1977/2024 , April 29

Alazne Basañez

Octavo título de Liga del Athletic, redadas y retratos de país

La octava Liga del Athletic, las redadas, la persecución de siglas independentistas y píldoras, en diferentes dosis, sobre las distintas visiones de país, se entrecruzan en la mirada a través de los años de un día como hoy.

Portada de 'Egin' del 30 de abril de 1984 que da cuenta del octavo título del Athletic.
Portada de 'Egin' del 30 de abril de 1984 que da cuenta del octavo título del Athletic. (EGIN)

La actualidad informativa fluye de manera continua y fácil, tanto que, en esta era digital, no es sencillo discriminar la paja del trigo; algunas informaciones, sin embargo, desbordan la realidad líquida, se abren paso por su propio peso y ocupan un lugar en las portadas de prensa.

El tráfico no siempre fue tan denso y las primeras páginas de 'Egin' y GARA muestran esa evolución a través de los sucesos acaecidos los 29 de abril de los últimos 47 años, días que, salvo excepciones, no marcan fechas redondas en el calendario de la actualidad, pero sí dan testimonio de un país que quiere ser dueño y protagonista de su historia.

Llegar a la primera página no es una cuestión fácil, y ocupar gran parte de su espacio es casi una gesta, algo que ocurre en contadas ocasiones, y una de ellas fue en 1984, cuando el Athletic ganó su octavo título de Liga. «Athletic berriro ere» fue el significativo titular de una apertura a la que solo el triunfo por mayoría absoluta de Jordi Pujol en Catalunya le arrebató algo de espacio. Se trató de una portada especial en un tiempo en el que las primeras páginas eran muy abigarradas, con «escaparates» de hasta once informaciones.

Los aficionados sufrieron hasta el final en el partido contra la Real, que puso el título difícil a los rojiblancos. Liceranzu se convirtió en protagonista de la jornada con sus dos goles, uno de ellos, el que valió la Liga, hacia el tres mil de los marcados en la Liga por su equipo.

Un año antes, los atheticzales llegaron al paroxismo tras 27 años de espera. Su equipo se proclamó campeón de Liga en Las Palmas ante tres mil aficionados en el campo y miles en Euskal Herria que vivieron esa jornada del Primero de Mayo con la radio pegada a la oreja.

En estos 29 de abril, en la antesala del Primero de Mayo, los llamamientos a participar en las movilizaciones por los derechos y demandas de la clase trabajadora eran también un fijo que se recogía en las primeras, aquellas en las que las detenciones y encarcelamientos de militantes vascos eran un goteo constante, como la de Txomin Iturbe, que ingresó en la prisión de Gradignan, cerca de Burdeos el penúltimo día de abril de 1986.

El desastre de Chernobyl, en el norte de Ucrania, aún no se vislumbraba en toda su dramática dimensión, tal día como hoy de 1986. El accidente nuclear se produjo tres días antes, aunque entonces no se conocía la fecha precisa. Un comunicado del Consejo de Ministros de la Unión Soviética confirmaba «las primeras impresiones sobre la gravedad» del siniestro y daba cuenta de la destrucción de «uno de los cuatro reactores de mil megavatios del tipo RBMK» de la planta.

Las autoridades «hablan de dos muertos, evacuación de los alrededores de la central y atención médica para los afectados, aunque sin precisiones sobre cuántos son ni sobre el tipo de sustancias contaminantes emanadas del percance», se recogía en la portada.

Aquel accidente nuclear está considerado como uno de los peores de la historia, al igual que el de Fukushima I, registrado en Japón en 2011, y de los más graves en la escala internacional de accidente nucleares. También se incluyen en el catálogo de los grandes accidentes medioambientales de la historia. Un gran porcentaje de la población recibió altas dosis de radiación y aún no hay informes concluyentes sobre la incidencia real en los habitantes.

En el proceso de descontaminación abordado tras el accidente nuclear participaron más de medio millón de personas y se extendió a las áreas adyacentes a la central; se aisló una superficie de treinta kilómetros de radio, que pasó a denominarse zona de exclusión.

En portadas como la de 1992 correspondiente a este día, la realidad económica y laboral del país se hacía patente en toda su crudeza: «Madrid y Gasteiz tienen una semana para decidir el futuro de Acenor», «Cuatro muertos en accidente laboral», protesta de los agricultores ante la Cámara agraria de Hazparne...

Nada nuevo

Con una estética nueva, la portada de un año después daba cuenta de hechos nada nuevos, como el chantaje publicitario al que PNV y PSOE sometían a 'Egin'. En este caso era Asier Atutxa, hijo del consejero de Interior de Lakua, quien en un pleno municipal de Lemoa reiteró que el Consistorio, de mayoría jeltzale, «jamás pondría publicidad» en el periódico.

En 1996 se desvelaba otro episodio de la guerra sucia: Francisco Álvarez, exresponsable policial en Bilbo, fue quien dio la orden de atentar mortalmente contra el refugiado Eugenio Gutiérrez Salazar, 'Tigre', ocurrido el 25 de febrero de 1984 en Mendi. Fue reivindicado por los GAL.

El 29 de abril de 2002, el inefable juez Garzón ordenaba una redada contra Batasuna. La portada correspondiente a esos hechos daba cuenta, en una apertura a cinco columnas, de un goteo de detenciones, que sumaban doce a la hora del cierre. Entre los detenidos, el tesorero, Jon Gorrotxategi, y el exmahaikide Rufi Etxeberria.

Portada de GARA del 30 de abril de 2002.

GARA señalaba entonces que la operación, anunciada la víspera por la formación independentista, supuso un paso cuantitativo y cualitativo hacia un fin declarado: la ilegalización. Un año después, de la mano del mismo juez, se ordenaba el cierre de locales de Udalbiltza y el arresto de sus miembros.

La realidad desatada por la crisis financiera vuelve a dejar poso en la portada de 2010, con la rebaja de calificación por Standard & Poors de la deuda de Lakua e Iruñea, jornada en la que se autoriza la construcción de la incineradora de Zubieta.

En estos primeros compases de la década, la persecución a las siglas abertzales vive un nuevo capítulo en 2011. «Madrid se salta los límites del TC para 'contaminar' Bildu», abría la portada para explicar que Fiscalía y Abogacía tuvieron que recurrir a contar avalistas de D3M para poder ofrecer sus porcentajes de «vinculación de Batasuna» de las candidaturas de Bildu.

La portada de 2012 reflejaba de nuevo la factura que familiares y allegados de presos y presas vascas pagaban por la política de alejamiento aplicada a sus seres queridos. Tres personas resultaban heridas en un accidente registrado al regresar desde la cárcel de Córdoba. Y el lehendakari Iñigo Urkullu se retrataba en la de 2013 al proponer «un pacto de país» a PP y PSE.

Y ante el adiós de ETA, GARA reunió en 2018 a siete hombres y mujeres de distintas generaciones que a lo largo de 60 años habían sido militantes de la organización. «Compiten por escribir la historia, pero habrá que hablar de todas las víctimas», recogía la portada de 2018.

Y en las primeras páginas correspondientes a lo ocurrido el 29 de abril de 2022 y 2023, de nuevo, reflejos de elementos estructurales de un país que quiere las riendas de su presente y futuro: La economía europea desacelera y dispara la inflación y Sare alza la voz ante las crecientes trabas de la Audiencia Nacional española a la vía legal.