Xandra  Romero
Nutricionista

Desnutrición relacionada con la enfermedad

Con el incremento de la ocupación de UCIs de nuevo y tras llevar casi ya dos años conociendo este nuevo virus, que, en los peores casos, alarga hasta la extenuidad las estancias hospitalarias, nosotros, los dietistas-nutricionistas, nos seguimos preocupando por las elevadas tasas de desnutrición que se suceden durante el progreso de una enfermedad, en la hospitalización, ya sea covid-19 o no.

Y es que no estamos para alargar más las estancias hospitalarias con el virus campando a sus anchas ni para gastar más en recursos sanitarios. Sin embargo, el reciente estudio PREDyCES, desarrollado por la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo, y que ha analizado la desnutrición hospitalaria, nos muestra datos realmente terribles: el 23% de los pacientes ingresados están en riesgo de desnutrición, aproximadamente 1 de cada 4 pacientes ingresados ya la padecen y el 10% de los pacientes que ingresan con un estado nutricional óptimo, desarrollan desnutrición durante su hospitalización. Por último, 3/4 partes de los pacientes que ingresan desnutridos son dados de alta sin resolver el problema.

Además, los datos de estas estimaciones muestran que el coste potencialmente atribuible a la desnutrición hospitalaria en el estado, sería de por lo menos 1.143 millones de euros, lo que viene a ser el 18% del presupuesto del Sistema Nacional de Salud (SNS). Y ¿por qué? Pues porque estos pacientes requieren una mayor estancia hospitalaria debido a que la desnutrición afecta a la evolución de la enfermedad y porque en dicho estado existe una mayor incidencia de complicaciones tanto infecciosas como no infecciosas, por lo que también se requiere mayor número de tratamientos. Salir de alta con una desnutrición repercute en un aumento de los reingresos para acabar con estancias hospitalarias más prolongadas que, de nuevo, elevan el coste sanitario.

¿Y en otros países de la Unión Europea? Lo curioso es que rara vez se ha evaluado si la desnutrición hospitalaria se da de manera similar a nivel europeo, pero en este estudio de 2019 en Suiza, ‘Large regional disparities in prevalence, management and reimbursement of hospital undernutrition’, se informó oficialmente de que más de la mitad (59,6%) de las hospitalizaciones se realizaban con pacientes ya desnutridos.

En Italia, en el estudio publicado también en 2019, “May nutritional status worsen during hospital stay? A sub-group analysis from a cross-sectional study”, encontraron que, de 139 pacientes, el 53,9% se encontraba en riesgo de desnutrición, mientras que el 45,3% estaba ya desnutrido. Al alta, en comparación con la admisión, los pacientes informaron de una disminución significativa en ciertos parámetros bioquímicos (analítica sanguínea) y antropométricos (mediciones del tamaño corporal), concluyentes con desnutrición.

Y, por último, un estudio de 2013 en el que evalúan esta afección hospitalaria en Bélgica, esta vez, en población infantil, ‘Hospital-related undernutrition in children: still an often unrecognized and undertreated problema’, los autores pretendían evaluar el estado nutricional de los niños ingresados en hospitales belgas y analizar el impacto de la desnutrición en el grado de pérdida de peso y duración de la hospitalización. Encontraron que la desnutrición era terriblemente frecuente en niños hospitalizados y que estos tuvieron una estancia hospitalaria un 50% más prolongada.

El problema de estas cifras en toda Europa es que este, es un problema que a menudo no se reconoce porque no se evalúa, no se tiene en cuenta que ya solo el propio proceso de hospitalización conduce a cambios significativos en el estado nutricional.

Así, una asistencia de calidad debería asegurar la adecuada atención del estado nutricional, además del resto de situaciones, pues empeora cualquier estado patológico y por que tratarla previene complicaciones asociadas. Prevenir la desnutrición es nutrir la sanidad.

De modo que este año, en vez de pedir deseos que nunca se cumplirán o hacernos propósitos de año nuevo que también quedarán en el tintero, ¿por qué no apoyamos la sanidad pública de verdad y por qué no reclamamos la inclusión de los dietistas-nutricionistas en esta, nuestra sanidad pública?