Este recorrido a Oketa parte desde Etxaguen, donde el tiempo es bastante más húmedo y lluvioso que en la Lautada. El clima cambia de mediterráneo-continental a atlántico y eso se nota. En estos pueblos se empiezan a ver más caseríos y zonas de pasto. Es también la última zona de retirada del euskera. Hasta aquí pudo aguantar la lingua navarrorum siglos y siglos de presión.
Bueno, pues en este entorno, hoy nos fijaremos en el “hermano pequeño” del Gorbea, esto es, el Oketa, un “hermano pequeño” que supera los 1.000 metros. Digo lo de hermano porque, si se miran desde la Lautada, se verán como a los “Hermanos Dalton”. Por otra parte, ambos tienen la misma estructura de vegetación, en lo que respecta a bosques en sus faldas y larra en su cima. No os apenará el pasar a hacerle una visita, os lo aseguro.
Ascenderemos por las calles de Etxaguen, siguiendo dirección norte las marcas blanquirrojas del GR. Justo cuando el pueblo se acaba, la pista se divide en dos. La de la izquierda sigue las marcas del GR. La de la derecha, en cambio, está asfaltada y sigue avanzando dirección noreste; cogeremos esta última. Dicha pista asciende y, cuando pasa junto a un depósito de aguas, atraviesa una langa. A partir de entonces, pasa de ser asfaltada a ser de tierra. Avanzaremos por ella en dirección norte evitando a nuestra derecha una potente vaguada. De esta manera, nos colocaremos a las faldas del monte Oketa.
Vistas inmpresionante
En ese momento, la pista principal realiza un marcado quiebro a la izquierda. Abandonaremos la principal y seguiremos, de frente, dirección norte por la pista de la derecha. En breve, llegaremos a una nueva bifurcación en la que tomaremos, otra vez, dirección a la derecha. Esta pista de tierra bordea suavemente el monte Oketa dirección este. Y pronto ascenderemos hasta la suave loma sureste de nuestro monte.
Desde ese punto en adelante, el recorrido nos regalará unas vistas inmpresionantes del macizo del Anboto, el Valle de Arratia, el macizo de Ixina... ¡Una gozada! Simplemente lo que nos resta es ascender por el borde de la loma hasta llegar a la cumbre del Oketa (1.031 m), el balcón del Gorbea, lugar privilegiado donde los haya.
Si miramos desde la cumbre hacia el sur, divisaremos un mojón gigante hecho con piedras; nos dirigiremos a él. Cuando nos acerquemos, empezaremos a vislumbrar un sendero entre la larra. Lo seguiremos. Primero, por larra, y más tarde, por pinudi, deberemos andar con cuidado para no salirnos de él, ya que es un poco difuso. Pronto, nos toparemos con una pista.
En este punto, si torciéramos hacia la izquierda por la pista, bajaríamos directos al punto de partida. Pero, por alargar un poco más la excursión, por ver nuevos y sugerentes paisajes y por suavizar algo más la bajada, giraremos a la derecha. Descenderemos por un nuevo sendero, dejando atrás el pinudi y las zarzas. Así llegaremos a unas larras, donde los árboles son hayas. En ese punto, abandonaremos el sendero y giraremos a la izquierda. Un mojón situado en la larra nos chiva el momento de hacerlo.
A partir de ahora, el camino es una alfombra verde flanqueada por las zarzas. Más adelante, la alfombra se transforma en pista y la seguiremos sin salirnos. Cuando lleguemos a una bifurcación, optaremos por la pista de la izquierda. Y cerraremos el «círculo», llegando a la pista por la que previamente hemos ascendido. Solo nos resta desandar lo anteriormente recorrido y acabar de nuevo en Etxaguen. Bonito, sencillo y para toda la familia.