Cuatro han sido las etapas necesarias para recorrer las mugas occidentales del Urumea, y otras cuatro –más la presente– lo serán para hacer lo propio con las orientales. De su centenar de metros de anchura, a lo ancho de su desembocadura, hasta poder meter todo su cauce entre los dientes, mientras bebemos de sus fuentes, iniciamos en esta quinta salida, y por pista, el camino de retorno por los límites de su margen derecha, encadenando el final de la anterior: el alto de Usategieta y el pueblo del puente de Zubieta.
De Usategieta, sin desvío a derecha, durante unos 7 segundos por la pista, rodeamos por poniente, la loma situada al frente, lo que nos lleva a un escondido collado, no muy claro. Dejando su bosquete atrás, se inicia un ascenso más evidente, por pista zigzagueante, que traza 8 curvas cerradas, hasta la cota 900 m, unos 250 metros adelante de la 8ª (este tramo de unos 2km se puede evitar por tramos, tomando los senderos-atajos que, perpendicularmente marcan de manera precisa los límites orientales de la cuenca).
Es ahí, en medio de la «nada», donde un sendero se atreve en dirección N entre el brezal sin hayas y afronta la sosa ascensión a Gazpagoeta, coronando tras 600 m la antecima. De ahí por discreto collado y cordal a derecha, (1 km y 100 m de ascenso), alcanzamos Erakurri, 1.142 m, el techo del Urumea (1h, 10´), señalado por buzones y vértice.
Visitadas las fuentes en la anterior, es aquí donde se producen, a partir de la lluvia, el granizo, la nieve... las goteras del Urumea, y solo los ignorantes, en el Bajo Urumea muy abundantes, cuando les señalas este monte desde las cercanías de la Zurriola, intentando explicar las inundaciones del Urumea... Miran el dedo, y no el monte.
Hacia Olegiko haitza
En dirección ESE descendemos a Olegiko lepoa, collado que recibe la pista antes abandonada junto a una curiosa peña, Olegiko haitza. Continuando hacia La Meca y dejando a derecha esta peña, iniciamos un largo y suave descenso, con visita a megalitos incluida, hasta Eskaingo lepoa, donde una especie de ataka, que saltamos en ligero giro a izda, marca el ascenso exponencial a la cima de Elazmuino, Iruñarri o Arriurdineta, 1.060 m (2h 05´), con vistas a Donostialdea, a su telón azul marino y a Iruñerria.
Continuando por el cordal unos 300 m encontramos una pista con antena vinculada que pretende, sin conseguirlo, puntuar la montaña. Conectando con ella en su última curva de ascenso iniciamos el descenso durante 20´,a lo largo de los cuales trazamos cinco curvas. Será en la 5ª donde una fuerza centrífuga nos saque de ella, siguiendo otra de rango inferior, dando la espalda a la traza, que dibuja la primera en su descenso. Así, tras 10´de bajada, alcanzamos Meakako lepoa (2h, 30´), con bello dolmen adjunto.
Meakako lepoa
Este collado constituye el punto de arranque a la ascensión a una cima obligada, aunque no catalogada, y que bien merecería alcanzar dicho rango, atendiendo a sus 127 metros de prominencia y separada de Iruñarri por poco más de 3 km. Hablamos de Lexarburu, que ascendemos siguiendo la divisoria, lo que supone avanzar dentro del hayedo, pegados a la valla por su izquierda. Sobrepasada su antecima y posterior descenso pisamos Lexarburu, 915 m (3h, 10´), con claro ancho a diestra en zona cimera, de ahí que se le conozca como Larregain, si bien hoy sería más correcto llamarla Iragain, por aquello del helecho.
El descenso se hace en dirección N, junto a valla, inesperadamente inclinada, lo cual no evita un ascenso a una pequeña loma, y en dirección NE, antes de Txingurrizelaiko lepoa, donde vemos como una pista corta perpendicularmente a la vista.(3h, 40´).
Aquí, si tomásemos esa pista a la izquierda llegaríamos a un nuevo Usotegieta, opción de la siguiente excursión.... Si la tomáramos a la derecha retrocederíamos a la «majada» de Urrutiña, alejándonos de esta vuelta... Si mirásemos de frente, otras dos opciones están presentes: la primera, girando ligeramente a izquierda en claro ascenso, subiríamos en 20´a Sorginzelai, tras la cual se abre la posibilidad de continuar por su espalda y descender a Usotegieta. La segunda es continuar de frente en ligero descenso, opción aquí tomada, que deja a derecha una borda y tras ligero descenso a derecha y posterior a izquierda alcanza de pronto un camino, que se adentra en un pequeño valle de manera inesperada, y que sobrepasando una erreka y al frente, deja a derecha una repoblación de coníferas, alcanzando un disimulado falso collado con peña a derecha al lado.
El sendero se hace camino aquí y serpentea en descenso y atentos a marca blanca- amarilla, giramos a derecha, alcanzando una borda que dejamos a derecha, pese a que una marca tratará de confundirnos. De nuevo, junto a las marcas, llegamos a una pista de cemento y descenso a Zubieta, no sin antes deleitarnos con una perspectiva muy bella de Zubieta, delicia de nuestros ojos, parada de etapa obligada, ante tanta belleza concentrada y con la falla norpirenaica de Leitza como telón de fondo. Unos centenares de metros antes de que esta acabe, un atajo nos lleva directos al puente de Zubieta. (5h).