Berri Txarrak, Huntza, Talco, Gatibu, Los Zopilotes Txirriaos, Nøgen, La Furia, Itziarren Semeak, Esne Beltza, Hesian, Siroka, Valtònyc y Soziedad Alkoholika encabezaban un cartel que reunió a más de 30 grupos vascos que adquirieron el compromiso de ayudarnos a afrontar la deuda con la Seguridad Social de 'Egin', periódico que fue cerrado ilegalmente el 15 de julio de 1998.
Quizá «adquirir el compromiso» sea una expresión que se les quede corta a estos músicos. A cada uno, lo suyo. No tocamos a su puerta pidiendo ayuda, porque no hizo falta. Varios de los grupos se pusieron en contacto con nosotros para ofrecerse a echarnos una mano.
Tras esas primeras conversaciones, pronto cuajó la idea de un gran concierto con el que recaudar fondos para abonar la deuda de 'Egin' que el juez Baltasar Garzón endosó a GARA y que se enmarcaría dentro de la campaña de suscripciones para salvar este proyecto periodístico.
El 23 de mayo se completó el cartel hasta alcanzar la citada cifra de 30 bandas. Aiora y Piti (integrantes de Zea Mays), Mikel Urdangarin y Rafa Rueda (en formato dúo), Gari, Su Ta Gar, Josetxu Piperrak & The Riber Rock Band, Ze Esatek!, Ruper Ordorika, ETS, Xutik, Liher, Des-Kontrol, Bad Sound System, McOnak, Somos Guerreras con Rebeca Lane, Nakuri MC y Audry Funk, KOP, Anita Parker y Patxuko Nice.
El periódico arrancó la campaña con su portada en blanco y negro. La línea inferior de la cabecera se iba coloreando de granate conforme se acercaba a la meta prefijada de 10.000 suscriptores en la que se estimó que el proyecto sería viable. El día de la fiesta, el color granate cubría sus dos terceras partes.
Los suscriptores de NAIZ y quienes se apuntaran antes del 19 de abril, tendrían el acceso gratis al evento. La otra opción era abonar una entrada para el día concreto, que tuvo un coste de 18 euros.
Las entradas para ese gran festival en el Velódromo salieron a la venta el mediodía del 23 de abril por internet. Volaron en 20 minutos. Hubo que improvisar alegremente. Agur, Belodromoa! Kaixo, Illunbe!
Saludar es fácil, pero preparar Illunbe para lo que habría de venir revistió bastante más complicación. Sobre todo, porque la infraestructura, los turnos y la organización se sacó en auzolan, entre los propios trabajadores (algunos con más callo al otro lado de la barra, todo hay que confesarlo) y cientos de personas que se solidarizaron con nosotros asumiendo las mil tareas de un jaialdi de esas dimensiones.
Revisando la tabla con las txandas, se contabilizan más de 800 voluntarios dando el callo aquel día y durante las jornadas previas de preparativos. Eran tantas las bandas que, más que un macroconcierto, constituyó una maratón.
Los distintos grupos se fueron sucediendo sobre tres escenarios para tocar durante media hora y, pese a andar con los tiempos tan ajustados, el evento arrancó a mediodía y no terminó hasta las 23.00 horas. Ze Esatek lanzó al aire los últimos acordes.
El público fue mayoritariamente joven, pero hubo de todo en el escenario, bajo él, en las gradas y en las carpas de fuera del recinto con músicos de distintas generaciones. De Ruper Ordorika a La Furia, pasando por Josetxu Piperrak. Se vieron abuelos y se vieron también algunos bebés. Salió un día estupendo, por cierto, hasta demasiado calor algunos ratos. Y eso que daban lluvias.
Ese festival supuso –además de un compromiso con el periodismo libre– una vivencia para cada uno de los presentes. En buena medida, se explicaba solo. De ese modo, la cadena de los conciertos solo fue interrumpida de forma muy breve por el director de GARA, Iñaki Soto, e Iraia Oiarzabal, quienes principalmente se dedicaron a dar las gracias.
«Muchas gracias sobre todo a las bandas, a los grupos, a los músicos que han venido hoy y han dado todo lo que tienen y lo van a seguir dando. Muchas gracias a los artistas, a los periodistas y a esa gente que nos ha apoyado desde que se conoció el expolio. No vamos a parar, estamos trabajando día a día para vosotros y para vosotras», afirmaron.
Con las entradas, con los katxis de cerveza, los bocatas, los talos, la paella y, ante todo, con los suscriptores que se consiguieron, el conglomerado de medios que lideran GARA y NAIZ –pero que incluye también a 7K, GAUR8 o BIDAIARI, entre otros– reunió lo suficiente, no solo para abonar el último medio millón de euros que el calendario draconiano que se había impuesto para el 26 de julio, sino para continuar hasta el día de hoy, incluso reforzándose y lanzando proyectos nuevos, como NAIZ Irratia.
Al día siguiente, cuando había que empezar a recoger todo aquello, la valoración del responsable de marketing, Asier Iñigo, fue que la iniciativa resultó un absoluto éxito. Contó que acabó apareciendo gente que no tenía entrada, pero que disfrutó en las carpas de los alrededores. Pidió perdón a aquellos a los que por seguridad (porque no cabía un alfiler, vaya) no se dio acceso al pie del escenario y tuvieron que permanecer en las gradas.
Iñigo ofreció dos cifras. El pico de asistencia (a lo largo de 11 horas, la cantidad de público oscila), se registró durante el concierto de Berri Txarrak, que acogió a unas 9.500 personas en el interior de Illunbe. Y entre los de dentro y los de fuera, se estimó una asistencia de 14.500 personas.
Dos pinceladas más sobre el ambiente. No se registró ni un solo incidente. Da fe de ello el Departamento de Seguridad, que realizó tres inspecciones. Y, a última hora, hubo que solicitar el envío de dos camiones de cerveza más (seis mil litros).