Poco antes de las 09.00 de la mañana del 6 de octubre de 1997 los veintitrés miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna llegaban junto a sus ocho letrados a las dependencias del Tribunal Supremo español en Madrid para ser juzgados por la difusión como cuña electoral de un vídeo en el que ETA exponía la Alternativa Democrática, una propuesta para la solución del conflicto. Desde 'Egin' se dio una gran cobertura del juicio, destacando su importancia en la portada de ese mismo día: «Se inicia hoy un juicio histórico».

Un día antes, militantes y simpatizantes de Herri Batasuna participaron en un acto político celebrado en el Frontón de la Esperanza de Bilbo para arropar a los encausados antes de su viaje a la capital española. La actuación de los bertsolaris Xabier Amuriza, Juanjo Respaldiza y Xabier Arriaga se intercaló con las intervenciones del miembro de la Mesa Nacional Karmelo Landa, de la parlamentaria Jone Goirizelaia y del concejal en Bilbo Ibon Arbulu.

Denunciaron que con ese juicio se pretendía neutralizar el independentismo vasco. «Con este juicio está mucho en juego. Se está juzgando una opción política. Se nos está juzgando a todos nosotros, que vamos a estar con ellos en el banquillo. Es un juicio contra todos nosotros y entre todos tenemos que ganarlo», decía Goirizelaia mientras subían al estrado los mahaikides Koldo Celestino, Tasio Erkizia, Gorka Matínez, Carlos Rodriguez y Joseba Martín.

«Expectación y tensión»

'Egin' hacía hincapié en la «expectación y tensión» que rodeaba el proceso. En un artículo firmado por Elvira Lalana, se señalaba que cerca de un centenar de periodistas estaban acreditados para poder acceder a la sala donde se celebraba la vista, entre los que destacaban, a parte de los medios estatales, el periódico chileno 'El Mercurio', la televisión mexicana Galavisión, el diario estadounidense 'The New York Times', los diarios franceses 'Liberation' y 'Le Parisien' o las agencias France Press y Reuters.

También se informaba de que grupos ultraderechistas habían puesto carteles y realizado pintadas en las calles de Madrid escupiendo su odio contra la izquierda independentista vasca. Pero también hubo mensajes de apoyo a la coalición abertzale.

El juicio comenzó con sorpresa. Los miembros de HB recusaron al presidente de la Sala Segunda que los iba a juzgar, a quien achacaban una estrecha relación con el Ministerio del Interior a través de su hija, que ocupaba un puesto de libre designación en el despacho del número dos del Departamento. Asimismo recusaron a los peritos de la Guardia Civil que redactaron un informe en el que, entre otras cosas, se aseguraba que «en realidad HB no es más que el comando institucional de ETA».

El Tribunal recibió el escrito, se reunió para deliberar y resolvió admitir a trámite el escrito de recusación, suspendiendo así la vista y retrasando, previsiblemente, el juicio por espacio de varias semanas. Pero poco después, en una tramitación sin precedentes, se formó un tribunal de 16 magistrados que, «saltándose la instrucción del incidente planteado, contradecía la propia decisión de sus compañeros y decía que la recusación planteada constituía 'un abuso de derecho', además de ser 'extemporánea'», relataba 'Egin'. De esta forma, se retrasó el juicio una semana, pero no se impidió que De Vega dirigiese el trío de jueces encargados de dictar sentencia.

El 12 de octubre decenas de miles de personas salieron a las calles de Bilbo para protestar contra el juicio que comenzaría un día después, con varias alegaciones de por medio que hicieron que se aplazase otra semana más. El lunes 20 de octubre se inició el interrogatorio judicial a los mahaikides, que reivindicaron la Alternativa Democrática y la necesidad de que la sociedad conociera esa propuesta de paz en su integridad.

Sentencia, cárcel y revocación

Pero la presión política y mediática que se vivía en aquel momento se impuso (eran los meses del «a por ellos» tras el secuestro y ejecución de Miguel Ángel Blanco). A principios de diciembre la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo notificó la sentencia condenatoria contra los 23 miembros de la Mesa Nacional de HB: 7 años de prisión a cada uno y suspensión de cargo público «como autores de un delito de colaboración con banda armada».

En una rueda de prensa, Floren Aoiz denunció que se trataba de una sentencia «decidida por el Gobierno y firmada por los jueces». «¿Quién puede decir ahora que en Euskal Herria puede defenderse cualquier idea?», se preguntó el portavoz de HB.

Pese a recurrir la sentencia, los mahaikides ingresaron en prisión días después, tras una detención preventiva anterior. Sin embargo, 22 meses después, el Tribunal Constitucional revocó la sentencia condenatoria del Supremo y dictaminó que en el caso se había producido una vulneración del derecho a la legalidad penal por entender que se había aplicado a la dirección abertzale una pena desproporcionada al delito imputado. En julio de 1999 los veintitrés encausados salieron de la cárcel.

EH Bildu preside la FNMC por vez primera

26 años más tarde, el 6 de octubre de 2023, EH Bildu conseguía, por primera vez, la presidencia de la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) de la mano del alcalde de Tafalla Xabier Alkuaz. Fue elegido por 755 votos, frente a los 443 del candidato de UPN Alejandro Toquero. Además de numerosos apoyos de independientes, Alkuaz fue apoyado por los ayuntamientos del PSN, lo que supuso un cambio en sus líneas rojas.

Más allá de la importancia de ostentar la presidencia de la FNMC, esta elección evidenciaba el auge del independentismo de izquierdas en todo Euskal Herria, con EH Bildu como la primera fuerza municipalista por número de concejales. 26 años después de aquella sentencia contra la Mesa Nacional de Herri Batasuna, quedaba claro que el Estado español no ha conseguido su objetivo de derrotar al independentismo vasco.