Un estudio de la UPV/EHU ha puesto de manifiesto el vínculo existente entre el grado de ansiedad y los problemas de voz de los docentes. Según la investigación, realizada en el marco del programa de Doctorado en Medicina y Cirugía de la institución universitaria relativo a «la posible influencia de los factores emocionales en el origen, la evolución y las recaídas de los trastornos vocales de los docentes», un 73,6% de los pacientes arrojó resultados que muestran «un alto grado de ansiedad en el momento de desencadenarse el problema de voz».
Así, se afirma que el profesorado «es susceptible de presentar problemas de voz debido al esfuerzo fonatorio que realizan en el ambiente escolar». Cuando la persona docente «emplea de forma inadecuada la voz con una mala técnica fonatoria y se produce un sobreesfuerzo vocal, las alteraciones disfuncionales pueden mantenerse en el tiempo y hacerse crónicas», añade.
El informe precisa que, «para averiguar cómo se instaura el mecanismo de sobreesfuerzo fonatorio», es preciso «preguntarse qué factores desencadenantes y favorecedores pueden influir para que se origine el esfuerzo de voz».
«Estos factores no solo pueden ser funcionales y orgánicos, sino también psicológicos y sociológicos, e intervenir de forma aislada o interactuando», afirma la autora del informe, la doctora Ana Apellaniz.
El estudio se ha desarrollado con una muestra de 76 docentes con problemas de voz y con presencia de nódulos vocales, entre los que se ha analizado «la influencia que ejercen los aspectos emocionales en la etiología de los problemas vocales».
Con este objetivo, se ha evaluado «cómo el aspecto emocional influye directamente en la percepción que tiene el paciente de su propia voz y la importancia que tiene la rehabilitación vocal para una mejora en el estado anímico del paciente a medida que avanza la terapia adquiriendo una mayor seguridad en el funcionamiento vocal tanto en la vida cotidiana como profesional».
Además de valorar los posibles factores epidemiológicos «que pueden influir en la aparición del problema vocal», en el estudio «se ha realizado una historia clínica completa con exploración física e instrumental de los pacientes».
Por otro lado, los pacientes han respondido a un cuestionario global, un test de incapacidad vocal y un test «para determinar si existe alguna relación entre la aparición de problemas de voz, y la existencia de un estado de ansiedad o problemas emocionales cuando se inició el problema de voz, así como para analizar si hay relación con algún tipo de rasgo con tendencia a la ansiedad».
De esta forma, se ha comprobado que «los antecedentes médicos personales y un mayor grado de ansiedad observado en el test de incapacidad vocal en el dominio emocional resultan estadísticamente significativos para explicar la probabilidad de padecer un problema vocal funcional moderado o severo».
«Un 64,47% de los docentes del estudio realizado identificaron situaciones concretas de estrés o ansiedad en el momento de iniciarse el problema vocal y el 73,6% de los pacientes presentaban resultados que muestran un alto grado de ansiedad en el momento de desencadenarse el problema de voz», según investigadora.
Más afección en los docentes jóvenes
Por otra parte, según las conclusiones del estudio, la rehabilitación foniátrica «consigue una mejoría de la funcionalidad vocal», puesto que el 84,20% de los docentes «presentaron incapacidad vocal total de grado moderado, severo o grave antes de la rehabilitación, y la incapacidad disminuía hasta el 24,99% después de la rehabilitación».
Además, no se halló «ningún caso de incapacidad vocal total grave tras la terapia vocal». Por otra parte, al relacionar estadísticamente el número de sesiones totales de rehabilitación realizadas con respecto al grado de severidad de incapacidad vocal total, «no se ha observado una clara relación lineal».
Este hecho «coincide con la clínica vista en la consulta, en la que se observa que el grado de mayor o menor incapacidad vocal no determina el mayor o menor número de sesiones totales a realizar dado el grado de variabilidad en la respuesta de cada paciente y las condiciones particulares de cada uno».
Se añade, además, que «después del análisis de la muestra, se puede sugerir que los docentes más jóvenes presentan valores de incapacidad vocal física y funcional más elevados que el subgrupo de profesores veteranos».