El 15 de octubre de 1986, ETB emitía un extracto de la entrevista realizada al ex guardia civil y exmiembro de los GAL José María Velázquez Soriano por una televisión belga horas antes de ser detenido. Si bien la entrevista no presentaba demasiadas novedades respecto a los reportajes publicados por 'Inteviu' –reportajes que quedaron sensiblemente reducidos por las presiones ejercidas desde la Dirección de la Guardia Civil y desde el propio Gobierno–, el valor añadido de la imagen, del matiz, de la expresión, convirtieron la emisión en un escalofriante documento cuya credibilidad quedó para los ciudadanos mucho más que patente.
En el reportaje, realizado en Huelva horas antes de ser detenido, el excabo Velázquez reveló que fue el comandante Rodríguez Galindo quien se encargó de reclutar «el GAL de la Guardia Civil» –y es que existía otro GAL, el de los mercenarios, según Velázquez– a partir de los Servicios de Información del Cuerpo y a través del teniente Del Hoyo Cepeda.
Las acciones en Ipar Euskal Herria, el dónde y cómo de las diversas modalidades de tortura y una inquietante coincidencia la víspera de la muerte en atentado de Santi Brouard, fueron revelaciones espontáneas y sobrecogedoras del ex guardia civil en la entrevista emitida por ETB, en las que advertía que «tenía miedo, pánico» por esas declaraciones. «Sé que me van a hacer algo... Yo creo que me podrían matar. Pero, mira, quiero que quede bien clara una cosa: yo, ni estoy desequilibrado psicológicamente, ni estoy loco».
El excabo Velázquez se retractó, después de ser detenido, delante del juez de la Audiencia Nacional de las afirmaciones vertidas y se lamentó «del daño que ha hecho a la Guardia Civil». Casualmente, tras ser arrestado, permaneció en las dependencias del Cuerpo en la madrileña calle de Guzmán el Bueno.
Algunos extractos: Comienzos del GAL, interrogatorios, Brouard...
La noticia publicada al día siguiente en el diario 'Egin' recogía algunas de las declaraciones literales que realizó Velázquez en aquel reportaje. Recogemos en las siguientes líneas algunos de los extractos:
Comienzos y primeras actividades del GAL
(...) «Sí, bueno. Todo partió un día, independiente de las actividades legales que hacíamos a nivel de Guardia Civil, como servicio antiterrorista, un día se nos pidió, en junio del 83, que nos teníamos que concentrar allí varias personas a ciertas horas de la tarde con el teniente Fidel del Hoyo Cepeda. Este hombre nos dirigió a la casa del comandante Rodríguez Galindo y allí nos recibió en su casa y nosotros estábamos dipuestos para pasar al otro lado. Al otro lado se llama a Francia. Por supuesto, sí, dijimos todos que sí. Éramos seis personas. Nos explicó la misión. Nuestra misión era bastante difícil, complicada, y había que montarla en muy pocas horas. La misión era secuestrar a José Luis Salegi Elorza, alias 'Txipi', el jefe de los CAA (Comandos Autónomos Anticapitalistas), secuestrarlo en Biarritz y, una vez secuestrado, había que traerlo a España para haberle podido interrogar y haberle podido sacar toda la información que él pudiera tener con respecto a la organización terrorista. Bueno, entonces nosotros estuvimos de acuerdo. La verdad es que era una operación difícil, porque era la primera vez, y era el comienzo de todo». (...)
Interrogatorios
(...) A nivel legal he interrogado en España y, a nivel ilegal... pues he interrogado también en Francia». (...) «Los interrogatorios eran muy fuertes. He visto y he participado en interrogatorios muy fuertes, fuertes en el sentido de 'la bañera', de 'la mesa', de 'la manta eléctrica', de 'la caja de la risa', etc» (...) «Efectivamente, torturas». (...) «La manta eléctrica es aplicar a una persona, desnuda y envuelta totalmente en una manta. Se le aplica agua por encima. Y, bueno, para que 'cante', que cante quiere decir que delate o que hable... se le aplicaban unos electrodos que eran de 220 voltios. Entonces, claro, la persona queda... podíamos decir que como electrificada, es horroroso».
(...)
«Hay varios tipos de 'bañera'. Estaba 'la bañera' típica, que es lo que se utiliza en una ducha, lo que es una bañera. Y estaba 'la bañera' un poco más sofisticada... como se le aplicó al protegido por Amnistía Internacional Joaquín Olano Balda. Olano Balda era un mecánico de Lasarte que se le detuvo por el robo de 45 millones de pesetas. Y bueno, a ese hombre se le aplicó 'la bañera' en la Comandancia de San Sebastián, en la avenida de Zumalacárregui. Aunque luego se negó todo en el juicio y se dijo que era mentira y tal, pero no, es real, es real».
(...)
«En Intxaurrondo también se aplicaban las torturas (...) Las detenciones normalmente siempre se hacían de madrugada y teníamos mucho cuidado de no meter ruido, porque los servicios de información se encontraban en un piso, entonces, debajo vive gente, viven niños, mujeres, viven... en fin... Entonces se trataba de que el detenido metiese el menos ruido posible. Con todo y con eso, sí, hubo ruido. Incluso hubo quejas de vecinos al comandante diciendo que... hombre, por favor, que allí había niños, que se oían gritos de noche...».
Santi Brouard
«Sobre Santiago Brouard yo solo te puedo decir lo poquito que sé. Lo poquito que sé es que yo, un día antes de que asesinaran a Santiago Brouard, la Comandancia estaba entonces en Intxaurrondo, yo estaba entonces en la computadora. Me subió un guardia con una nota del comandante. Entonces yo abrí la nota, la leí y la nota ponía: 'Sacar expediente de Santiago Brouard y bajar'. Entonces yo me puse a la computadora y saqué por medio informático todos los datos que había sobre Santiago Brouard. Bajé al despacho del comandante y se lo dejé sobre su mesa. Al día siguiente me enteré de lo de su asesinato y fue una cosa... sí... A buen entendedor pocas palabras bastan, se suele decir»
Correctivos
(...)
«Utilizaban el que nosotros cobrábamos nuestros sueldos y nuestras propias condiciones políticas para el desarrollo de todas estas actividades del GAL. No, no nos pagaban. Yo pienso que si alguien se ha podido beneficiar de todo esto, posiblemente han sido las personas que haya podido contratar la Guardia Civil, como Jean Pierre Cherid. Nosotros nunca, porque estábamos como militares y, si protestábamos, aunque hacíamos una acción ilegal, después cuando volvíamos a España éramos legales. Si protestábamos, lo que nos esperaba eran correctivo y calabozo. Por lo tanto, era mejor callar y seguir para adelante, te dieran lo que te dieran».