«Las canciones viven por sí mismas, yo no mando en ellas»
Robe Iniesta presentará en los próximos días en Iruñea y Bilbo su último trabajo, ‘Mayéutica’, una sinfonía de 43 minutos que interpretará en directo «del tirón» y que remite a un trabajo anterior: ‘La ley innata’ (2008), de Extremoduro.
‘Mayéutica’ es un disco optimista, lleno de luz, de momentos que te llevan, de canciones de amor y agradecimiento, que pueden interpretarse también como canciones de amor a la música, a la plenitud y el misterio de la creación. Un trabajo compuesto por un interludio (que hila con ‘La ley innata’) cuatro movimientos y una coda y que Robe Iniesta presentará el 23 de octubre en Iruñea y el 5 de noviembre en Bilbo. El de Donostia del viernes ha sido cancelado por problemas en Illunbe.
¿En qué ha afectado la pandemia a este nuevo trabajo?
En realidad en lo único que le ha afectado es en que se ha ido retrasando su salida: el disco está compuesto en 2018, se grabó en 2019 y después se quedó en un cajón esperando a que pasara la gira de Extremoduro. Luego ocurrió todo esto, así que ‘Mayeútica’ ahí siguió, guardadito. Hasta que se ha escapado del cajón.
¿Y usted, cómo ha llevado este tiempo?
Me imagino que como todo el mundo, esto nos ha jodido a todos, a unos más que otros, y como todos he sentido estrés, incertidumbre, pero por otra parte lo he llevado bien porque yo puedo trabajar en casa y he currado mucho, tengo prácticamente otro disco preparado. En ese sentido bien, no hacía otra cosa que tocar la guitarrita, así que…
Creo que en general este ha sido un tiempo que los creadores hemos aprovechado y que cuando pase todo se verá ese fruto. Intuyo que habrá una explosión, han pasado cosas gordas, que te remueven la cabeza, y sobre las que hemos podido reflexionar, porque la mayoría de los artistas trabajamos en casa y hemos tenido tiempo. Sí, creo que, dentro de lo malo, creativamente este habrá sido un tiempo fructífero…
Curiosamente, después de esa época oscura y de incertidumbre, ‘Mayéutica’ es un disco muy optimista, muy vitalista.
Bueno, en realidad no se le puede buscar a eso una explicación, o una relación con lo que está pasando, porque el disco está hecho antes de la pandemia. Pero sí, es un disco vitalista, con buen rollito, aunque yo en esas cosas no mando, no tengo mano, me sale lo que me sale, no puedo plantearme hacer una canción alegre, triste, marchosa… ahí soy un poco espectador, me pongo a trabajar y veo qué me va saliendo. Luego igual lo analizo e igual entiendo lo que he hecho, si puedo, porque hay veces que yo mismo tampoco lo sé.
Pero supongo que le influyen las circunstancias personales, este es por ejemplo un disco de canciones de amor.
Sí, claro que me influye, pero no sé cómo, no es que tú estés triste y por cojones tiene que salir una canción triste, no tiene que ver, influye, pero no hay una lógica…
De hecho canta en uno de los temas que no es el dueño de sus emociones. ¿Qué siente cuándo se desprende de esas canciones y otros las hacen suyas?
Siempre pienso que la gente las hace suyas y las interpreta como quiere y que yo no tengo por qué tener más razón que tú, si la canción te sugiere ciertas imágenes o emociones o sensaciones, las canciones viven por sí mismas, en eso tampoco mando yo.
¿Cómo establece esa conexión con ‘La ley innata’, era aquel un trabajo sin cerrar?
Yo tampoco lo entiendo mucho, nunca me imaginé que después de hacer una canción de cuarenta minutos iba a hacer una segunda parte. Hay creadores que son parecidos a un alfarero, que dicen, voy a hacer un botijo, y hacen un botijo, mejor o peor. Yo no hago botijos, yo escarbo y busco a ver qué sale y nunca sé qué estoy buscando, a mí con que lo que salga me emocione me vale. En el caso de ‘Mayeútica’ a medida que iba saliendo lo fui interpretando y viendo esas conexiones con ‘La ley innata’.
