerto –esto es muy importante– nueve trabajadores, según los datos recopilados por GARA.
'Egin' recogió la noticia de la reunión en Madrid en su primera página, anunciando que el Ministerio de Transportes había dado luz verde a la propuesta de una delegación de los dos partidos de la coalición del Gobierno de Gasteiz, PNV y PSE, sobre el nuevo trazado ferroviario con ancho europeo que viene denominándose «Y» y que conectará las tres capitales encuadradas en esa Comunidad Autónoma. Los ministros españoles de Transportes, José Barrionuevo, y de Obras Públicas, Sáinz de Cosculluela, recibieron a la representación integrada por Ramón Jáuregui, Enrique Antolín, Luis Atienza, Juan Ramón Guevara y Alfonso Basagoiti (todos ellos miembros del Ejecutivo de Lakua) a quienes acompañaban Xabier Arzalluz y Juan Luis Laskurain por el PNV y José María Benegas y José Luis Marcos Merino por el PSOE.
Tras el encuentro, Barrionuevo afirmo que se habían analizado varias alternativas de trazado, considerando que la mejor era la «Y», aunque se analizaría la conexión con Nafarroa, con lo que la letra del abecedario podría cambiar y ser una «H».
Enrique Antolín, consejero de Transportes y del PSE, dijo a la prensa que en el plazo de un año pueden estar terminados los proyecto y otros siete años se dedicarán a la construcción del nuevo trazado ferroviario, aunque especificó que la fecha de 1997 era «orientativa».
Y tanto que «orientativa». Todavía, 35 años después, ni siquiera se ha decidido por dónde se hará, si se hace, la conexión de la «Y» con Nafarroa, y es difícil saber a qué letra se asemejaría el trazado final.
En realidad, no es que las obras del TAV no estuvieran listas en 1997 o una fecha cercana. Los trabajos no comenzaron hasta 2006 y ni se sabe cuándo acabarán. Un año antes, el entonces consejero de transportes, Álvaro Amann, en una entrevista en 'Argia' afirmaba que la ciudadanía las íbamos a pasar canutas si para 2010 no teníamos la «Y». Pero bueno, al final tampoco se construyó la central nuclear de Lemoiz y nuestra dieta no se ha reducido a la ingesta de berzas a la la luz de las velas como auguraban las voces autóctonas del lobby pronuclear lideradas por el PNV.