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Un prometedor estudio con vistas a mejorar el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de seno

Un estudio llevado a cabo bajo la dirección del médico oncólogo del Instituto Curie, François-Clément Bidard, en varias decenas de hospitales franceses arroja nuevas esperanzas a la hora de mejorar los tratamientos para frenar la progresión de ciertos tipos de cáncer de seno.

Realización de una mamografia durante una revisión preventiva de cáncer de seno.
Realización de una mamografia durante una revisión preventiva de cáncer de seno. (Anne-Christine POUJOULAT | AFP)

Es posible frenar la progresión de ciertos cánceres de seno si se detecta a tiempo una mutación genética en el corazón de esos tumores y se adapta en consecuencia el tratamiento.

Esa es la principal conclusión del estudio publicado en ‘Lancet Oncology’, el primero a este nivel que permite «confirmar un beneficio clínico significativo tras detectar precozmente la mutación bESR1».

El estudio, del que se ha hecho eco hoy la agencia France Presse, ha sido dirigido por el oncólogo François-Clément Bidard. Médico oncólogo del instituto Curie y profesor en París, Bidard ya fue galardonado en 2019 por la asociación francesa para la lucha contra el cáncer de seno.

La investigación ha sido realizada en varias decenas de hospitales franceses, lo que ha permitido evaluar sobre el terreno «si resultaba interesante detectar a tiempo una de esas mutaciones, la bESR1, y actuar en consecuencia», señalan los autores.

Para detectar esa mutación los investigadores han utilizado una técnica prometedora que se ha desarrollado en estos últimos años en el mundo de la cancerología, la denominada «biopsia líquida».

La técnica permite estudiar el contenido de los tumores sin tener que proceder a extirpar tejidos, como en una biopsia clásica, lo que ahorra a la paciente una intervención de puede ser potencialmente complicada y acarrear importantes molestias.

Se trata de proceder a un análisis, ya que la sangre de las pacientes contiene, en efecto, una pequeña parte del ADN procedente de las células cancerígenas lo que permite aislarlo y analizarlo de forma más sencilla.

Dos grupos de 80 pacientes cada uno

Haciendo una selección de pacientes portadoras de esta mutación genética, los médicos han conformado sendos grupos integrados por unas 80 personas.

El primero de ellos ha seguido tomando el tratamiento habitual. El otro ha empezado a tratarse con otro medicamento, denominado fulvestrant.

En ese segundo grupo la progresión del tumor se ha visto interrumpida por un periodo medio que supera en varios meses al anterior grupo de pacientes.

Más allá de la mera mutación bESR1, los autores del estudio estiman que la estrategia seguida –uso de biopsia líquida y luego rápido cambio de tratamiento– podría servir de modelo para futuras estrategias terapéuticas.

Limitaciones del estudio

Con todo, advierten de que el estudio presenta diversos límites. El primero, no permite a este estadio evaluar si el cambio de tratamiento ha contribuido en sí a aumentar le supervivencia de las pacientes afectadas por la enfermedad.

Además, los investigadores se han centrado en un tipo de cáncer de seno en el que el tumor es receptivo a los estrógenos. Es esto lo que permite precisamente el funcionamiento de los tratamientos hormonales empleados en el estudio.

Ello hace que queden fuera del estudio, por ejemplo, los cánceres conocidos por triple negativos, responsables de un mayor número de fallecimientos al ser los más complicados de tratar.