Según rememoraba el periodista Joseba Iturria en el reportaje a dos páginas publicado en GARA en 2009, el fútbol llegó a Gipuzkoa a principios del siglo XX como hobby de la élite de la sociedad y el germen de la actual Real surge en mayo de 1905 con la creación del San Sebastián Foot Ball Club. A su vez, en marzo de 1908 por vez primera luce una camiseta blanca con las letras SS en azul. Los colores txuri-urdin con los que se identifica el equipo. Con la ayuda de jugadores ingleses, se animaron a participar en el campeonato de Copa de 1909 y lo ganaron, pero tuvieron que participar con el nombre del Club Ciclista.
Sus impulsores entendieron que no podían seguir como Club Ciclista y querían jugar en el campo de fútbol de Ondarreta y no en el velódromo de Atotxa, donde entonces se compaginaban los partidos de fútbol y las carreras ciclistas. Por eso, el 7 de septiembre de 1909 fue registrada con el nombre de Sociedad de Foot Ball, fundada por Adolfo Sáenz Alonso, su primer presidente. El día 23 jugó su primer partido y, tras adquirir el 11 de febrero de 1910 el nombre de Real por un oficio del rey español Alfonso III, el equipo blanquiazul estrenó su nombre de Real Sociedad el 26 de marzo ante el London Nodmans inglés. A partir de 1913 volvería a jugar en Atotxa tras la eliminación de la pista de ciclismo.
En el reportaje se recordaba que la Real fue uno de los diez equipos elegidos para jugar en la máxima categoría en la primera temporada que arrancó en 1929 y los descensos de categoría que vivió hasta consolidarse en Primera a partir de 1967. Después llegaría la década inolvidable de los ochenta en la que consiguió dos ligas, una Copa, una Supercopa y tres subcampeonatos. En la temporada 2002-03 se logró un último subcampeonato liguero, pero a partir de ahí la Real entró en una crisis que le llevó a Segunda en 2007.
Retornaría a Primera en 2010 y en los últimos años ha completado un lustro extraordinario con cinco clasificaciones europeas consecutivas y conquistando la Copa en 2021.
Leyendas de Atotxa
Ignacio Eizagirre, el portero que en plena Guerra Civil recibió la llamada de la Real en 1936 y tras su paso por el Valencia volvió en 1950, José Mari Martínez, el central que simbolizó la casta que llevó a conseguir el ascenso en 1967 y que supieron trasmitir al equipo campeón, y Alberto Gorriz, el jugador que más partidos oficiales ha disputado con la Real y que participó en sus cuatro títulos, participaron en una tertulia organizada por GARA en la que revivieron distintas épocas de la centenaria historia de la Real.
Recogemos los titulares principales que dejaron cada uno de ellos. Eizagirre recordó: «En 1950 jugué el Mundial de Brasil, mi padre me dijo que viniera de Valencia, que me necesitaba en su negocio, y volví».
José Mari Martínez destacó: «Tras cinco años en Segunda, dijimos que de Primera no nos baja ni Dios. Había que hacer lo que fuera para ganar cada partido».
Por su parte, Gorriz se acordaba de la liga ganada en Gijón: «Es mi mejor recuerdo de la Real. Sabes que te lo juegas todo en un partido y luego fue una suma de fe, lucha... y suerte».
