En el conjunto de la Unión Europea (UE), la tasa de inflación interanual se ha situado en julio en el 1,4%, frente al 1,6% de junio. El debilitamiento de las presiones inflacionistas en julio responde a la menor subida de los precios de la energía, con un alza interanual del 0,5%, frente al 1,7% de junio, mientras que los alimentos frescos se han encarecido un 1,7%, tras subir un 0,7% interanual el mes anterior.
Por su parte, el precio de los servicios ha subido un 1,2% en julio, cuatro décimas por debajo de la subida interanual registrada en junio, mientras que los bienes industriales no energéticos se han incrementado un 0,4%, frente al 0,3% del mes precedente.
De este modo, sin tener en cuenta la energía, la tasa de inflación se coloca en el 1,1%, una décima menos que en junio, mientras que al excluir el impacto de la energía, de los alimentos, así como del alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente cae en julio al 0,9% desde el 1,1% de junio.
El dato, alejado del 2% fijado, reforzaría la idea del mercado de que el BCE podría bajar el tipo oficial a tipos negativos por primera vez en su historia en la reunión del 12 de setiembre.
Ya en su reunión de finales de julio abrió la puerta a la adopción de medidas al señalar que «no nos gusta lo que vemos en el frente de la inflación». «No aceptamos niveles de inflación permanentemente bajos».