¿Qué supone para usted tocar en un evento como Flamenco On Fire, que ya de por sí podría verse como una curiosidad, por ser un festival de flamenco en Euskal Herria?

Podría ser una curiosidad, pero no lo es para los flamencos, porque si el maestro Sabicas, que ha quedado en la historia de la guitarra por los siglos de los siglos, era de Pamplona, algo bueno habrá en esa tierra, ¿no? Así que ahí vamos a Flamenco On Fire cada año todos los flamencos con mucha ilusión, porque es un festival de diez.

¿Y cómo recuerda su actuación en este mismo evento en 2019 junto a la Orquesta Sinfónica de Nafarroa?

¡Uf! En aquella ocasión pasé mucho miedo (risas). Estábamos presentando ‘El concierto de Aranjuez’ del maestro Joaquín Rodrigo, que para un flamenco siempre es una obra complicada y, aunque luego ya lo hicimos en otros sitios, lo estrenábamos en Flamenco On Fire; y, como el público de allí es tan maravilloso, estaba tan nervioso por la responsabilidad, que me puse malo una semana antes. Pero, de todas formas, es un concierto que recuerdo con mucho cariño, porque fue todo estupendo.

Supongo que es normal ese nerviosismo siempre que se estrena un nuevo espectáculo, ¿no?

…Y cada vez que sales a un escenario, porque el público, al que tengo mucho cariño y que se merece todo mi respeto, está ahí para verte a ti. Así que es un compromiso que el artista tiene, y por eso siempre están esos nervios presentes que, por suerte, luego se quitan y lo pasas bomba (risas). Ese nerviosismo es algo que no se puede perder, porque el día que no lo tengas, eso quiere decir que se ha perdido el arte y el sentimiento, y pasas a ser alguien que no siente la música, y es mejor dejarlo.

Háblenos de El Guadiana y La Tana, que son quienes estarán junto a usted en este concierto.

La Tana va a ser fundamental para el recuerdo que vamos a tener hacia Camarón, porque ella también viene de aquella nueva ola del flamenco, y es una grandísima artista que también cantó mucho con Paco de Lucía. Por otro lado, Guadiana viene de Extremadura, y es sobrino de Porrina de Badajoz. Es un cantaor que casi siempre ha cantado en mis discos, y un artista con una voz extraordinaria que viene de una familia flamenca muy exquisita.

Hablábamos el otro día con Rosario ‘La Tremendita’ sobre lo importante que es en el flamenco esa colaboración continua entre diferentes artistas. ¿Cómo ve usted esta característica del género?

¡Hombre! Es que tiene que ser así, porque yo quiero pensar que el flamenco no es competencia, sino colaboración, sentimiento y arte; todo el que compita con otro no debería tener sitio aquí, lo que hay que hacer es ver lo que hace el compañero, e intentar aprenderlo para engrandecer tu propio arte. Eso de la competición no va conmigo, y como te digo, tampoco con el flamenco.

A lo largo de sus más de 50 años de carrera, ha visto la evolución del género, y ha sido parte importante de la historia del flamenco. ¿Cree que en esa evolución ha sido fundamental la fusión con otros sonidos y la introducción de elementos diferentes?

El flamenco es una música sabia y ahí tenemos muchos ejemplos de cómo ha ido evolucionando, como tú dices… Paco de Lucía trajo el cajón de Perú cuando hacía aquellas giras internacionales, porque lo escuchó, le gustó y decidió incorporarlo a su música, y es algo que ya se ha quedado como parte del flamenco. Hay otros estilos que son solo modas pasajeras, mientras que los elementos innovadores que se introducen en el flamenco, se quedan y lo engrandecen. También tenemos el ejemplo de ‘La leyenda del tiempo’ que, con toda la controversia que supuso al principio, se ha quedado como una de las grandes joyas del género… Pero eso fue posible hacerlo porque Camarón tenía un conocimiento absoluto del flamenco, que es un estilo que no se puede cambiar, pero sí ir engrandeciendo con nuevos elementos, como las armonías que introdujo Paco en su momento o el ‘Omega’ que Lagartija Nick hicieron junto a Enrique Morente, con quien he tocado mucho, y al que nadie podía decir que lo que hacía no era flamenco, porque él sabía todo lo que hay que saber, y conocía e interpretaba absolutamente todos los palos a la perfección, lo que le permitía recrear sin ningún problema, y a su manera personal, lo que ya estaba creado.

Además, todos esos grandes artistas han hecho mucho por las nuevas generaciones porque, por ejemplo, yo gracias a Paco (de Lucía) pude conocer a Don Ramón Montoya, al Niño Ricardo, al Tío Sabicas… y es que Paco hizo de la guitarra moderna un arte, cogiendo y engrandeciendo elementos que ya existían.

Aparte de estos conciertos, sigue dando recitales junto al pianista Michel Camilo. ¿Qué le aporta esta colaboración?

Ahora estamos preparando el nuevo disco que será el cuarto que hago con Michel, con quien ya llevo 25 años tocando. Lo mejor que tenemos es que cuando no trabajamos juntos, cada uno puede seguir con su carrera, porque nos respetamos mucho musicalmente, y personalmente, que para mí es más importante. Como te digo, cada uno tenemos nuestros proyectos y no tenemos que hacer esto por dinero, sino que lo hacemos porque nos lo pasamos muy bien y aprendemos mucho el uno del otro.

Todo el mundo nos decía, cuando empezamos con esto, que la sonoridad del piano y la guitarra no podrían casar bien, pero hemos demostrado que era posible, y vemos que la gente se lo pasa muy bien en nuestros conciertos. Este año ya hemos hecho Jerez, Barcelona, y otros muchos, y ahora vamos a Francia, Luxemburgo… tenemos un montón de cosas a la vista. Lo bueno de este proyecto, además, es que muchas veces no nos ponen en los ciclos de flamenco o de jazz, sino en los de ‘músicas del mundo’, y eso es una maravilla, porque nos juntamos con muchos grandes artistas de todos los géneros.

Para terminar, ¿hay algún artista actual del género que le llame especialmente la atención?

Hay muchísimos. Entre los cantaores, ahí está Israel Fernández, Antoñito Reyes, Rancapino Chico, y muchos más que cantan muy bonito porque, además, no pierden los cánones del flamenco ni los palos, porque eso es algo que tiene que perdurar por siempre jamás. Y de guitarristas, de mi generación está Vicente Amigo, por supuesto, pero también hay grandes artistas como Diego De Morao, Antonio Rey, mi hijo José Del Tomate, o Yerai Cortés, por ponerte solo unos cuantos ejemplos.