«Es satisfactorio hacer cosas que emocionen y que hagan pensar un poco»
Creativamente será satisfactorio encontrar esos hilos…
Es satisfactorio hacer cosas que emocionen y que hagan pensar un poco, eso son las dos claves, lo demás es secundario. Ahora, por ejemplo, las canciones nuevas que tengo han salido de otro modo, son independientes, tampoco busco con ellas un estilo o una forma, lo principal es sentir.
En su carrera en solitario las canciones están revestidas con esa instrumentación sinfónica, ¿seguirá por ese camino?
Ahora estoy muy a gusto con esta banda y esta instrumentación, en los dos discos primeros sí había un cambio muy radical en la forma, respecto a lo anterior, en este la diferencia con ellos es que la guitarra tiene otro sonido, me gusta mucho como suena junto con el violín, me parece que tiene un rollazo, en los otros discos era más clarinete y violín, o saxo y violín, ahora creo que tenemos un sonido muy bonito y mucha facilidad en la banda para poder jugar e ir buscando en cada canción su sonido, experimentar…
¿Hace planes de cara al futuro?
Intento hacerlos pero a veces salen y a veces no. Ahora la idea es hacer esta gira, están también los temas nuevos, y cuando haces temas nuevos siempre tienes la impaciencia de que la gente los escuche. Yo creo que antes de retomar la gira en primavera sacaremos un par de ellos, como hacen ahora los chavales, canciones sueltas, y luego, cuando acabe la gira, quiero meterme en el local a enredar con los temas, después grabarlos, y ver si valen, y si valen volver a tocar, otra gira…
En todo ese proceso, tan largo, desde que escribe la canción hasta que la toca en directo, ¿llegar a despegarse de las canciones, a perder ese «enamoramiento» inicial?
No, porque una canción hasta que no la tocas en directo no acaba de ser ella misma. Luego igual puede cansarte un poco o puedes dejar de sentirla del mismo modo que cuándo la hiciste. Pero no, no, más bien es la impaciencia de ver cómo funciona en directo, por ejemplo con ‘Mayéutica’ no tenía la experiencia de hacer una canción así, tan larga, en directo, y nos está encantando tocarla…
¿Cómo la tocan, entera?
Sí, del tirón. Y mola mucho. La gente también la está disfrutando mucho.
¿Cómo está siendo presentar el disco en estas condiciones generadas por la pandemia?
La mascarilla es lo de menos, lo de estar sentado o de pie sí que influye, pero la verdad es que me ha sorprendido, pensaba que iba a ser más raro, porque sí ves que la gente disfruta, entonces tú también lo haces… Pero ver a la gente en las primeras filas saltando, bailando, cantando, no tiene comparación…
En ese sentido creo que es importante aceptar lo que toca en cada momento y disfrutar de lo que hay. Y por eso me ha parecido un acierto la manera en que estamos vendiendo las entradas, con quince días de antelación, incluso solo una semana, para que la gente sepa realmente cómo van a ser los conciertos, que cambian mucho según los sitios, en unos piden pruebas de antígenos, en otros el público está sentado, de pie, con barra, sin barra…
«Echo poco la vista atrás, me gusta más vivir el momento, si acaso la echo adelante, planifico»
Dejando por un momento la música, usted publicó hace años, con gran éxito, una novela, ¿se plantea volver a escribir?
No sé, la verdad es que disfruté mucho y no estoy cerrado a hacer otra o escribir otra cosa, pero para escribir hace falta, o al menos a mí, tener esa chispa de ponerte con algo que tengas muchas ganas, porque el montón de horas que le echas… Si algún día encuentro esa motivación… Disfruté mucho de aquel libro. La prosa es muy agradecida, el tiempo de creación es muy largo, no es como un poema, que lo haces lo puedes retocar, arreglar, pero que es un momento muy corto de creación.
Una novela, casi una veintena de discos, su etapa en un grupo referencial como Extremoduro… ¿Son muchos años ya en el camino, echa usted de vez en cuando la vista atrás, hace balances?
Echo poco la vista atrás, me gusta más vivir el momento, si acaso la echo adelante, planifico, porque cuando haces una gira comprometes a mucha gente, pero, bueno, tampoco es planificar, tengo canciones y es de cajón, quiero sacarlas, es decir, es algo natural, que sigue su curso, pero atrás no echo la vista, tampoco para ver errores, lo hecho, hecho está, y creo que me ha valido para algo…