Desgraciadamente, las tragedias han copado las portadas de numerosas ediciones de 'Egin' y GARA a lo largo de las cinco últimas décadas y tal día como hoy podría marcarse en negro en el calendario de sucesos de Euskal Herria.
19 de octubre de 1979. Un autobús que transporta a un total de 51 viajeros se dirige hacia Bilbo tras haber realizado una peregrinación a Roma. Es de noche y la mayoría de los ocupantes duerme. En Séméac, cerca de Tarbes, el autocar cruza un paso a nivel que se encuentra cerrado y lo rebasa, rompiendo la barrera. Una locomotora que hacía maniobras choca contra el vehículo de forma violenta. El autocar se dirigía dirección a Lourdes, ciudad que iban a visitar antes de reanudar la marcha hacia Bilbo. Los heridos son evacuados al hospital de Tarbes, algunos en estado muy grave. Finalmente, el accidente se salda con un total de 21 fallecidos.
Un fallo en los frenos
El autobús Pegaso 24, modelo 5031, acababa de descender dos puertos de montaña de cierta consideración, lo que, al parecer, afectó a sus frenos, limitando sus posibilidades. Al llegar al paso a nivel que se encuentra en el barrio de Séméac de Tarbes, localizado en medio de una larga recta, el chófer del vehículo, José Luis Reyno, según declaró horas más tarde del siniestro, se encontró con que los frenos no respondían.
Consciente del riesgo, saltó la barrera del tren, posiblemente con la esperanza de que le diera tiempo a cruzar las dos vías, pero no lo logró. Una locomotora que acababa de salir de Tarbes con dirección a Toulouse le alcanzó en la parte trasera. Por pocos segundos, lo que hubiera pasado solo como un gran susto, se convirtió en una tragedia.
Hodei Egiluz desaparece en Amberes
Treinta y cuatro años más tarde, una nueva tragedia sucede de nuevo fuera de las fronteras de Euskal Herria. El joven Hodei Egiluz, de 23 años, desaparece en la ciudad belga de Amberes, lugar a donde se trasladó en abril para realizar unas prácticas tras cursar estudios de Ingeniería Informática. Su pista se perdió en la madrugada del 19 de octubre cuando, después de haber salido con unos amigos, se despidió de uno de ellos para regresar a casa.
El informe policial confirmó que Egiluz fue víctima de un doble robo durante aquella noche. Sin embargo, apuntaban que «no hay ningún indicio que relacione los robos con la desaparición».
Y es que el cuerpo del joven galdakaoztarra no fue encontrado hasta pasados más de dos años, en febrero de 2016, en las aguas del río Escalda. Es decir, tras 853 días de búsqueda por parte de la Policía belga y su familia y amigos.
El juicio por esta desaparición se celebró en septiembre del año 2017, donde el Tribunal de Amberes condenó a Mohamed Youssef Mabtoul a una pena de cuatro años, mientras que Jaouad M. y Youssef M. recibieron una pena de 40 meses –tres años y cuatro meses– de cárcel cada uno.
Por su parte, Carmen Trimbitas, la mujer que por 60 euros compró el móvil robado a uno de los implicados, el novio de su hija, fue condenada a seis meses de prisión.
De los cuatro imputados, tres se mantenían en paradero desconocido; solo Youssef Mabtoul, quien fue ya condenado en otras seis sentencias anteriores, se encontraba internado en la cárcel de Lovaina, donde cumplía pena por otros delitos.