El calendario marcaba el 25 de junio de 2019. El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo –con sede en Gasteiz y adscrito al Ministerio del Interior español– reconoció que a la niña Begoña Urroz la mató en 1960 una bomba del DRIL y no de ETA, como falsamente habían mantenido durante años las autoridades españolas, pese a haber estudios que lo desmentían claramente.
El informe 'Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz', elaborado por el historiador Gaizka Fernández Soldevilla y el documentalista Manuel Aguilar, corroboraba que la niña de 20 meses Begoña Urroz, fallecida como consecuencia de la explosión de una bomba en la estación de Amara en Donostia el 27 de junio de 1960, fue víctima del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) y no de ETA.
GARA dedicó el editorial del periódico del día siguiente a este asunto bajo el título «Que dejen de propagar mentiras en su relato». «Ha encargado un estudio para acabar sabiendo lo que ya se sabía», pudieron leer los lectores de GARA en su información. Y es que este diario llevaba casi una década, exactamente desde el 12 de febrero de 2010, poniendo las evidencias sobre la mesa. Pruebas que desmentían la tesis de que Begoña Urroz era la primera víctima de ETA. «Cómo se construye una mentira», era el elocuente título del artículo firmado por Iñaki Egaña.
Seis años atrás –su información se publicó el 5 de mayo de 2013–, el periodista Xavier Montanya obtuvo nuevos datos que confirmaban esta historia.
Entre la documentación que en el informe de 2019 pretendió presentar como inédita, había datos que Egaña había venido explicando en repetidas ocasiones en GARA y NAIZ. «Las fuentes utilizadas son las mismas que en el informe de hoy», dijo Egaña al hilo de la presentación del informe. Y narró su exhaustivo proceso de documentación en este artículo.
«¿Por qué ahora? El Memorial está tan escorado y sus trabajos tan matizados por el 'hooliganismo' que en algún despacho le han aconsejado un ejercicio de equidistancia. Mucho tienen que cambiar. Si buscan la verdad en serio, la lista para desentrañar desapariciones, acciones de falsa bandera, ejecuciones extrajudiciales, torturas… es extensísima. A la espera». Así terminaba su artículo el historiador.
«Manipulación tremenda»
En declaraciones realizadas en NAIZ Irratia, Egaña afirmó que era «un paso que deberían haber dado hace 20 años». «Ha habido una manipulación tremenda en las dos últimas décadas», dijo, y señaló directamente a Florencio Domínguez Iribarren. El periodista nacido en Caparroso, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, estuvo presente en el acto de presentación del documento. «La manipulación vino especialmente de su mano y no ha hecho autocrítica, no ha pedido perdón», criticó Egaña.
En 2015, la tesis llegó hasta la ONU de la mano de los ministros José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz.
Además, el historiador destacó que el Ministerio del Interior del Estado español había reconocido dos años antes la autoría del DRIL y que el consejero de Interior de Gasteiz hizo «algo parecido».
Fue el entonces ministro socialista Ernest Lluch quien el 19 de setiembre de 2000 escribió en 'El Correo' un artículo apuntando a ETA como autora del fallecimiento de Begoña Urroz, aun admitiendo que no había encontrado en publicaciones que ETA se atribuyera la colocación de bombas en 1960.
Aquel mismo año, en 2010, el entonces presidente del Congreso español, José Bono, dio un paso más. Decidió fijar el 27 de junio como el Día de Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, algo que se ha mantenido, a pesar de que el informe se hiciera público dos días antes de la conmemoración correspondiente a 2019. Iñaki Altuna lo recordó en las páginas de GAUR8.
«Han querido atribuir a ETA la muerte de Begoña Urroz, y claro, siendo la 'primera víctima' de ETA, ¿qué día más propicio para hacer memoria a las víctimas? Mucho más propicio, evidentemente, que el aniversario de las acciones contra Melitón Manzanas o Carrero Blanco», decía Altuna.
Policía infiltrado
Egaña reveló que la Policía franquista estuvo infiltrada en el DRIL. «Los objetivos fueron marcados por un infiltrado policial, un antiguo falangista que había pertenecido a la guardia personal de Franco, Abderramán Muley Moré. Por cierto, si investigan a sus descendientes encontrarán una estrecha relación con Vox», advertía Egaña en su información.
Desde el 10 de octubre de 2020 una placa colocada por el Ayuntamiento de Donostia recuerda a Urroz en la estación del tren del barrio de Amara. En el acto, la hermana de Begoña Urroz lamentó que su padre falleciera en 2011 «sin haber sido reconocido este atentado, sin saber quién fue y sin ningún tipo de reconocimiento». «Mi padre falleció sin saber nada, nada, de esto», señaló. GARA lo recogió en su crónica del acto.