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Generamos cada vez más basura electrónica y puede llegar a duplicarse en tan solo 18 años

El planeta estableció en 2019 su récord de generación de residuos electrónicos, cuando llegó a las 53,6 millones de toneladas, un 17% más que en 2014, una tendencia que sigue al alza y que obliga a tomar drásticas medidas.

Residuos electrónicos, también conocidos como ‘e-waste’. (GETTY IMAGES)
Residuos electrónicos, también conocidos como ‘e-waste’. (GETTY IMAGES)

Los datos extraídos del informe Global E-Waste Monitor de 2020 indican que la acumulación de basura eléctrica y electrónica (denominada ‘e-waste’) puede alcanzar los 74,7 millones de toneladas (Mt) en 2030 a nivel global. Esto supone que, si no se realizan acciones para parar esta tendencia, los datos prácticamente se doblarán en un periodo de 18 años (2030).

Europa es la tercera región a nivel global que más residuos electrónicos generó en 2019, 12Mt, aunque lidera la generación de dichos residuos per cápita, con 16,2 kilogramos por persona.

Sustancias como el mercurio, los pirorretardantes bromados y los clorofluorocarbonos son residuos presentes en los equipos electrónicos que tienen un especial peligro para la salud y el medio ambiente, según destaca el informe. En concreto, pueden ser causa de cáncer y generar daños en el ADN y otros problemas neurológicos, cardiovasculares, respiratorios e inmunológicos.

También avisa de que «la gestión inadecuada de los residuos electrónicos agrava el calentamiento global», ya que si no se reciclan no pueden sustituir materias primas ni reducir los gases de efecto invernadero que se producen de su extracción, además de que algunos gases refrigerantes generan este efecto por sí mismos.

Regulación del tratamiento

Para aplacar las cantidades de residuos expuestas por el informe, existe la Directiva de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en el ámbito de la Unión Europea (UE), que «regula el tratamiento de la basura eléctrica y electrónica para contribuir a la producción y consumo sostenibles».

La Directiva establece unos objetivos por países para la recolección separada de los RAEE, dificulta la ocultación de exportaciones ilegales de RAEE y lucha por la unificación de los registros y notificaciones administrativas. En concreto, establece que cada Estado miembro debe alcanzar una tasa de recolección anual mínima del 65% de la media del peso de los AEE introducidos en el mercado en los tres años precedentes o del 85% de los RAEE generados en el territorio.

En el caso del Estado español, el estudio de WEE Forum –realizado por la Universidad de las Naciones Unidas y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones– concluye que mejoró su recolección de RAEE en 2016 gracias a la introducción del Real Decreto 110/2015 para coordinar la recolección con los objetivos de la Directiva de la UE y la Oficina de Coordinación de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (OfiRAEE).

El Estado español pasó de un 41% de tasa de recolección en 2015 a un 48% en 2017, pero es uno de los Estados que más basura electrónica genera con 888.000 toneladas en 2019 y más de 960.000 en 2020, según el portal de estadísticas Statista.

Los chatarreros, la falta de recolección ‘business-to-business’ o las exportaciones para reutilizar materiales y los materiales reciclables perdidos en contenedores son los principales problemas para cumplir con los objetivos. El Informe de WEE Forum también cita la falta de concienciación de los ciudadanos en materia de desechos.

Los residuos electrónicos y sus elementos peligrosos se encuentran al alcance de la mano y su mal tratamiento puede originar graves problemas. Por eso los usuarios también tienen una parte de responsabilidad, por ejemplo, a través de la reducción, reutilización, reparación y reciclaje, las cuatro 'R' que proponen desde la Fundación Ecolec.

Tareas para los usuarios

Para reducir el impacto de los recursos tecnológicos, el usuario puede empezar desde el mismo instante de la compra. A este respecto, Greenpeace hace un listado de las empresas «más verdes», es decir, aquellas que generan menos al daño medioambiental.

