Si comentáramos por ahí que estamos planeando una ascensión al monte Cerro, a más de uno le vendría a la mente una expedición de altura a alguna de las inexpugnables cumbres de América del sur. Pero no, nos estamos refiriendo al monte Cerro, situado a unos escasos 30 kilómetros de Gasteiz, de 900 metros de altitud y que podemos ascender tranquilamente en una mañana sin ningún tipo de dificultad añadida.

Es como si a alguien de fuera de aquí le dijeras los nombres de Bolivar, Durango o Mendoza. Muchos pondrían su mente en la convulsa Latinoamérica. Pero no, nos estamos refiriendo a nombres nacidos en Euskal Herria. Y es que muchas personas tuvieron que marchar de aquí en busca de algo mejor para no regresar nunca más.

Consideraciones históricas aparte, ¿cuáles serían entonces las razones para realizar una travesía de este tipo? Pues que se trata de una cumbre puntuable, bastante desconocida, agradable de realizar... Y, como decía alguno, pues porque está ahí.

Desde la plaza de Araico

Desde la misma plaza del pueblo de Araico sale una pista dirección sur que cogeremos. Casi inmediatamente, sale otra pista a la derecha por la que corregiremos nuestro rumbo.

Al rato, por esta nueva pista, tomaremos de nuevo otro desvío a la derecha. Un detalle: al lado de este último desvío están las ruinas de una vieja casa de piedra.

Avanzando por este nuevo desvío, haremos una suave ‘ese’ a la ladera del monte. De esta manera, atravesaremos la vaguada que forma la montaña. En el siguiente filo de la montaña, el camino se pone cuesta arriba; esto es, de frente a la pendiente. Al cabo de un rato, llegaremos a otro nuevo cruce. Torceremos a la derecha, llaneando por tercera vez, para llegar a una nueva pista. Por último, giraremos a la izquierda para subir por la cuesta más dura que os podáis imaginar. Mientras subimos por esta última cuesta, podremos observar a los lados negros árboles y tierra quemada. Son las consecuencias de algún severo incendio forestal. En un futuro muy cercano, si no corregimos, será cada vez más frecuente ver paisajes de este tipo. #CambioClimático.

Una vez en el filo del monte, torceremos hacia el Este y avanzaremos por una pista que recorre todo el filo de la montaña. De esta manera, llegaremos sin pérdida y con buenas vistas al objetivo de nuestra excursión, el monte Cerro (900 m). En la cumbre hay una torre que hace las veces de mirador de la zona. Además, justo alrededor, podremos ver unas extrañas figuras de piedras que la gente ha levantado. Curioso.

Nuestro camino de regreso será la línea que, más o menos, traza la vaguada de un valle que acaba en el mismo pueblo de Araico. Para ello, volveremos sobre nuestros pasos hasta el primer desvío a la derecha. Entonces, bajaremos por una nueva pista hacia el noreste. Nada más coger esta nueva pista, veremos un primer desvío a la izquierda, pero lo obviaremos. Algo más abajo, veremos otro desvío a la izquierda; este sí. Esta empinada pista nos dejará en la misma vaguada del valle. En este punto abandonaremos la pista. Y es que ahora toca descender, campo a través, por la misma vaguada del valle. Poco a poco, nacerá bajo nuestros pies un difuso sendero que nos dejará en una caseta. Esta caseta marca el inicio de una pista que seguiremos. Llegaremos a una larra en la que torceremos a la derecha por otra nueva pist que nos dejará directamente en Araico.