Joseba Salbador

Baja el consumo de pescado fresco

El peso que supone el pescado fresco en el conjunto de la cesta de la compra ha bajado en la última década en la CAV del 5% al 4,4%. Es por ello que el Gobierno Vasco ha puesto en marcha, a través de HAZI, una campaña publicitara para incentivar su consumo y apoyar así a los comerciantes minoristas.

Las autoridades sanitarias recomiendan que la presencia de pescado alcance entre tres y cuatro raciones por semana. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
Las autoridades sanitarias recomiendan que la presencia de pescado alcance entre tres y cuatro raciones por semana. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

Bajo el eslogan “Enamórate de nuestro pescado”, la campaña resalta los beneficios que tiene para la salud el consumo de productos derivados de la pesca y anima a realizar la compra en pescaderías de proximidad favoreciendo, de este modo, el desarrollo de la economía local. «En ella se muestra de manera divertida, diferente y elegante la ‘relación de amor’ que mantienen diferentes pescados con las personas consumidoras. Una relación que comienza en las pescaderías», explican los responsables de la campaña.

HAZI –cuyo objetivo es impulsar la competitividad y la sostenibilidad del sector primario, alimentario y del medio rural y litoral vasco–, también ofrece dentro de esta campaña algunas recetas para que todas las personas que lo deseen puedan iniciarse en la gastronomía del pescado, junto con las características nutricionales de las principales especies que se pueden encontrar en las pescaderías y la mejor época para su consumo.

Según el monográfico publicado en el último Observatorio pesquero de HAZI y basado en los datos de 2020 del Panel de Consumo Alimentario Doméstico del Ministerio español de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de productos derivados de la pesca en los hogares vascos ha experimentado un aumento puntual del 17,2% en el último año, hasta alcanzar 30,7 kilos de consumo per cápita.

A pesar de ello, en la última década se viene observando que en la Comunidad Autónoma Vasca el peso que suponen estos productos en el conjunto de alimentos consumidos tiende a la baja, ya que en 2010 representaban cerca del 5% del consumo alimentario total y en 2020 tan sólo el 4,4%.
Además, a partir del año 2013 se observa un ritmo descendente en el gasto medio destinado a la compra de los productos pesqueros en general, que se mantiene hasta el final de la década, con excepción de una leve recuperación del gasto en 2017.

Menos de dos veces por semana

Sea de una forma o de otra, con esos 30,7 kilos de consumo per cápita, la CAV sigue siendo la comunidad que lidera el consumo de pescado en el conjunto del Estado, muy por encima de la media española, que es de 22,53 kilos.

Las autoridades sanitarias recomiendan que la presencia de pescados y mariscos en cualquiera de sus formatos (frescos, congelados o conservas, marinos o fluviales) alcance una cantidad entre tres y cuatro raciones por semana. Sin embargo, según un sondeo encargado por los productores más importantes de pescado de acuicultura marina del Estado español, la media de consumo de pescados frescos registra un nuevo hito en su tendencia descendente, al pasar de una cifra de dos veces a la semana a 1,7 raciones a comienzos de este año.

Según este trabajo, los consumidores conocen las ventajas nutricionales de la incorporación de pescados a su alimentación. De hecho, siete de cada diez ciudadanos, el 73,5%, afirma que le gustaría superar la barrera de las dos raciones de pescados frescos a nivel doméstico semanales, cosa que no hacen, en un 65,4% de los casos, por razones económicas. En las franjas más desfavorecidas de la población, este porcentaje se eleva hasta el 76,8%.

El perfil del consumidor más intenso de pescado fresco en casa, que llega a las dos raciones semanales, sería un hogar residente de las zonas del norte de la Península, con un nivel socio económico alto, medio-alto o medio y con hijos. Por el contrario, los segmentos de población más alejados los forman los domicilios de personas con un nivel socioeconómico bajo o medio-bajo, sin hijos, de la zona noreste y con entre 50 a 65 años.