1977/2024 , August 12

Ion Salgado
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Clásica de Donostia y Euskal Herria Kopa, dos citas deportivas de país

El 12 de agosto de 1981 se celebró la primera edición de la Clásica de Donostia, con victoria de Marino Lejarreta. 16 años después, el 12 de agosto de 2017, se disputó la final de la primera Euskal Herria Kopa, que no llegó a concluir por la espantada del arbitro. Dos citas deportivas de país.

Marino Lejarreta felicita a Remco Evenepoel, vencedor de la Clásica en 2023.
Marino Lejarreta felicita a Remco Evenepoel, vencedor de la Clásica en 2023. (Andoni CANELLADA | FOKU)

El 12 de agosto de 1981, hace ya 43 años, Marino Lejarreta se proclamó justo vencedor de la primera edición de la Clásica de Donostia. Tal como contó Longuito en las páginas de 'Egin', el de Berriz llegó destacado a la meta del Boulevard donostiarra tras un ataque decisivo en las primeras rampas de Jaizkibel, hasta donde la carrera llegó en grupo.

«Nadie fue capaz de frenarle en su salida, una salida que fue lo necesariamente contundente como para abrir más de dos minutos de distancia en su recorrido», redactó el cronista, que también recogió declaraciones de Lejarreta. «Teníamos bien preparada la carrera», señaló el ciclista, que reconoció que «es un triunfo importante, pero también lo fue el de Ordizia y otras carreras que he ganado».

Palabras humildes de un joven ciclista que, a lo largo de la década de los 80, se proclamó campeón de la Vuelta y ganó etapas en Giro y Tour, en este último caso en 1990. De hecho volvió a ganar en dos ocasiones la Clásica de San Sebastián: en 1982 y 1987.

‘Egin’ dio cuenta de la victoria de Marino Lejarreta en la primera edición de la Clásica de Donostia.
‘Egin’ dio cuenta de la victoria de Marino Lejarreta en la primera edición de la Clásica de Donostia.

No es de extrañar que el 12 de agosto de 1982 Tito Irazusta titulara así: «Marino Lejarreta se ha acostumbrado a ganar en San Sebastián».

«La Clásica tuvo su emoción, velocidad y tal vez supuso un calco de la primera edición, también con el triunfo del menor de los Lejarreta, tras el fenomenal trabajo de sus compañeros de equipo», señaló el periodista, que dio voz al protagonista de la carrera: «Estoy muy contento con el éxito, que no imaginaba hasta que he pisado la línea de meta».

Irazusta también firmó la crónica del 87, publicada en el periódico del 13 de agosto: «Marino Lejarreta hizo una demostración grandiosa para su tercer éxito en la Clásica». Dio cuenta de una «soberbia demostración, un ataque excelente, fenomenal y ciertamente evidente de su gran momento de forma».

«Atacó como una moto en Jaizkibel, dejó atrás a quienes le aguantaron inicialmente la rueda y supo mantener siempre medio minuto en su contrarreloj final desde Hondarribia hasta el Boulevard donostiarra. Allí entró como las grandes figuras. Todo un clamor. Marino txapeldun», sentenció.

La Clásica se ha convertido en una cita deportiva destacada dentro y fuera de Euskal Herria. Una prueba ciclista incluida en el UCI World Tour en la que participan figuras destacadas del pelotón, como Remco Evenepoel, que ha ganado tres de las últimas cuatro ediciones, igualando la marca de Lejarreta.

Primera Euskal Herria Kopa

36 años después de la primera edición de la Clásica, en 2017 se celebró la primera final de la Euskal Kopa. Se enfrentaron Athletic y Alavés y el titular de GARA resume lo ocurrido: «Triste final para una cita que debía ser la fiesta del futbol vasco».

«Lo que tenía que ser una fiesta del fútbol vasco –las aficiones sí que pusieron todo de su parte– se transformó en un triste espectáculo, con un lamentable final de partido, en el que hubo hasta dos expulsiones y la espantada del arbitro, ante la poca colaboración de los protagonistas», escribió el periodista Natxo Matxin, encargado de narrar un partido que quedó sin ganador.

«Se podría argumentar que el colegiado Palencia Caballero podría haber manejado de otra manera el final del encuentro, pero no es menos cierto que algunos futbolistas no colaboraron para nada en que el partido fuese por los derroteros lógicos de un partido de pretemporada, por mucho que hubiese en juego un título oficioso», explicó antes de entrar al detalle.

El trío arbitral ha abandonado el campo tras expulsar a un segundo jugador del Alavés. (Marisol RAMÍREZ/ARGAZKI PRESS)
El trío arbitral ha abandonado el campo tras expulsar a un segundo jugador del Alavés. (Marisol RAMÍREZ/ARGAZKI PRESS)

Según explicó, «las fricciones habidas hasta el minuto 70 –habituales, por otro lado, en un derbi– pasaron a mayores con la expulsión de Alexis, quien llegó incluso a apretarle la cara al colegiado antes de irse a vestuarios, lo que en un envite oficial le hubiese supuesto una sanción de proporciones mayúsculas».

«Para poner la guinda a la 'fiesta', Romero se autoexpulsó en el 89 con una entrada que no venía a cuento, lo que, al parecer, colmó la paciencia del trencilla que, sin explicación alguna, optó por marcharse del campo y dejar plantados a todos», añadió.

Y lamentó que, «consecuencia de ello, no pudo determinarse quién se hacía con la I Euskal Kopa, pues el encuentro en esos momentos discurría con empate a dos, ya que apenas en la jugada anterior Cristian Santos había transformado el segundo penalti pitado a favor del Alavés por trabar Mikel Rico a Vigaray en una incursión en el área rojiblanca».

«Sombrío colofón a una iniciativa emprendida con toda la buena voluntad del mundo a favor del fútbol vasco», manifestó, incidiendo en que  «pese a todo, debiera tener vocación de continuidad». Por suerte, así ha sido. Basta con recordar el partido celebrado el 3 de agosto en Lasesarre, donde se impuso el Athletic al Osasuna.

El conjunto bilbaino es el equipo que más veces ha ganado la competición diseñada por Euskal Herria Kirola y rebautizada como Euskal Herria Txapela. Se ha impuesto en tres ocasiones. Osasuna ha ganado en dos ediciones, y la Real Sociedad y el Eibar ostentan un trofeo en sus vitrinas.

Tanto la Clásica, como la Euskal Herria Txapela se han convertido en dos citas deportivas de país, al igual que la Behobia-Donostia, el ultratrail Ehunmilak o Itzulia.