Así, en la ‘Guía por unos electrónicos más verdes de 2020’, la ONG indica que solo Fairphone y Apple merecen una calificación B, lo que significa que lo hacen «bastante bien». Al contrario, Vivo, Amazon y Samsung serían las empresas menos ecológicas.

Además, es importante alargar la vida de los dispositivos, ya que como expone la encuesta ‘Phone Upgrade Survey’ elaborada por la empresa Ting Mobile solo el 36% de las personas mantiene su móvil durante más de dos años. La compañía critica que este intervalo está creado por las empresas y, que cambiar con tanta frecuencia no es una necesidad.

Posibilidad de distintos usos

Los usuarios poseen múltiples artículos electrónicos en casa a los que les pueden dar un uso diferente, por ejemplo, convirtiéndolos en un dispositivo del Internet de las Cosas, con la aplicación de móvil Alfred o el programa Galaxy Upcycling de Samsung.

También se puede utilizar el móvil como reproductor de sonido o base para reproducir contenidos de “streaming”, otorgándole un uso específico que permite ahorrar batería y alargar la vida del dispositivo principal.

La donación también permite que otras empresas reutilicen los dispositivos que ya se quieren. Oxfam Intermón ofrece la opción de intercambiar uno o varios móviles antiguos por semillas, libros escolares, bidones de agua, herramientas y bienes para personas con bajos recursos.

La Fundación Mona, centrada en el cuidado de chimpancés y macacos, reutiliza los móviles bien mandándolos a países del Tercer Mundo o seleccionando sus materiales. ‘Llamada Solidaria’ los recoge para obtener recursos económicos para la investigación de enfermedades raras en el Estado español.

Un televisor puede servir como segundo monitor para un ordenador o se pueden guardar sus componentes. Los ordenadores también se pueden donar a asociaciones locales, o publicar este y otros tipos de productos, por ejemplo, en donalo.org.

Otra opción, la reparación

La reparación de los equipos electrónicos es un recurso importante para ayudar al medio ambiente e, incluso, al bolsillo. Sin embargo, a veces el precio de reparar supera al de comprar un dispositivo nuevo, lo que incentiva un mayor consumo y, por ende, la generación de más basura.

La comunidad iFixit ofrece guías gratuitas para reparar todo tipo de equipos electrónicos. Los usuarios pueden indicar qué aparato quieren arreglar y encontrar guías, preguntas, wikis y noticias relacionadas. Además, su web incluye una tienda donde pueden encontrarse componentes de los dispositivos para adquirirlos.

Los usuarios pueden buscar si hay algún ‘Repair café’ en su localidad. Se trata de espacios donde voluntarios enseñan a arreglar los aparatos gratuitamente, suscribiéndose o realizando alguna actividad a cambio.

Un reciclaje adecuado

Reciclar adecuadamente los dispositivos es fundamental. Algunos como los frigoríficos tienen productos químicos perjudiciales para el medio ambiente y los gases, aceites y polvos del aire acondicionado o los televisores pueden ser negativos en el propio hogar.

Pero su gestión es distinta a la de otros dispositivos como móviles, tabletas y ordenadores, que tienen plomo, selenio, cadmio, cromo o níquel, por lo que hay que acudir a organizaciones que se encarguen de hacer el tratamiento específico de cada residuo.

Para ello, la Fundación Ecolec muestra en un mapa interactivo todos los puntos limpios donde entregar los aparatos. En ellos, las organizaciones responsables se encargan de que sean «tratados, reciclados o recuperados correctamente».

Por su parte, las fundaciones Tragamóvil y Ecoasimelec informan de sus puntos de recogida y ponen a disposición establecimientos donde dar el móvil.

También hay que tener cuidado con las baterías, ya que con el tiempo se inflaman y pueden derramar líquido. Para eliminarlas, la Fundación Ecopilas informa del punto de recogida más cercano donde, de nuevo, expertos se encargarán de darles el tratamiento más adecuado.