El preso político saharaui Salek Laasairi decidió, el lunes 12 de mayo de 2014, poner fin a la huelga de hambre que mantenía desde hace 38 días.
Había empezado su huelga tras la destrucción de sus efectos personales por los guardias de la prisión de Ait Melloul, los golpes violentos recibidos por haber protestado ante el director de la cárcel, y su subsiguiente condena a 10 días de calabozo.
Reivindica también que le sean dispensados los cuidados médicos que necesita.
Organizaciones solidarias portuguesas y francesas han seguido atentamente la evolución de la huelga de hambre de Salek, cuyos malos tratos actuales han desembocado en una publicación biográfica alertando contra las violencias y torturas físicas y psicológicas que le son infligidas regularmente desde hace casi 10 años.
Salek fue detenido el 13.10.2004 y condenado el 6.12.2005 por la Corte marcial a cadena perpetua, por el cargo de homicidio de un oficial marroquí.
Actualmente 73 militantes saharauis están encarcelados por las autoridades marroquíes y decenas de otros militantes están en libertad provisional en espera de juicio. Todos son víctimas de torturas, cuya práctica fue denunciada por el relator especial para la tortura de Naciones Unidas, Juan Méndez.
Todos ellos son civiles saharauis, y muchos de ellos no tienen más que la huelga de hambre como medio para protestar contra su arresto y sus condiciones de detención, en perjuicio de su salud.