Xandra Romero

Juego de nutrición: ¿evidencia, mito o moda?

Si algo sigue teniendo la nutrición, entendida como ciencia, es la dificultad para que la población general pueda, en ocasiones, discernir entre mito, evidencia o simple moda. Y es que, a pesar de los esfuerzos que hacemos algunos profesionales, con la llegada de algunas redes sociales especialmente y con el malhacer de algunos profesionales que no contrastan o no cuestionan el alcance de la forma y la veracidad del contenido que publican, este problema se perpetúa y, de este modo, se mantienen las fake news, también las alimentarias y sobre las que en 2022 se estima que el porcentaje de población que las consumió a nivel mundial fue, nada más y nada menos, que de más del 70%.

De modo que vamos a jugar al juego de la nutrición en el que desentrañaremos si algunas cuestiones sobre nutrición y alimentación son mitos, evidencias sólidas o simples modas que acaban haciendo mucho daño:

1. Brócoli: alimento anticancerígeno. El brócoli es una hortaliza sumamente nutritiva, pues nos aporta múltiples vitaminas como la C, provitamina A y varias del grupo B, así como minerales como el calcio, el potasio, el selenio, el fósforo, el magnesio y el hierro. Sin embargo, hace algún tiempo se publicó un estudio que decía que el brócoli contiene una sustancia química que podía ayudar a suprimir el desarrollo de los tumores, según un equipo de Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. Dicho grupo de compuestos, que ya habían sido estudiados por sus efectos anticancerosos en estudios con animales de laboratorio, en seres humanos no arrojaron más que resultados moderados. De lo que sí se encontró una evidencia más sólida es de que las personas que mantienen un alto consumo de plantas crucíferas, entre las que está el brócoli, podrían presentar un riesgo más bajo de padecer algunos tipos de cánceres. Pero aunque se demostrara que una sustancia presente en el brócoli se puede usar como tratamiento contra el cáncer, eso no es igual a poder decir que comer brócoli tiene efecto alguno sobre los tumores.

2. Dieta sin gluten, dieta más sana para todos. La retirada del gluten de la dieta es esencial en personas celiacas y sensibles al gluten, así como también en las personas diagnosticadas de otro tipo de patologías como la autoinmunes. Sin embargo, esto no implica que una dieta libre de gluten sin planificación nutricional adecuada, sea una dieta más saludable, ni siquiera en las patologías anteriormente citadas. Del mismo modo, no existe publicación ninguna con evidencia suficiente que apoye los beneficios de excluir el gluten en la población general.

3. Ayuno intermitente. En una de las últimas revisiones científicas sobre el tema, realizada por una entidad independiente y especializada en hacer revisiones sistemáticas muy rigurosas sobre salud (Cochrane), se recogen los resultados de los estudios sobre todas las modalidades de ayuno intermitente, en los que se haya analizado su efecto en el riesgo de enfermedad cardiovascular y otros indicadores como composición y peso corporal o glucemia, y se ha analizado el grado de evidencia de los mismos.

Las conclusiones no dejan lugar a dudas, por el momento; las pérdidas de peso y los cambios en la glucosa en sangre reportados en los estudios no se consideraron clínicamente significativos, lo que significa que no hay suficiente evidencia para saber, ni decir, si el ayuno intermitente podría prevenir las enfermedades cardiovasculares.

Respecto a la pérdida de peso, el ayuno intermitente puede ayudar a las personas a perder más peso comparado con no hacer dieta, pero con el mismo efecto que realizar cualquier dieta restrictiva.

4. Lo realmente importante es el tipo de cereal con el que se hace el pan. El pan blanco está elaborado con harinas refinadas, esto quiere decir que al grano del cereal se le retira el salvado, que es lo que contiene la fibra, así como el germen que contiene ácidos grasos y vitaminas, quedando únicamente el endospermo, que aporta solo almidón. De este modo, sin fibra y muchos nutrientes que resultan muy beneficiosos para el organismo, el pan que nos queda es poco nutritivo, independientemente de si es de centeno, trigo, maíz, etc. Por eso, lo realmente importante es que los cereales con los que se elabore el pan sean integrales.

Y para acabar, más allá de dar las soluciones directamente, resulta interesante fomentar el espíritu crítico y el sentido común para que cada uno saque sus propias conclusiones acerca de si se trata de mito, moda o evidencia.