En la primera reunión de la subcomisión, creada por la comisión de Sanidad y Consumo, se decidirá el plan de trabajo y, posiblemente, qué ponentes van a participar, decisión que desde el Observatorio Español del Cannabis Medicinal (OECM) ven fundamental para la elaboración de un informe positivo que posibilite la aprobación del cannabis para uso medicinal.
En un encuentro informativo, la presidenta de OECM, Carola Pérez, ha dicho este jueves que cuentan con el apoyo de todos los partidos, salvo Vox, aunque el PP votó en contra de la formación de la subcomisión y pidió elaborar «un libro blanco» a través del Instituto de Salud Carlos III, lo que el Observatorio teme que pueda «dilatar muchísimo tiempo» la tramitación.
Pérez ha agradecido al PNV, impulsor de la subcomisión, que haya «cogido el toro por los cuernos» a la hora de iniciar este debate y por insistir para que no caiga en saco roto.
A quién puede beneficiar
La presidenta de la OEMC ha calificado de «injusta» la situación de inseguridad «jurídica y sanitaria» que sufren entre 250.00 y 300.000 pacientes en el Estado que acuden al «mercado negro», según sus cálculos.
El vicepresidente del Observatorio y catedrático en la Universidad Complutense de Madrid, Manuel Guzmán, considera que los principales aspectos que se han de debatir en la subcomisión son el ‘para quién’, es decir, quiénes son los pacientes que se puedan beneficiar del uso medicinal del cannabis, y el ‘cómo’ se va a dispensar.
Tras señalar que discutir la falta de evidencia científica es «absurdo», Guzmán ha puesto el foco en los afectados con enfermedades degenerativas, neurológicas y, especialmente, en enfermos de cáncer para poder paliar el dolor, la ansiedad o los efectos secundarios de la quimioterapia que sufren, como la pérdida de apetito.
Es una «cohorte bastante heterogénea de pacientes», pero sus dolencias «graves y debilitantes» requieren una atención especial, ha añadido. En cuanto a los menores de edad, considera que «preferentemente se les administre cannabis sin THC».
En cuanto al segundo punto, desde OEMC abogan por implantar un «modelo mixto» en el que las compañías privadas se encargan de la elaboración y producción, pero siendo el Estado quien vele por la «calidad y dispensación del producto» para evitar que «nadie se quede fuera por cuestiones económicas o sociales».
Guzmán ha lamentado que, por la falta de información, se haya creado un «estigma» en torno a la planta al identificarla como «una droga en lugar de como un fármaco».