1977/2024 , October 18

Ariane Kamio
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Subijana y Arzak, en las «cocinas» de la Audiencia Nacional

El 18 de octubre de 2004, los reputados cocineros Juan Mari Arzak y Pedro Subijana comparecían ante el juez Fernando Andréu como imputados por un «delito de colaboración con banda armada». Karlos Arguiñano y Martín Berasategui también tuvieron que acudir a Madrid. También un 18 de octubre, este vez de 2021, Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez difundían en Aiete una importante declaración sobre el dolor padecido en el conflicto vasco.

Portada de GARA del 19 de octubre de 2004, con Subijana y Arzak a las puertas de la Audiencia Nacional.
Portada de GARA del 19 de octubre de 2004, con Subijana y Arzak a las puertas de la Audiencia Nacional. (GARA)

Se podría decir que, junto con otros compañeros más, Subijana, Arzak, Arguiñano y Berasategui son los grandes nombres de la cocina vasca, aquellos que en su día apostaron por una renovación y que son protagonistas de las principales páginas de la enciclopedia histórica de la gastronomía de este país. Sin embargo, el 18 de octubre de 2004, los fuegos no se encendieron en sus respectivos restaurantes; en aquella ocasión, y nunca mejor dicho, era el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu quien llevaba la sartén por el mango.

Acompañados por su abogado, los restauradores vascos Pedro Subijana y Juan Mari Arzak comparecían durante cuarenta minutos en calidad de imputados ante el magistrado, quien los acusaba de un «delito de colaboración con banda armada» por su supuesta relación con el pago del denominado «impuesto revolucionario».

A las puertas del tribunal especial, Subijana, en su nombre y en el de sus compañeros –Karlos Arguiñano y Martín Berasategui comparecerían el 4 de noviembre como testigos–, pidió «un poquito de respeto» ante la campaña de criminalización desatada desde los más diversos sectores.

Los nombres de estos cocineros saltaron a la primera línea pocos días antes, tras una filtración periodística en la que se aseguraba que José Luis Beotegi, detenido en Ugao el 7 de octubre y que posteriormente denunció haber sido torturado, había declarado ante la Guardia Civil y después ante el juez que los cuatro afamados restauradores habían sido requeridos por ETA para que pagaran 72.000 euros cada uno. Según el diario 'La Razón', primer medio en dar a conocer esta información, dos de ellos –Arzak y Subijana– habrían pagado unos 36.000 euros a la organización armada.

En unas breves declaraciones tras la comparecencia, Pedro Subijana manifestó que tanto él como sus tres compañeros son «cocineros, gente de bien que nos dedicamos a hacer felices a los demás y que pedimos un poquito de respeto que, en algunos casos, no se ha dado».

Las muestras de apoyo tras la apertura de esta causa trajo una ola de solidaridad por parte de diferentes ámbitos, también en el gastronómico, ya que una veintena de cocineros vascos y riojanos suscribieron una declaración denunciando el «linchamiento» que estaban sufriendo.

Aunque la causa se hallaba oficialmente bajo secreto judicial, pocas horas después de esta comparecencia la agencia Efe aseguraba que el juez Andréu se inclinaba por decretar el archivo y el sobreseimiento de las actuaciones. Y así fue, quedando todo en agua de borrajas.

Dolor

Si nos subimos a este «DeLorean periodístico» llamado Artefaktua, aterrizamos el 18 de octubre de 2021 en el Palacio de Aiete de Donostia, frente al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y al secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, quienes se disponen a leer un comunicado. «Hoy queremos hacer una mención específica a las víctimas causadas por la violencia de ETA. Queremos transmitirles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido. Sentimos su dolor, y desde ese sentimiento sincero, afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido, a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Debíamos haber logrado llegar antes a Aiete».

En el mismo escenario donde diez años antes se producía una declaración histórica, la izquierda independentista vasca vuelve a subir otro escalón en cuanto a la resolución del conflicto y a sus consecuencias se refiere. Esta vez, poniendo especial atención en las víctimas.

Rodríguez y Otegi, durante la lectura del comunicado en el décimo aniversario de la conferencia de Aiete. (Jon URBE/FOKU)
Rodríguez y Otegi, durante la lectura del comunicado en el décimo aniversario de la conferencia de Aiete. (Jon URBE/FOKU)

La izquierda abertzale vuelve a mostrar públicamente su compromiso con el cumplimiento de la Declaración de Aiete y responde a quienes en su día sembraron dudas sobre su sinceridad; «no había trampa, no se trataba de ningún cálculo político».

Y, por supuesto, una referencia a los presos, un reto «ineludible para todos, que pasa necesariamente por poner fin a la política penitenciaria de excepción y por darle una solución integral».

Por suerte, en este 2024 no será necesaria la ayuda de ningún DeLorean para buscar tiempos mejores respecto a esta cuestión, pues será el próximo verano cuando veamos celebrar el último Hatortxu Rock para brindar por el fin de la dispersión y el regreso de todas a casa.