Giovanni Anselmo y la poética de nuestro pequeño gran universo, en el Guggenheim
Date
02.09.24 - 05.19.24
Place
Bizkaia - Bilbo
Cuarenta obras no son muchas si hablamos de una antología que resuma casi seis décadas de trayectoria artística. Pero cambia la percepción si sabes que son obras sobre las que su autor ha regresado una y otra vez, y que en ellas se recoge una visión del tiempo, del espacio y del ser humano respecto al universo tan humanista, tan esencial, tan ecologista y tan poética como la de Giovanni Anselmo (Borgofranco d'Ivrea, 1934-Turín, 2023).
‘Giovanni Anselmo. Más allá del horizonte’ (9 de febrero al 19 de mayo), la exposición con la que el museo Guggenheim de Bilbo abre la temporada de este año, puede ser uno de los grandes descubrimientos para los visitantes que se acerquen a una obra tan impregnada de pensamiento como esta. También hay juego, que tampoco falta, porque esta muestra nos invita a buscar las claves, los mensajes, y a tomarnos nuestro tiempo, parándonos a mirar y sentir.
Nombre de prestigio y autor reconocido en el mundo del arte, aunque para el gran público no lo sea tanto, tal vez porque «era un anti ego», ha apuntado la comisaria de la exposición, Gloria Moure. «La suya es una obra que te hace pensar», ha añadido. «Es un poeta de la forma y no necesita más que lo esencial. Lo suyo es la estética de lo sobrio, la antifrivolidad».
Una lechuga, un bloque de piedra volando...
Lo que se puede ver en Bilbo se puede considerar también un viaje o una inmersión por su legado, ya que Giovanni Anselmo estuvo involucrado hasta apenas unos días antes de su fallecimiento el pasado mes de diciembre en la preparación de esta retrospectiva. Está aquí, por tanto, su última propuesta al público y también su última obra, una escultura póstuma sorprendente creada específicamente para esta sala: titulada ‘Mente verso oltremar il colore solleva la pietra (1995-2024)’ está construida con caliza procedente de la cantera de Lastur (Deba).
Y es sorprendentemente aérea y liviana. Grandes piedras de Lastur cuelgan unidas por alambre de las paredes, desafiando la gravedad, sostenidas únicamente con un clavo. Y parece que flotan. Porque la gravedad, y el tiempo, las fuerzas que mueven al universo son en lo que quiere Giovanni que reparemos.
Referente del arte Povera que surge en Italia a finales de 1960, Anselmo Giovanni pertenece por edad y convicción a una generación que rompió con el paradigma determinista que había dominado a la cultura occidental por más de un siglo. Es decir, frente a la contemplación, la experiencia artística; el arte no es independiente de su entorno, sino que todo está interrelacionado. Lo que hacemos tiene consecuencias y somos parte de las fuerzas que se mueven en el universo.
«Era un ateo convencido», ha añadido la comisaria de la exposición. No hay sacralidad en su pensamiento. Su ascenso a la cima del volcán Estrómboli, en 1965, fue un descubrimiento de su «propia sombra en el infinito». La luz de aquella mañana lanzaba su sombra al cielo, como documentó la fotografía que se puede ver al inicio de la exposición, y a partir de entonces articuló una obra, sencilla aparentemente en su base, pero muy poética.
La energía, el espacio, el tiempo, la orientación, los campos magnéticos o las fuerzas gravitacionales del planeta se nos muestran en obras como ‘Sin título’ (1986), un bloque de granito sostenido en su centro por una lechuga –si la lechuga se descompone, el trozo de granito del centro se cae; es decir, que hay que mantener la vida y la energía para que la vida siga–; ‘Trescientos millones de años’ (1969), un bloque de antracita iluminado con una lámpara, cuyo calor busca revivir los fósiles que contiene la piedra; pero es que hay brújulas que miran al norte, en forma de un bloque de granito cortado en forma de triángulo, o grandes bloques de piedra sobre un lienzo colgando del aire con cables de acero y un único clavo para sostenerlos.
Giovanni Anselmo solo está representado por dos autorretratos –un dibujo, realizado mirándose al espejo, y una fotografía positivada al revés; nosotros somos quienes somos a través de la mirada del otro, parece que nos dice– y una fotografía en la que se le ve corriendo en un prado, en medio de la naturaleza. La palabra ‘Particulare’ se lee proyectada en nuestro cuerpo cuando entramos en una sala: «El universo está hecho de particulares», explica la comisaria, «solo que a veces no somos conscientes de ello. Él habla de lo real y busca que seamos conscientes de esa realidad. Las pequeñas cosas son las que lo cambian todo».
Location
Museo Guggenheim
Bilbo. Bizkaia